Paco de Luc¨ªa enciende La Uni¨®n
"Me admira que un pueblo tan peque?o, que no est¨¢ en Andaluc¨ªa, tenga una afici¨®n tan potente y lleve tantos a?os trabajando para sacar adelante el flamenco", declar¨® el artista en el Cante de las Minas
Llevaba casi 15 a?os sin tocar en La Uni¨®n y le esperaban con ganas. Al guitarrista se le qued¨® peque?o el Mercado donde se llevan a cabo las galas del Festival y hubo que habilitar un espacio m¨¢s amplio, en una antigua f¨¢brica con capacidad para casi 3.000 personas, donde demostr¨® que sigue siendo un maestro indiscutible.
Paco de Luc¨ªa (Algeciras, 1947) visit¨® La Uni¨®n, por primera vez en los a?os setenta. Los aficionados al cante recuerdan que lleg¨® a este pueblo cartagenero para recoger un premio y que el propio Mairena le pidi¨® que le acompa?ara al toque. La noche acab¨® al fresco, en un patio comiendo pan con aceite. El pasado martes por la tarde, sin afeitar y con gesto cansado, el guitarrista evocaba ese momento "hist¨®rico" del que guarda "un recuerdo que durar¨¢ siempre"; despu¨¦s pas¨® un par de veces con su guitarra por el Mercado durante el festival: "Me admira que un pueblo peque?o, que no est¨¢ en Andaluc¨ªa, tenga una afici¨®n tan potente y lleve tantos a?os trabajando por sacar adelante el flamenco", asegur¨® el m¨²sico mientras esperaba el montaje del escenario para realizar la prueba de sonido antes del concierto. A su alrededor se mov¨ªa inquieta Antonia, su hija peque?a y su mejor admiradora, que, en brazos de La Tana, jaleaba a su padre al grito de "ol¨¦ papi".
Aunque se contiene, hay momentos en los que no puede evitar que sus dedos trasteen las cuerdas a una velocidad endiablada
Tras un par de actuaciones en Jap¨®n durante el pasado julio -donde ofrece conciertos con periodicidad desde que ten¨ªa 17 a?os-, De Luc¨ªa realiza una peque?a gira por algunas ciudades espa?olas antes de emprender viaje por Europa donde presentar¨¢ Cositas buenas, su ¨²ltimo trabajo del que ya ha vendido m¨¢s de 100.000 copias en Espa?a. Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes y con un mont¨®n de grammys en su armario, De Luc¨ªa esperaba el martes la hora del concierto de La Uni¨®n en un camerino de uralita donde tuvo que apagar el aire acondicionado para que no se humedecieran las guitarras. El aforo del antiguo Mercado se hab¨ªa quedado peque?o y pese a la expectaci¨®n creada con su actuaci¨®n, el recinto donde se hab¨ªan instalado casi 3.000 sillas de pl¨¢stico, no se llen¨®. El Ayuntamiento de La Uni¨®n deleg¨® la organizaci¨®n del evento en una empresa privada. El precio de las entradas (60 euros) disuadi¨® a mucho p¨²blico habitual, que se conform¨® con escuchar el concierto desde la calle.
Una hora antes de la medianoche apareci¨® Paco de Luc¨ªa s¨®lo en el escenario, con su habitual chaleco negro abierto sobre camisa blanca y pantal¨®n negro, y su figura enmarcada por unas palmeras. Bast¨® la primera nota de la ronde?a Mi ni?o el Curro para que el p¨²blico enmudeciera. No respiraba nadie y a medida que avanzaba el concierto se iban incorporando, paulatinamente, los m¨²sicos de su banda. El Pira?a al caj¨®n, La Tana y Montse Cort¨¦s a las voces y palmas, Duquende, el m¨¢s camaronero de los cantaores que le acompa?a, Ni?o Josele a la guitarra, Alain P¨¦rez al bajo el¨¦ctrico y Antonio Cort¨¦s al teclado e incorporando la arm¨®nica a los ritmos flamencos, fueron desgranando el repertorio de Cositas Buenas y recuperando temas de trabajos anteriores.
A diferencia de las minas -que a medida que se van explotando disminuye su riqueza mineral y aumenta la ganga-, la m¨²sica de Paco de Luc¨ªa se va enriqueciendo con el paso del tiempo. Su estructura r¨ªtmica, la melod¨ªa, los toques arm¨®nicos y los de color, configuran unas composiciones en las que nada es prescindible, y fluyen con profundidad en cualquier palo por el que el maestro se arranque: ronde?a, sole¨¢, buler¨ªas, mineras, rumbas, tangos o alegr¨ªas. Ritmo dosificado o desmelenado, codas que se repiten en una estructura arm¨®nica muy medida, fraseos que vuelven en el momento justo, consiguen encender el alma de pena o alegr¨ªa y, aunque Paco se contiene, hay momentos en los que no puede evitar que sus dedos trasteen las cuerdas a una velocidad endiablada, s¨®lo comparable a su rigurosa precisi¨®n lo que, inevitablemente, provoca la reacci¨®n entregada del respetable. Un p¨²blico el del concierto del martes por la noche bastante diferente al habitual de las galas flamencas del Mercado donde se celebra el festival desde hace 45 a?os. Ingleses, alemanes y franceses se mezclaban con una mayor¨ªa de payos. El concierto termin¨® con una recreaci¨®n de Entre dos aguas, su rumba m¨¢s internacional, que va modificando, enriqueciendo y remodelando con el paso del tiempo. Desde anoche Paco de Luc¨ªa ya es Paco de La Uni¨®n.
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