Las vidas de Bill Gates
Ayer sal¨ª a dar un paseo con Carolina, mi sobrina de nueve a?os. Mientras cruz¨¢bamos un paso de cebra, inesperadamente, la mujer quiso saber cu¨¢nto dinero ten¨ªa yo ahorrado. Los ni?os funcionan as¨ª. Me lo pregunt¨® con el mismo tono de voz que hab¨ªa utilizado diez minutos antes para pedirme un helado. Dud¨¦ si contestarle o no, pero como sab¨ªa que la respuesta le iba a dar exactamente igual, opt¨¦ por decirle toda la verdad. Cuando le solt¨¦ la cifra, se qued¨® muy seria durante diez segundos, guap¨ªsima, reconcentrad¨ªsima, como procesando una informaci¨®n que no pod¨ªa comprender del todo. Despu¨¦s, con la cara ya m¨¢s relajada, me pregunt¨® solemne: ?Y con ese dinero tu podr¨ªas estar toda la vida sin trabajar? De nuevo le contest¨¦ la verdad.
La fortuna de nuestro riqu¨ªsimo se?or Gates se calcula, aproximadamente, en setenta mil millones de euros
La mayor¨ªa de nosotros, cuando conocemos la fortuna de Bill Gates, solemos reaccionar como mi sobrina ante mis ahorros. Suponemos que es mucho dinero, porque Bill Gates es un gigante para nosotros (como yo lo soy para cualquier ni?a de nueve a?os), pero somos absolutamente incapaces de calibrar la magnitud de su fortuna. Sin embargo, la estupenda pregunta de Carolina le sirvi¨® para formarse una idea precisa del dinero que yo ten¨ªa.
Todos sabemos que el due?o de Microsoft podr¨ªa dejar de trabajar hoy mismo si lo deseara. Estamos plenamente convencidos de que no se le terminar¨¢n los ahorros cuando cumpla 65 a?os. Sabemos que morir¨¢ siendo bastante rico. Incluso podr¨ªa vivir dos vidas con sus ahorros. Incluso tres. Y seguramente 35. Pero no es necesario que especulemos m¨¢s. Gracias al poder de las matem¨¢ticas elementales podemos conocer el n¨²mero exacto de vidas que el se?or Gates podr¨ªa disfrutar sin dar golpe. Como homenaje a Microsoft, utilizar¨¦ hoy la calculadora de Windows.
La fortuna de nuestro riqu¨ªsimo se?or Gates se calcula, aproximadamente, en setenta mil millones de euros. Para vivir un mes sin excesivos problemas se precisan unos dos mil euros. Dividimos ambas cantidades y vemos que Bill podr¨ªa vivir treinta y cinco millones de meses. Tres millones de a?os. Treinta y ocho mil vidas.
Es curioso. Treinta y ocho mil vidas. Muchos sufren por saber si van a llegar a fin de mes, y Bill Gates deber¨ªa tan s¨®lo sufrir por saber si va a llegar al final de la pr¨®xima glaciaci¨®n terrestre. Saber este dato me provoca cierta alegr¨ªa por este buen hombre. Me da rabia no sentir rabia, ni absolutamente ninguna envidia.
Antes de llevar a Carolina a su casa, le compr¨¦ otro helado. Ella me lo pidi¨® y no me da la gana decirle que no a una ni?a de nueve a?os. Al ir a pagar, observ¨¦ que miraba con much¨ªsima atenci¨®n el dinero que yo sacaba de mi cartera. No s¨¦ exactamente lo que pensaba, pero un ligero gesto de su cara me hizo suponer que se sent¨ªa algo culpable por mi desembolso.
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