Las bromas del tiempo

LOS NOVELISTAS tienden a ser encasillados en un g¨¦nero, en un tema, en una variante de su obra, en un "t¨² haz lo tuyo". La mayor¨ªa de editores y lectores quiere verles en su vena predilecta. La variaci¨®n, por tanto, es inc¨®moda. Y Doris Lessing ha sido inc¨®moda en ese aspecto porque, a pesar de ser la autora de una obra amplia y prol¨ªfica, casi siempre ha gustado m¨¢s la Lessing autobiogr¨¢fica y analista del feminismo o del desencanto ante los grandes ideales del siglo XX. Sus incursiones en la ciencia-ficci¨®n o en el g¨¦nero fant¨¢stico (donde destaca la notable Instrucciones para un viaje al Infierno), de ser valoradas, lo han sido, al margen del goce de la lectura, m¨¢s por el prestigio de su autora que por las obras en s¨ª. Y hablando de prestigio. En los ochenta, Lessing envi¨® a sus editores habituales Diario de una buena vecina con el seud¨®nimo de Jane Somers, la hipot¨¦tica incursi¨®n narrativa de una periodista de moda. Entre los editores hubo, c¨®mo no, divisi¨®n de opiniones. En Reino Unido todos menos uno rechazaron la obra. Y si esto les parece una visi¨®n un tanto atravesada, a?adamos que el editor de Lessing en Estados Unidos cal¨® la broma enseguida. La conclusi¨®n s¨®lo puede ser optimista: siempre hay esperanza en los laberintos editoriales. Sin embargo, ahora mismo no puedo dejar de preguntarme ?qu¨¦ editorial aceptar¨ªa hoy en d¨ªa, al margen de su calidad, una novela tan arriesgada como Mara y Dann si no estuviese firmada por Doris Lessing?