La fuga interminable

Seguro que muchos aficionados del Deportivo todav¨ªa suscribir¨ªan aquel "que salga Luque" proclamado hace tres a?os en las gradas de Riazor por la pe?a que llevaba ese nombre. Pero la frase ha perdido su sentido original. Hace tres a?os, "que salga Luque" era una interpelaci¨®n al entonces entrenador, Javier Irureta, quien se tomaba su tiempo antes de abrir un hueco en el equipo al ¨²ltimo gran fichaje del Depor. Ahora Luque ya no es popular en Riazor. Desde hace un a?o ha sumado incontables intentos de forzar un traspaso. Y la gente le ha puesto en la lista negra mientras el club, necesitado de ingresos, negocia ahora su venta al Newcastle.

La gram¨¢tica parda del mundillo futbol¨ªstico recomienda de siempre precauci¨®n ante los jugadores con padre. Luque podr¨ªa servir de caso ejemplar. Su progenitor, Rafael, act¨²a tambi¨¦n como agente suyo. Fue ¨¦l quien negoci¨® su traspaso al Deportivo con el presidente, Augusto C¨¦sar Lendoiro. Y desde hace un a?o se ha mostrado m¨¢s activo que nadie en la b¨²squeda de nuevos horizontes para su hijo, a quien parece que el Depor se le ha quedado peque?o. El Barcelona, el Madrid, el Atl¨¦tico o el Sevilla han figurado en la lista de pretendientes, reales o imaginarios, del delantero.

Finalmente, es muy probable que salga Luque, aunque en direcci¨®n a la Liga inglesa. Su padre ya ha cerrado un trato con los emisarios del Newcastle que se desplazaron a A Coru?a. Ahora falta el acuerdo con Lendoiro, un hombre que convierte cada negociaci¨®n en una partida de p¨®ker hasta al amanecer, como sabe muy bien el propio Luque. El Deportivo lo ha tasado en 15 millones de euros y rechaza a cambio al centrocampista portugu¨¦s Hugo Viana, ofrecido por el Newcastle en un intento de abaratar el precio. Lendoiro quiere el dinero para buscar otro tipo de futbolista, probablemente el atacante que le reclama el nuevo entrenador, Joaqu¨ªn Caparr¨®s.

Sin convencer

En el plan que ten¨ªa en la cabeza Lendoiro hace tres a?os, el delantero de futuro del Deportivo era Luque. El presidente le fich¨® con la idea de que el entonces goleador del equipo, el holand¨¦s Makaay, fuera traspasado a la temporada siguiente, como ocurri¨®, y Luque deber¨ªa estar a punto para reemplazarle tras un a?o de adaptaci¨®n.

Pero a Irureta nunca le convenci¨® Luque como ariete. A diferencia del ambidiestro Makaay, s¨®lo remata con la izquierda. Y apenas se puede contar con ¨¦l para el juego a¨¦reo. Necesitado de un jugador en la banda, le convirti¨® en extremo. Luque nunca acab¨® de aclarar si le gustaba o no ese puesto, para el que tambi¨¦n le ha utilizado Caparr¨®s pese a afirmar que la principal necesidad de la plantilla es un ariete.

Con la grada en contra, la desconfianza del entrenador y el Deportivo acuciado por las penurias econ¨®micas, Luque parece que lograr¨¢ al fin la fuga so?ada. Por ¨¦l y por su padre.