Violentos incidentes tras impedir la Ertzaintza la manifestaci¨®n de Batasuna

Un gran despliegue de la Ertzaintza impidi¨® ayer que la manifestaci¨®n prohibida de Batasuna discurriera por las calles de San Sebasti¨¢n. S¨®lo un grupo de simpatizantes de la formaci¨®n ilegalizada consigui¨® improvisar una peque?a marcha por la Parte Vieja, que deriv¨® en disturbios. La polic¨ªa vasca carg¨® con contundencia y practic¨® siete detenciones. Unas 20 personas resultaron heridas y cinco tuvieron que ser trasladadas a centros sanitarios. El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, no acudi¨®, aunque s¨ª estuvo por la ma?ana en el homenaje al etarra Imanol G¨®mez, en el que se corearon gritos a favor de ETA.

La manifestaci¨®n de Batasuna no se celebr¨® ayer por la confluencia de dos circunstancias. La primera es que, a las cuatro de la tarde, una hora antes de la convocatoria, agentes antidisturbios de la Ertzaintza ten¨ªan tomadas todas las esquinas del Bulevar donostiarra. Se notaba que el departamento de Interior del Gobierno vasco estaba dispuesto a evitar por todos los medios una manifestaci¨®n cuya prohibici¨®n ratific¨® el s¨¢bado por la noche el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco.

La segunda circunstancia que contribuy¨® al fracaso es que Batasuna, a diferencia de otras veces, s¨®lo logr¨® movilizar a unos cientos de simpatizantes. Eso s¨ª, hicieron sudar a la polic¨ªa.

A las cinco de la tarde, el dirigente de Batasuna Joseba ?lvarez intent¨® negociar con el sargento mayor de la Ertzaintza, pero ayer, a diferencia de otras veces, obtuvo un no rotundo por toda respuesta. Bast¨® una suave carga policial para que unos cientos de manifestantes que se hab¨ªan sentado en el Bulevar -entre ellos, dirigentes de Batasuna como el citado ?lvarez o Pernando Barrena- optaran por refugiarse en las estrechas calles de la Parte Vieja, donde la polic¨ªa no suele adentrarse.

Hasta las seis de la tarde rein¨® la paz. Fue entonces cuando se oyeron los primeros disparos de pelotas de goma. Los helic¨®pteros de la polic¨ªa, que no dejaron de volar en toda la tarde, empezaron a dirigir a las m¨¢s de 20 furgonetas de los antidisturbios hacia las calles adyacentes al Bulevar, centro neur¨¢lgico de cualquier algarada que se precie en San Sebasti¨¢n. El consejero de Interior del Gobierno vasco, Xabier Balza, ya hab¨ªa anunciado que su firme decisi¨®n de impedir la manifestaci¨®n s¨®lo ten¨ªa un l¨ªmite: que la acci¨®n de los antidisturbios pudiera poner en peligro la integridad de los viandantes, muy numerosos ayer en una ciudad que pretend¨ªa disfrutar de la jornada inaugural de su Semana Grande.

Sin embargo, y como ya est¨¢ a punto de convertirse en tradici¨®n, los simpatizantes de Batasuna intentaron asumir el protagonismo. Y la verdad es que ayer, aunque no lograron manifestarse por donde ten¨ªan previsto, al final terminaron por conseguirlo.

Numerosos turistas fueron testigos durante toda la tarde de las carreras de los alborotadores, de la lucha de los bomberos contra los contenedores ardiendo, de las cargas de la Ertzaintza... "?Rub¨¦n, Rub¨¦n! No detengan a mi novio que no ha hecho nada", gimoteaba una joven sin demasiado poder de convicci¨®n, porque dos antidisturbios con el rostro tapado derribaban, esposaban y se llevaban sin contemplaciones al tal Rub¨¦n, no m¨¢s de 20 a?os de edad y toda la quincalla que suelen lucir los j¨®venes radicales.

Al final de la tarde, el saldo de detenidos ascend¨ªa a siete y el de heridos a una veintena, la mayor¨ªa de escasa consideraci¨®n. Seg¨²n informaron el Servicio Vasco de Salud y la Asociaci¨®n de Ayuda en Carretera, la peor parte se la llevaron una mujer de 59 a?os que fue asistida de un traumatismo renal por el impacto de una pelota de goma y un turista austriaco de 66 a?os que recibi¨® otro pelotazo en un ojo cuando se encontraba contemplando los incidentes sentado en una terraza. Otra mujer de 71 a?os fue atendida en la Casa de Socorro por el mismo motivo.

Al principio de la semana, Joseba ?lvarez declar¨® que, si se produc¨ªa alg¨²n incidente, ser¨ªa responsabilidad exclusiva de la Ertzaintza. Ayer, los polic¨ªas vascos, y por extensi¨®n sus jefes del PNV, se convirtieron en el blanco preferido de los alborotadores. Les llamaron de todo: perros, asesinos y, sobre todo, espa?oles.