El peor de los ¨¦xtasis
En la ¨²ltima semana se han registrado 30 intoxicaciones y una muerte en Ibiza por consumo de estupefacientes
Un turista irland¨¦s de 27 a?os falleci¨® el lunes pasado en Ibiza tras consumir ¨¦xtasis l¨ªquido, presumiblemente adulterado. Entr¨® en coma y, cinco horas m¨¢s tarde, muri¨® en el hospital. En el fin de semana previo, 25 personas, entre ellos algunos menores de edad, fueron atendidas en sanatorios baleares debido al consumo de dicha droga. Durante esta semana se han registrado cinco intoxicaciones m¨¢s, sin relaci¨®n con la cadena de afectados de los d¨ªas anteriores.
La droga que se vende en la calle suele estar mezclada con otros productos. El traficante la puede adulterar con cualquier sustancia que tenga a mano: una aspirina, talco, polvo de ladrillo, pesticidas o disolventes industriales, lo que se asemeje m¨¢s a la droga que vende.
Para prevenir intoxicaciones por sustancias adulteradas, la ONG Energy Control promueve un uso de estupefacientes responsable, partiendo de la premisa de que "quien desee consumir drogas lo har¨¢". Cada noche, sus miembros se instalan a las puertas de las discotecas de Barcelona. Los j¨®venes interesados en consumir alguna droga sint¨¦tica se acercan para obtener informaci¨®n. Los miembros de Energy Control realizan pruebas para determinar si la pastilla contiene la sustancia activa que debe tener, as¨ª como su grado de pureza. Tambi¨¦n aconsejan sobre las dosis que se deben ingerir en funci¨®n del peso de la persona y su experiencia con drogas. Ambos factores pueden ser decisivos para no sufrir una reacci¨®n adversa.
La postura oficial frente a este grupo es ambivalente. Carmen Moya, delegada del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, pone el ¨¦nfasis en el hecho de que no hay drogas buenas o malas y de que incluso una con grado de pureza alt¨ªsimo puede ser fatal. Al mismo tiempo, la polic¨ªa permite a Energy Control examinar pastillas en discotecas.
El ¨¦xtasis l¨ªquido no tiene la misma sustancia activa que el ¨¦xtasis en pastillas. El primero de ¨¦stos es un depresor del sistema nervioso que se usaba como anest¨¦sico en la d¨¦cada de los sesenta pero que fue prohibido porque produc¨ªa ataques epil¨¦pticos. El ¨¦xtasis en pastilla, por su parte, es un estimulante que produce alucinaciones. En dosis elevadas, el l¨ªquido es alucin¨®geno y estimulante y por ello se le asocia a las pastillas.
El consumo de ¨¦xtasis en Espa?a es marginal, en relaci¨®n con otras drogas: el 0,4% de la poblaci¨®n adulta reconoce haberlo consumido en los ¨²ltimos 30 d¨ªas, frente a un 1,1% que afirma haber tomado coca¨ªna, un 7,6% hach¨ªs y un 64,1% alcohol, seg¨²n datos del Plan Nacional sobre Drogas.
Durante 2002 (¨²ltimo a?o del que se poseen datos completos)murieron 496 personas a causa de una reacci¨®n al consumo de estupefacientes, seg¨²n cifras del Plan Nacional. En el 42% de estas muertes se detectaron rastros de alcohol en la autopsia. Los usuarios de drogas suelen mezclar varias sustancias, por lo que es dif¨ªcil atribuir la responsabilidad que cada una tiene en el deceso. En el 2,5% de los fallecimientos, los forenses detectaron restos de ¨¦xtasis.
El n¨²mero de defunciones relacionadas con el consumo de drogas disminuye desde mediados de la d¨¦cada de los noventa. En 1996, por ejemplo, se registraron 681 muertes. Desde entonces la incidencia se ha reducido. Pero durante el primer lustro de este siglo, el n¨²mero de fallecimientos permaneci¨® constante, rondando los 500 al a?o.
La semana pr¨®xima comenzar¨¢ una tanda de reuniones entre las autoridades ibicencas, los altos cargos policiales y los empresarios del ocio nocturno en la isla. Bajo la m¨¢xima de tolerancia cero, el delegado del Gobierno en Baleares, Ram¨®n Soc¨ªas, ha advertido a los propietarios de las discotecas de que no se vacilar¨¢ a la hora de decretar el cierre de los locales en los que se observen indicios de consumo y circulaci¨®n de drogas, aunque ello pueda da?ar la proyecci¨®n internacional de Ibiza como destino tur¨ªstico, informa Manuel Men¨¦ndez.
Los patrones de consumo de estupefacientes han cambiado en los ¨²ltimos a?os. En los ochenta y noventa el uso de hero¨ªna experiment¨® un boom. La popularidad del opi¨¢ceo ha disminuido desde entonces, en parte debido al riesgo de contraer sida.
A principios de la d¨¦cada pasada, m¨¢s de 20.000 personas acudieron al hospital por primera vez para tratar su adicci¨®n a la hero¨ªna. Quince a?os despu¨¦s, el n¨²mero de pacientes primerizos es una cuarta parte de lo que era. El consumo de hero¨ªna ha sido desplazado por el de hach¨ªs y coca¨ªna. Esta ¨²ltima, desde 1999, es la droga que se detecta con m¨¢s frecuencia en urgencias.
"El consumidor de hero¨ªna tiene un perfil de uso compulsivo, es alguien que delinque para abastecerse, lo que produce marginaci¨®n y rechazo social", afirma Carmen Moya. El uso compulsivo de drogas se ha reducido en el nuevo siglo y ha sido reemplazado por el uso ocasional. "La sociedad tiene una actitud m¨¢s permisiva hacia el consumo de drogas, pues las ingestiones ocurren de forma espor¨¢dica, en fines de semana o en periodos festivos. Se ve como una forma m¨¢s de socializar y divertirse", afirma Jes¨²s Lacoste, director del Instituto para el Estudio de las Adicciones.
En las etapas recreativas (en verano, Navidad, etc¨¦tera), el n¨²mero de fallecimientos y de pacientes que ingresan en urgencias tras consumir estupefacientes se incrementa. Tambi¨¦n es significativo que Palma de Mallorca, con intensa vida nocturna, tenga una tasa de fallecimientos por droga mucho m¨¢s alta que la del resto del pa¨ªs: 13,2 por 100.000 habitantes frente al 4,9 de la ciudad en segundo lugar, Barcelona.
En n¨²meros absolutos, las drogas legales como el tabaco y el alcohol tienen mayor repercusi¨®n social, en parte debido a que su uso es m¨¢s extendido. Cada a?o mueren m¨¢s de 50.000 personas a causa del tabaquismo, frente a las 500 por el uso de sustancias psicoactivas.
El ¨¦xtasis es una droga relativamente nueva, cambiante y de la que no existen estudios para determinar las consecuencias de su uso constante durante varios a?os. La generaci¨®n actual servir¨¢ como conejillo de indias para conocer el alcance a largo plazo del ¨¦xtasis y otras drogas sint¨¦ticas, al igual que la de los a?os cincuenta lo fue con el tabaco.
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