Saura retrata el tiempo del flamenco

Llega Carlos Saura (Huesca, 1932) a La Uni¨®n (Murcia) con su melena blanca y su c¨¢mara de fotos colgada del cuello. En el Museo Minero va a comenzar una de las conferencias sobre la figura de este polifac¨¦tico creador. Por un problema familiar, Aida G¨®mez ha tenido que ser sustituida sobre la marcha por el periodista de Canal Sur, Manuel Jurado, quien reflexiona sobre Flamenco, un documental en el que se muestran 18 estilos de cante y baile y en el que est¨¢n representadas cuatro generaciones de artistas, desde los m¨¢s cl¨¢sicos a los m¨¢s vanguardistas. Carlos Saura asiste con atenci¨®n a la charla y sonr¨ªe complacido cuando sobre la pantalla se muestran las im¨¢genes de Farruco bailando acompa?ado de su nieto Farruquito. La escena se rod¨® sin ning¨²n gui¨®n previo. El abuelo de la dinast¨ªa se lanz¨® al escenario y el ni?o le sigui¨® en la pista, pero la escena forma parte ya de la historia de una m¨²sica que expresa las pasiones del alma.

"El flamenco, el jazz y el fado son el resumen de muchas culturas. De esos sonidos me gusta ver c¨®mo se extienden a otros pa¨ªses"

"Esto hay que hacerlo bien, que es para toda la vida", cuentan que dijo entre bastidores uno de los cantaores mientras se rodaba la pel¨ªcula. Y no se equivoc¨®. Carlos Saura cuenta ahora que hace unos meses viaj¨® a Shanghai para presentar su filme El s¨¦ptimo d¨ªa, los j¨®venes que acudieron al festival dejaron muy claro que hab¨ªan visto sus pel¨ªculas relacionadas con el flamenco. De hecho, Carmen se ha convertido en un cl¨¢sico sobre el g¨¦nero.

No es muy habitual que un festival flamenco -que suele homenajear a cantaores o guitarristas- premie a un director de cine, aunque, protesta el propio Saura, ¨¦l no es s¨®lo un director, "tambi¨¦n soy fot¨®grafo, escritor y dibujante. Al menos as¨ª me siento". En cualquiera de esas facetas se encuentra c¨®modo y en todas brilla. Una treintena de im¨¢genes captadas en su mayor parte durante el rodaje de su trilog¨ªa con Gades sobre el flamenco, se exhiben estos d¨ªas en La Uni¨®n. Sin m¨¢s decorado que la luz y los propios artistas, las fotograf¨ªas en blanco y negro de la muestra fueron realizadas seg¨²n el esquema de trabajo que tambi¨¦n se traz¨® cuando rod¨® la pel¨ªcula Sevillanas y que con el tiempo ha sido copiado por otros: "Quer¨ªa que todo fuera muy japon¨¦s, con l¨ªneas muy puras, por eso recurr¨ª a un bastidor de un material trasl¨²cido que actuaba como una carpa en la que se mov¨ªan los bailaores o los cantaores", aclara.

La exposici¨®n de fotos se abre con un retrato de Paco de Luc¨ªa y se cierra con otro de Camar¨®n y Tomatito, pero no hay que perderse las fotos de Lola Flores o las de Antonio Gades. "Son fotograf¨ªas hechas para m¨ª. Nunca pens¨¦ sacarlas de mi ¨¢mbito personal hasta que el editor de C¨ªrculo del Arte, Hans Meinke, me invit¨® a reunirlas en el libro Flamenco, aclara el realizador de La caza. De la selecci¨®n realizada para la muestra murciana destaca el retrato de un cantaor, Manuel Romero, El Gallina, posiblemente su primera foto sobre el flamenco, un mundo que entonces no conoc¨ªa pero que acabar¨ªa por atraparle. "Creo que ten¨ªa 18 a?os cuando realic¨¦ esa instant¨¢nea animado por Lolita Pedroso, marquesa de no-se-qu¨¦, una mujer de aspecto ingl¨¦s que estaba loca por el flamenco". En aquel tiempo Saura trabajaba como fot¨®grafo, se le pasaba por la cabeza la idea de hacerse bailar¨ªn y empez¨® su verdadera afici¨®n por el g¨¦nero. Su madre era pianista y gracias a ella adquiri¨® una base musical cl¨¢sica que luego complet¨® como fot¨®grafo oficial de los festivales de m¨²sica de Granada: "Ten¨ªa 22 a?os y ah¨ª aprend¨ª mucho sobre el cante, as¨ª que si rebobino un poco me doy cuenta que el flamenco ha estado presente a lo largo de toda mi vida. Por ejemplo en Los golfos cantaba El Gallina, y he utilizado esta m¨²sica en otras pel¨ªculas. Luego, cuando decido hacer Sevillanas lo que hago es utilizar aquella experiencia de aprendizaje".

Ha concluido Iberia, una pel¨ªcula sobre Alb¨¦niz que estrenar¨¢ en el Festival de Cine de Toronto y ya trabaja en un proyecto sobre el fado. Le atraen enormemente esas m¨²sicas que nacen en las zonas portuarias y se cantan en tabernas patibularias, siempre mal vistas por los "blancos". "El flamenco, el jazz y el fado son el resumen de muchas cosas y de muchas culturas. De esos sonidos me gusta ver c¨®mo se extienden a otros pa¨ªses, c¨®mo se enriquecen con cosas nuevas. Cuando la gente se pregunta de d¨®nde viene el flamenco no hay una sola respuesta: la cultura ¨¢rabe, la m¨²sica de los gitanos, la canci¨®n popular de Andaluc¨ªa... la cocina de todo eso posibilita algo nuevo. La gran ventaja del flamenco es que se renueva: hay una ortodoxia, un presente y un futuro", a?ade.

En la Catedral del Flamenco, como algunos denominan al escenario donde se llevan a cabo las actuaciones del Festival del Cante de las Minas que este a?o celebra su 45? edici¨®n, Saura ha visto estos d¨ªas las actuaciones de la cantaora Estrella Morente y el baile potente de Mar¨ªa Pag¨¦s, pero tambi¨¦n ha escuchado las voces de los fundamentalistas que no quieren o¨ªr hablar de lo nuevo. "Tanto protestar, que si rap, que si el chill out... Bienvenido sea lo nuevo", a?ade Saura a sus m¨¢s de 70 a?os, antes de perderse por las calles de La Uni¨®n, el pueblo donde nacieron las mineras, unos cantos que surgieron al calor de unas minas que ya no funcionan y en el que toman el fresco sentados en sillas de pl¨¢stico los mineros jubilados bajo el aroma de los jazmines.

En estos 45 a?os, el festival ha acabado por imponerse como uno de los de mayor prestigio. Ayer se present¨® una Historia de la guitarra flamenca, editada por Almuzara, la editorial que dirige el ex ministro Manuel Pimentel, y se exhibe tambi¨¦n la muestra Entre cante y cante con fotograf¨ªas de Javier Ad¨¢n en las que, adem¨¢s de los momentos de gloria de algunos de los m¨¢s destacados representantes de esta m¨²sica, como Enrique Morente o Mayte Mart¨ªn, se aprecian instant¨¢neas que dicen mucho sobre los personajes que se mueven en este mundo. As¨ª es posible ver a Sara Baras sonriente firmando un aut¨®grafo sobre el escenario en el mismo instante de acabar su baile; a la Paquera sentada con el traje de gala, mientras le cambian las zapatillas por los zapatos antes de salir a conquistar las tablas; a Antonio Canales, sec¨¢ndose el sudor tras la actuaci¨®n, rodeado de periodistas, o a Diego El Cigala, posando con dos guardias civiles.