El azud de La Marquesa: convertir un conflicto en una oportunidad
El autor sostiene que el trazado original del trasvase entre el J¨²car y el Vinalop¨® era inviable y afirma que la alternativa garantiza el caudal con una calidad aceptable
En la primavera pasada, el Gobierno ya sab¨ªa que el trasvase J¨²car-Vinalop¨® desde Cortes era inviable. La comisi¨®n t¨¦cnica hab¨ªa reevaluado las disponibilidades de agua eliminando las manipulaciones de datos introducidas por la Administraci¨®n anterior, y hab¨ªa constatado que el trasvase desde Cortes s¨®lo pod¨ªa funcionar con un uso intensivo de los acu¨ªferos de Valencia.
Los resultados que se obten¨ªan trasvasando s¨®lo agua del J¨²car, esto es, sin utilizar los acu¨ªferos, eran contundentes. En los escenarios m¨¢s optimistas, con severos recortes en las dotaciones de los usuarios actuales (incluyendo un 33% de reducci¨®n a Valencia y su ¨¢rea metropolitana), con la modernizaci¨®n de los regad¨ªos tradicionales ejecutada en su totalidad, y con unos caudales ambientales de cuatro metros c¨²bicos por segundo para el J¨²car y de 170 hect¨®metros c¨²bicos al a?o para la Albufera, que una amplia mayor¨ªa de los especialistas considera insuficientes, la media de trasvase en los ¨²ltimos 25 a?os era de 19,9 hect¨®metros c¨²bicos por a?o, y en los ¨²ltimos 20 a?os bajaba a ?7,4 hect¨®metros c¨²bicos por a?o! El trasvase habr¨ªa estado ocho a?os seguidos sin aportar una sola gota de agua. S¨®lo habr¨ªa agua quit¨¢ndosela a los usuarios actuales, o a los caudales ambientales, y ambas opciones, al margen de sus implicaciones legales, conducir¨ªan a graves conflictos sociales y territoriales.
Los regantes del J¨²car, as¨ª como numerosos ayuntamientos y entidades de la Ribera, pronto dejaron claro que no iban a consentir el uso de sus acu¨ªferos para el trasvase. Finalmente, el Ministerio de Medio Ambiente les garantiz¨® que los acu¨ªferos no se tocar¨ªan, y con ello el trasvase desde Cortes qued¨® condenado de facto. Ning¨²n Gobierno puede tomar decisiones que vayan en contra de sus propios datos oficiales, y menos a¨²n cuando ¨¦stos ya han sido hechos p¨²blicos. Hay que recordar, adem¨¢s, que el Congreso de los Diputados aprob¨® por mayor¨ªa, el 9 de septiembre de 2004, una proposici¨®n no de ley por la que se instaba al Gobierno a respetar rigurosamente las conclusiones de la Comisi¨®n de Estudio del Trasvase J¨²car-Vinalop¨®. Y estas eran muy claras: sin usar los acu¨ªferos de Valencia, el proyecto actual es inviable.
Ante esta situaci¨®n, en la reuni¨®n de abril la comisi¨®n t¨¦cnica propuso explorar otras alternativas, y la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua asumi¨® el compromiso de hacerlo. La fundaci¨®n viene estudiando este problema desde hace varios a?os, y siempre ha identificado como soluci¨®n ¨®ptima la combinaci¨®n de desalaci¨®n y reutilizaci¨®n, m¨¢s un trasvase complementario desde Alarc¨®n por el acueducto Tajo-Segura. Un esquema de este tipo podr¨ªa resolver el problema r¨¢pidamente, con plena garant¨ªa, y a costes asequibles.
Sin embargo, la crispaci¨®n pol¨ªtica y period¨ªstica en Alicante ha sido llevada a tal punto, que cualquier soluci¨®n que no incluya una tuber¨ªa desde el J¨²car ya no parece tener credibilidad medi¨¢tica como posible salida al conflicto actual. Reconociendo esta situaci¨®n, la fundaci¨®n acept¨® estudiar la posibilidad de cambiar la toma del trasvase desde Cortes al Azud de la Marquesa, tal y como ven¨ªan reclamando los regantes del J¨²car en la comisi¨®n t¨¦cnica. Los primeros resultados, forzosamente preliminares, indican que la alternativa es t¨¦cnicamente viable, y que sus principales par¨¢metros parecen m¨¢s favorables que los del trazado actual.
En el Azud de la Marquesa, el volumen de agua trasvasable es mucho mayor. Las estimaciones de la comisi¨®n t¨¦cnica ofrecen all¨ª el doble de caudal que en Cortes, pero adem¨¢s, en el azud es posible realizar ciertos intercambios entre los caudales ambientales y otros caudales de salida de la cuenca, que permiten elevar el caudal medio de trasvase hasta unos 70 hect¨®metros c¨²bicos por a?o. En ning¨²n otro punto del r¨ªo se puede disponer de un volumen semejante.
Los costes de inversi¨®n son mayores, porque la conducci¨®n desde el Azud de la Marquesa es m¨¢s larga (30 kil¨®metros m¨¢s), pero su repercusi¨®n por metro c¨²bico es inferior, debido a que en el azud hay mucha m¨¢s agua trasvasable. No se pierde m¨¢s que una fracci¨®n muy marginal de la inversi¨®n realizada, porque todos los tramos ya ejecutados, as¨ª como los acopios de materiales (tubos, tuneladoras, etc¨¦tera...), se incorporan al proyecto modificado.
Los consumos el¨¦ctricos en bombeo desde el Azud de la Marquesa son superiores a los de Cortes, pero traducidos a costes monetarios resultan muy similares, por las indemnizaciones que habr¨ªa que pagar a Iberdrola y a los regantes valencianos si se derivase agua desde Cortes. El balance energ¨¦tico global y las emisiones de CO2, analizadas seg¨²n las modernas metodolog¨ªas de ciclo de vida de proyecto utilizadas en el Programa AGUA, ofrecen una ligera ventaja para la alternativa del Azud de la Marquesa.
Los problemas ambientales del trazado alternativo son poco importantes, y no tienen comparaci¨®n con los del Caroig. Las subvenciones europeas parece que se podr¨ªan mantener si se act¨²a con celeridad. Por ¨²ltimo, los plazos de ejecuci¨®n no tienen por qu¨¦ exceder a los que hubiera requerido el proyecto actual, especialmente a la vista de los problemas geol¨®gicos que estaban apareciendo en el Caroig.
El tema que ha levantado una mayor controversia es el de la calidad del agua. El agua del Azud de la Marquesa, con una salinidad media de 0,8 gramos por litro (carbonatos y sulfatos, principalmente), es perfectamente apta para usos agrarios, y la usan desde hace siglos en Sueca y en Cullera. Las falsedades que han circulado sobre el agua salada o la intrusi¨®n salina han sido r¨¢pidamente desmentidas por la Universidad de Valencia. En el agua, como en cualquier producto, lo que interesa es la relaci¨®n calidad/precio/garant¨ªa. Y para usos agrarios parece mucho m¨¢s conveniente un agua como la del Azud de la Marquesa con entrega anual garantizada a unos 25 c¨¦ntimos por metro c¨²bico (o menos, si el Gobierno as¨ª lo quiere), que un agua como la de Cortes a costes muy superiores, con per¨ªodos de varios a?os seguidos sin suministro, y sometida a la competencia de usuarios no agrarios con mayor capacidad de pago.
Los agricultores del Vinalop¨® deber¨ªan contemplar la alternativa del Azud de la Marquesa como una oportunidad para resolver definitivamente sus problemas de agua. Son muy raras las ocasiones en las que los usuarios de una cuenca aceptan de buen grado un trasvase, aunque sea desde la cola de su propio sistema. En el presente caso, la aceptaci¨®n pr¨¢cticamente un¨¢nime de la cuenca cedente, que garantiza el trasvase sin problemas, se explica por una serie de circunstancias poco frecuentes. Los regantes tradicionales no ven con desconfianza la toma aguas abajo porque son ellos los que gestionan el sistema de azudes del Bajo J¨²car. Los ayuntamientos y las asociaciones ciudadanas consideran, con raz¨®n, que cuanta m¨¢s agua se desee enviar al Vinalop¨® m¨¢s agua tendr¨¢ que circular por el r¨ªo, y cuanto mayores sean las exigencias de calidad del trasvase, m¨¢s atenci¨®n de depuraci¨®n deber¨¢ recibir el r¨ªo.
Juega asimismo el deseo de mucha gente de buena fe, que tambi¨¦n est¨¢ haciendo oir su voz en Alicante, de superar de una vez por todas un conflicto que amenazaba con enquistarse y generar una crispaci¨®n creciente y est¨¦ril en la Comunidad Valenciana.
El cambio de la toma al Azud de la Marquesa ofrece al conflicto actual una salida en la que todos ganan. Los agricultores del Vinalop¨® tendr¨¢n agua asegurada, de calidad muy aceptable y a un coste moderado. Los usuarios urbanos de Alicante se librar¨¢n de un proyecto inviable y podr¨¢n negociar con el Gobierno un acceso ventajoso a otros recursos de excelente calidad y garant¨ªa: agua desalada, agua del J¨²car v¨ªa el acueducto Tajo-Segura, y agua de acu¨ªferos no sobreexplotados para puntas y emergencias. Los usuarios de Valencia mantendr¨¢n sus recursos y sus garant¨ªas actuales. Y ganar¨¢ tambi¨¦n, y mucho, toda la sociedad valenciana, porque con la cancelaci¨®n del proyecto de Cortes desaparece la principal amenaza ambiental que se registra actualmente en la Comunidad Valenciana, y se abre el camino para la recuperaci¨®n del J¨²car y la Albufera.
Antonio Estevan es consultor ambiental y miembro de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua.
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