?Nos estamos haciendo m¨¢s listos?
Los psic¨®logos cre¨ªan que los ni?os adoptados por familias ricas eran m¨¢s inteligentes que sus madres biol¨®gicas hasta que el polit¨®logo neozeland¨¦s James Flynn les sac¨® del error. Analizando los registros hist¨®ricos del IQ (cociente de inteligencia) en 20 pa¨ªses, Flynn demostr¨® en los a?os ochenta que el IQ promedio de la poblaci¨®n crece entre 5 y 25 puntos de una generaci¨®n a la siguiente. Es el llamado efecto Flynn, y gracias a ¨¦l sabemos ahora que los ni?os adoptados por familias ricas no son m¨¢s listos que sus madres biol¨®gicas por ser adoptados, sino por ser ni?os, es decir, porque pertenecen a la siguiente generaci¨®n. Es un avance. Pero, ?c¨®mo explicamos ahora el efecto Flynn?
Los pa¨ªses n¨®rdicos aumentaron su cociente de inteligencia durante la ocupaci¨®n, justo cuando com¨ªan peor
No han faltado hip¨®tesis en los ¨²ltimos a?os: que los ni?os comen mejor, que crecen usando un ordenador, que las parejas tienen menos hijos y por tanto atienden m¨¢s a cada uno y, por supuesto, que los sistemas educativos se hacen cada vez m¨¢s eficaces. Son teor¨ªas sensatas, pero ninguna acaba de cuadrar con los datos. Por ejemplo, los pa¨ªses n¨®rdicos registraron su mayor incremento de IQ durante los a?os de la ocupaci¨®n, justo cuando com¨ªan peor. Los ordenadores mejoran al mismo ritmo en Dinamarca que en cualquier otra parte, pero el IQ dan¨¦s es el ¨²nico que se ha estancado en la ¨²ltima d¨¦cada. Las parejas suelen dedicar al trabajo, no a los hijos, el tiempo extra que han ganado con la reducci¨®n del tama?o familiar. Y la educaci¨®n deber¨ªa afectar m¨¢s al IQ "cristalizado" (que requiere familiaridad con las palabras, los n¨²meros y los s¨ªmbolos) que al IQ "fluido" (que se basa en la resoluci¨®n de problemas abstractos), cuando los datos revelan exactamente lo contrario.
Hay un sentido menos convencional en el que la inteligencia podr¨ªa aumentar en las sociedades desarrolladas. Por ejemplo, pocos f¨ªsicos actuales son m¨¢s inteligentes que Einstein en el sentido convencional, pero todos lo son en el sentido de que llevan integradas en sus circuitos las teor¨ªas de Einstein, y las que Einstein no logr¨® creerse, y las que no lleg¨® a vislumbrar. No se trata de meros conocimientos, como memorizar la lista de los reyes godos, sino de un modelo interno del mundo, una estructura mental capaz de entender la realidad f¨ªsica mejor que Einstein y de formular mejores predicciones sobre los experimentos que todav¨ªa no se han hecho, o sobre las cosas que todav¨ªa no han ocurrido.
Naturalmente, no hay un test de IQ especial para f¨ªsicos te¨®ricos, y por tanto este efecto super Flynn no se ha podido medir. Pero la f¨ªsica es s¨®lo un ejemplo. Si todo el conocimiento progresa mediante unificaciones sucesivas -cada vez menos teor¨ªas explican cada vez m¨¢s aspectos de la realidad-, cada generaci¨®n deber¨ªa alcanzar la edad adulta con un modelo interno del mundo mejor que el de sus padres. Deber¨ªa entender la realidad con m¨¢s profundidad y formular mejores predicciones sobre ella, es decir, que deber¨ªa ser m¨¢s inteligente.
El psic¨®logo Roberto Colom, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, y dos colegas han aportado este a?o un dato interesante (Intelligence, 33:83). Han comparado el IQ de los ni?os espa?oles actuales con el de 1970. El IQ promedio ha crecido 10 puntos, como manda el efecto Flynn. Pero la raz¨®n, seg¨²n han podido precisar estos investigadores, no es un incremento de la inteligencia en todos los ni?os, sino s¨®lo en los que la ten¨ªan m¨¢s baja. El promedio de IQ no sube porque los listos de ahora sean m¨¢s listos que los de antes, sino porque cada vez hay menos torpes. Este resultado dificulta cualquier explicaci¨®n de tipo educativo, porque los ni?os listos deber¨ªan beneficiarse tambi¨¦n de las mejoras en cualquier sistema de aprendizaje. Colom cree que su dato apoya la teor¨ªa de la mejora nutricional: los ni?os con menos IQ ser¨ªan los desnutridos, y se beneficiar¨ªan de las mejoras alimentarias, mientras que los ni?os que ya estaban bien alimentados no tendr¨ªan nada que ganar con esas mejoras. As¨ª que ya saben, ni?os, alim¨¦ntense bien, que est¨¢ en juego el futuro del pa¨ªs.
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