Luz desbordante
Ahondar en el proceso que se desarrolla desde que el ojo humano ve una imagen hasta que ¨¦sta se plasma en un lienzo o un papel es la tarea que afronta el artista vigu¨¦s Din Matamoro (1958) en la muestra Im¨¢genes mentales que, en cierto modo, supone un repaso general a toda su trayectoria aunque la mayor¨ªa de piezas exhibidas son de nueva creaci¨®n. Dibujos, pinturas, fotograf¨ªas y un v¨ªdeo son los veh¨ªculos escogidos para que el creador reelabore fragmentos de la realidad -m¨¢s bien de su realidad- con materiales como bolsas y cintas de pl¨¢stico, espuma, pintura o la propia luz solar.
La exposici¨®n se divide en cuatro espacios. El primero est¨¢ formado por autorretratos en los que el artista plasma visiones incompletas de s¨ª mismo. La segunda y la tercera sala est¨¢n dedicadas a la imagen en movimiento, como las de un conejo-bolsa que se pasea por escenarios reales o las figuras humanas realizadas con espuma o con cintas de pl¨¢stico, que remiten a la iconograf¨ªa de las esculturas de Giacometti. Con un material tan liviano como la espuma, Matamoro casi consigue reproducir fielmente la levedad de las im¨¢genes que anidan en nuestros cerebros.
DIN MATAMORO Im¨¢genes mentales
Centro Galego de Arte
Contempor¨¢nea
Valle Incl¨¢n, s/n
Santiago de Compostela
Hasta el 25 de septiembre
El ¨²ltimo espacio es una sala en la que se ha conseguido que una luz brillante lo inunde todo y deje al espectador pr¨¢cticamente anonadado. Las manchas de color que aparecen en las paredes parecen encontrarse en continuo movimiento. Son im¨¢genes que pretenden responder a los recuerdos incompletos que se almacenan en nuestra memoria y que nunca volver¨¢n a ser reproducidos de una forma total. Tenemos que conformarnos con un flas de luz de color en el que apenas se esboza una silueta de la imagen original.
Matamoro conserva la mi
rada de pintor que le ha caracterizado a lo largo de su carrera pero, al mismo tiempo, ha sabido utilizar tambi¨¦n la fotograf¨ªa y el cine para sacar im¨¢genes del fondo de su memoria y darles una nueva apariencia. En realidad todo objeto acaba por desaparecer en el mismo momento en que cambia la luz que le ilumina en un instante determinado y, por tanto, nunca ha habido im¨¢genes reales. Siempre acaban siendo un simple producto de la mente, con una vida tan ef¨ªmera como la de un pensamiento fugaz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.