La Prague Philarmonia, entre el oficio y el genio

El primer concierto de la orquesta Prague Philarmonia, dirigida por el Jakub Hrusa, en el Festival Internacional de M¨²siques de Torroella de Montgr¨ª, permiti¨® medir, el pasado mi¨¦rcoles, la distancia que va del oficio al genio. El oficio estuvo representado por el Concierto para viol¨ªn y orquesta en La menor Op. 53, de Dvor¨¢k, una pieza bien estructurada, equilibrada, ingeniosamente orquestada y con una parte solista brillante y de escritura lujosa. Una pieza que lo tiene todo menos el genio, y que fluye sin dejar huella perenne en el ¨¢nimo. El genio estuvo representado por la Sinfon¨ªa n¨²m. 3 en Mi bemol mayor Op. 5, 'Heroica', de Beethoven, una pieza que est¨¢ vivificada por la genialidad en todos sus compases y que, a m¨¢s de dos siglos de su estreno, est¨¢ afilada como el primer d¨ªa y sigue sobresaltando al p¨²blico con su impulsivo inicio con dos acordes cortados a pico y el tema principal entrando a continuaci¨®n sin pedir permiso y anunciando que una nueva era musical acababa de empezar.

En la interpretaci¨®n de la parte solista del concierto de Dvor¨¢k se desempe?¨® muy eficazmente Isabelle Faust, una violinista emergente de tocar f¨¢cil y fluido y hermoso sonido proporcionado por su flamante Stradivarius. Sin embargo, ni su empe?o ni su notable pericia consiguieron insuflar genio en donde no lo hab¨ªa.

Lectura satisfactoria

Tanto en el acompa?amiento del concierto como en la deliciosa obertura Las H¨¦bridas Op. 26, de Mendelssohn, la Prague Philarmonia se hab¨ªa mostrado algo tosca y desma?ada, en la sinfon¨ªa de Beethoven, en cambio, mejor¨® muy notablemente su rendimiento y el joven director Jakub Hrusa, sin tampoco conseguir una versi¨®n memorable, acab¨® entregando una lectura satisfactoria de una obra que ha devorado a no pocos directores j¨®venes ignorantes de que las obras con genio suelen ser antrop¨®fagas.

A lo largo de todo el concierto el sonido orquestal se resinti¨® de un cierto desequilibrio ac¨²stico entre la excesiva proyecci¨®n sonora de clarinetes, oboes y trompetas, que eran los instrumentos que estaban en el centro y pegados a la nueva pantalla ac¨²stica, y la proyecci¨®n mucho m¨¢s moderada de la cuerda, m¨¢s alejada de la misma. Este desequilibrio, que se ha podido apreciar tambi¨¦n en las otras dos orquestas que han actuado con la nueva pantalla, tiende a hacer que las orquestas suenen como bandas, una circunstancia que, con todos los respetos a las benem¨¦ritas agrupaciones de aer¨®fonos que tanto han hecho por la difusi¨®n de cultura musical, se deber¨ªa evitar. Es de esperar que cuando la nueva pantalla ac¨²stica complete su rodaje este desequilibrio pueda ser corregido.