?Gaza en el camino de la paz?
Esta pregunta dominaba el coloquio de Pilas (Sevilla) entre israel¨ªes y palestinos, hace menos de un mes. Bajo la batuta de Barenboim, la fundaci¨®n que lleva su nombre con el de Said, nos hab¨ªa reunido para analizar la situaci¨®n del conflicto. Ahora, en plena operaci¨®n de retirada tras cuatro d¨¦cadas de ocupaci¨®n, las reacciones de las partes ponen de manifiesto la seriedad de las preocupaciones expresadas en el simposio de Pilas.
Part¨ªamos de la hip¨®tesis de que la retirada de Gaza, aun con el car¨¢cter unilateral de la decisi¨®n del Gobierno Israel¨ª, podr¨ªa constituir un paso en la senda hacia la paz, aunque tambi¨¦n podr¨ªa convertirse en una nueva frustraci¨®n para el proceso si no se daban las condiciones necesarias.
Para todos los presentes, el horizonte posterior a la retirada de Gaza se abrir¨ªa si se convocaba una conferencia internacional, como la prevista en la llamada "hoja de ruta", inmediatamente despu¨¦s de la salida de los colonos. Pesaba el recuerdo de la Conferencia de Madrid con car¨¢cter positivo y al tiempo la frustraci¨®n por el desarrollo de los Acuerdos de Oslo. La Conferencia de Barcelona, diez a?os despu¨¦s de la puesta en marcha de una pol¨ªtica para el Mediterr¨¢neo por parte de la Uni¨®n Europea, podr¨ªa ser la ocasi¨®n propicia para comprometer a las partes: El Cuarteto, con el apoyo de la UE y de la Liga ?rabe, constituir¨ªan un escenario apropiado para llamar a las partes a una negociaci¨®n continuada.
?sa fue la conclusi¨®n m¨¢s importante del coloquio. Idea sugerida por el l¨ªder palestino Moustafa Bargouti, inmediatamente concit¨® el acuerdo de todos los presentes. El trasfondo ven¨ªa de la consideraci¨®n del riesgo para el proceso que se producir¨¢ si tras la retirada de Gaza, el Gobierno de Israel detiene la marcha de la "hoja de ruta", afirmando su presencia en los asentamientos de Cisjordania y consolidando el cerco a Jerusal¨¦n.
Para todos los presentes, avanzar decididamente hacia el Estado Palestino era la forma m¨¢s eficaz para detener cualquier escalada de violencia como resultado de las frustraciones de las poblaciones palestinas que se sentir¨¢n estimuladas por la retirada de Gaza y agraviadas porque en sus situaciones respectivas el tratamiento sea diferente. La alegr¨ªa desbordante de los palestinos ante la retirada puede tener un rebote peligroso si la legalidad internacional no se cumple en el resto de los territorios ocupados.
Despejar incertidumbres es una necesidad urgente en este largo conflicto, tanto para los directamente concernidos -palestinos e israel¨ªes- como para la comunidad internacional. En el primer caso por la necesidad de llegar ya a un acuerdo de paz, con dos Estados de fronteras seguras y soberan¨ªa plena. Para la Liga ?rabe, la Uni¨®n Europea, EE UU y Rusia, porque una soluci¨®n de este conflicto, epicentro de toda la crisis en la regi¨®n de Medio Oriente, ser¨ªa un factor decisivo para el resto de los procesos en curso.
La convocatoria de una conferencia de paz ser¨¢ la ¨²nica f¨®rmula que permita superar las dificultades infranqueables de conversaciones entre las partes, que, como se ha venido comprobando, conducen al bloqueo permanentemente. Desde el punto de mayor aproximaci¨®n a una salida satisfactoria, alcanzado en la ¨²ltima etapa del Gobierno Clinton, la situaci¨®n ha retrocedido constantemente.
Ahora el Gobierno Sharon se ver¨¢ obligado a unas elecciones anticipadas y su margen de maniobra para avanzar hacia el reconocimiento de un Estado Palestino acorde con la legalidad internacional ser¨¢ menor. La Autoridad Nacional Palestina es d¨¦bil e ineficiente para responder a los desaf¨ªos de una negociaci¨®n y a los requerimientos de una poblaci¨®n que pierde posiciones econ¨®micas y sociales permanentemente. La polarizaci¨®n con Ham¨¢s estrecha los m¨¢rgenes de actuaci¨®n.
La pol¨ªtica unilateral est¨¢ tocando a su fin. Despu¨¦s de la retirada de Gaza, la propia franja se enfrentar¨¢ a problemas que requieren acuerdos entre todos. Sin aeropuerto, sin puerto y sin salidas terrestres, la densa poblaci¨®n de Gaza puede estar condenada a sobrevivir con ayuda internacional como en un gran campo de refugiados. La alegr¨ªa de hoy puede trocarse en desesperanza ma?ana.
Para el resto de los territorios ocupados, con la incidencia del "muro" de separaci¨®n, se plantea la inc¨®gnita de la viabilidad, incluso en t¨¦rminos de comunicaci¨®n interna. Por eso habr¨ªa que retomar la resoluci¨®n un¨¢nime de la Uni¨®n Europea el pasado a?o, afirmando que las fronteras de un acuerdo posible deben ser las previas a 1967 y que los cambios que pudieran producirse s¨®lo ser¨ªan aceptables mediante acuerdo entre las partes.
Es dif¨ªcil ampliar el espacio de la pol¨ªtica con may¨²sculas en ambas partes. Tan dif¨ªcil como imposible prever un acuerdo entre ellas. En Israel se mover¨¢n poco las posiciones internas en t¨¦rminos de relaciones de fuerza, pase lo que pase en las elecciones. En Cisjordania y Gaza la polarizaci¨®n entre Ham¨¢s y la OLP puede evitarse facilitando la emergencia de fuerzas democr¨¢ticas nuevas que opten por la no violencia para conseguir la paz y se centren en el desempe?o de la administraci¨®n de las cosas: salud, educaci¨®n, seguridad, empleo, sin las corruptelas que crean penurias y desencantos a?adidos.
En este contexto Gaza puede ser una oportunidad para la paz definitiva o una nueva frustraci¨®n que empantane el conflicto durante muchos a?os. Las partes implicadas directamente no podr¨¢n resolver este dilema por s¨ª solas. Por eso la Comunidad Internacional debe actuar con premura para ayudar a conseguir un avance definitivo. A veces las partes de un conflicto pueden ver una soluci¨®n pero no tener margen de maniobra para operarla. "Imponer", entre comillas, esa deseada soluci¨®n ser¨¢ la ¨²nica salida. En caso contrario seguiremos con ese empate infinito, cargado de sufrimientos, en el que nadie est¨¢ en condiciones de ganar ni de perder.
Felipe Gonz¨¢lez es ex presidente del Gobierno.
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