Inc¨®gnita alemana
?Qu¨¦ le hace falta a Alemania para salir de esta larga crisis que mantiene atenazada a su econom¨ªa, confusa a su pol¨ªtica y en vilo a toda Europa? Una cosa ante todo: optimismo. En esto han coincidido esta semana dos voces de gran peso como son el semanario The Economist y el profesor brit¨¢nico y alem¨¢n lord Dahrendorf, que con este diagn¨®stico han inyectado una gran dosis de este ¨¢nimo esperanzador en el escenario pol¨ªtico alem¨¢n cuando apenas faltan cuatro semanas para que se celebren el 18 de septiembre las elecciones generales. Alemania necesita ante todo optimismo, confianza en el futuro, demanda interna y proyectos que saquen a la poblaci¨®n del pozo de apat¨ªa y pesimismo en el que se ha ido sumiendo bajo el des¨¢nimo y las malas noticias econ¨®micas a principios de la d¨¦cada de los noventa, cuando se hizo evidente que el esfuerzo y el coste de la unificaci¨®n de las dos Alemanias superaba con mucho las previsiones m¨¢s pesimistas. Desde entonces, bajo el democristiano Helmut Kohl como bajo el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der, la pol¨ªtica alemana ha sido incapaz de imponer unas reformas sobre cuya necesidad no existen dudas, pero que siempre han sido bloqueadas de una u otra forma por los sectores que se consideraban perjudicados por las mismas. La movilizaci¨®n del miedo y la presentaci¨®n de las reformas como amenaza al bienestar y no como oportunidad de renovarlo y mantenerlo han sido, coinciden los observadores con Dahrendorf, factores determinantes para el abatimiento social, la falta de confianza en el futuro y el hundimiento de la demanda interna de desastrosas consecuencias para las empresas y el empleo.
Alianzas de grupos de inter¨¦s, gremios y sindicatos han logrado frustrar una y otra vez los intentos reformistas gubernamentales. Una vez articulada esta resistencia en el seno del Partido Socialdem¨®crata (SPD) tras diversos reveses electorales en los l?nder, y con la C¨¢mara alta en manos de la oposici¨®n y, por tanto, con veto sobre la pol¨ªtica legislativa, Schr?der decidi¨® poner fin a una legislatura condenada a la par¨¢lisis y pedir la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero pese a la avalancha de malas noticias, son muchas y serias las voces que aseguran que ciertas reformas han ido cuajando y creando una situaci¨®n cada vez m¨¢s competitiva. La primera econom¨ªa europea necesita ante todo un fuerte impulso movilizador. Y ¨¦sa es una tarea de la pol¨ªtica. Las inc¨®gnitas ante el futuro alem¨¢n, que son muchas, pueden albergar posibilidades fascinantes y no s¨®lo para Alemania, sino para toda Europa. La recuperaci¨®n de la mayor econom¨ªa europea podr¨ªa convertirla de nuevo en la locomotora que tanto necesita la UE.
Si la pol¨ªtica es la que puede hacer posible este cambio en Alemania, tambi¨¦n ser¨¢ la principal responsable si se frustra. Es dif¨ªcil imaginar que Schr?der pueda encabezar un proyecto ilusionante de este calibre tras una legislatura mala, otra directamente abortada y un SPD con menos del 30% de los votos. Pero la favorita en las elecciones, la democristiana Angela Merkel, habr¨¢ de demostrar m¨¢s habilidad que en su titubeante comienzo de campa?a si quiere una victoria s¨®lida. El panorama pol¨ªtico se ha visto conmocionado, adem¨¢s, por la aparici¨®n del populista Partido de la Izquierda (LP) de Oskar Lafontaine, que podr¨ªa obtener el 10% de los votos pero con el que ninguno de los dos grandes partidos podr¨ªa pactar. Si Merkel no consigue un s¨®lido triunfo que le permita gobernar con un peque?o partido liberal (FDP), todo indica que CDU y SPD habr¨¢n de enfrentarse ante la disyuntiva de formar una gran coalici¨®n para impulsar las reformas, generar confianza, combatir el miedo y alimentar con optimismo el motor de la sociedad y la econom¨ªa alemanas, vitales para Europa.
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