La sargento pasa a la reserva
Kelly Holmes, doble oro en Atenas, se va a los 35 a?os tras una carrera marcada por las lesiones
De repente, algo apareci¨® en el horizonte. Primero lleg¨® el sonido, cortante, mec¨¢nico y constante de unas aspas girando en el aire. Tras el sonido apareci¨® un helic¨®ptero del Ej¨¦rcito, pintura de camuflaje incluida, que aterriz¨® en medio del Don Valley Stadium, escenario del Gran Premio de Sheffield. Sin previo aviso, ante la sorpresa general, la sargento Kelly Holmes, conductora de camiones militares de cuatro toneladas, campeona militar de yudo y ganadora de los 800 y los 1.500 metros en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004, salt¨® del aparato. La gran dama del atletismo brit¨¢nico, de 35 a?os, se retira. Ayer se despidi¨® de su pa¨ªs. Ya s¨®lo le quedan los Juegos de la Commonwealth. Cuando terminen, empezar¨¢ a olvidar su sufrimiento, a borrar el recuerdo de sus lesiones y a dedicarse a los m¨¢s j¨®venes.
"Cog¨ª unas tijeras y me hice un corte [en el brazo] por cada d¨ªa que hab¨ªa estado lesionada"
Holmes, nueve medallas entre Europeos, Mundiales y Juegos, est¨¢ harta de sufrir. Su carrera ha sido una pelea constante contra su cuerpo y sus deseos, contra las lesiones y su eterna indecisi¨®n: talento de los 1.500, encontraba la felicidad en los 800, la distancia que encumbr¨® a su gran ¨ªdolo, Sebastian Coe. Siempre pareci¨® decidirse por una de las dos pruebas justo cuando deb¨ªa correr la otra.
Hasta Atenas. All¨ª, con 34 a?os, las rastas pegadas al cuero cabelludo, corri¨® las dos distancias y las gan¨® contra pron¨®stico. Nadie se lo pod¨ªa creer. A ella no le extra?¨®: "Siempre, cada vez que acababa una temporada, pensaba: 'Si no hubiera estado lesionada lo habr¨ªa hecho mucho mejor". Normal: una fractura por estr¨¦s le impidi¨® lograr una medalla en Atlanta 96. Su tend¨®n de Aquiles, roto, in¨²til, acab¨® con sus esperanzas mundialistas en 1997. En 2001 la tuvieron que operar del est¨®mago... "De los 12 a?os que me he dedicado al atletismo he estado lesionada siete", resume.
Suficiente para deprimirse. Suficiente para pensar en dejarlo todo cuando, durante una concentraci¨®n en los Pirineos, lesionada en una pierna, se meti¨® en un ba?o, cerr¨® la puerta y abri¨® la llave del agua. "No quer¨ªa que nadie me escuchase llorar", le dijo a The News of the World; "cogi unas tijeras que hab¨ªa sobre la estanter¨ªa y empec¨¦ a hacerme cortes". Su brazo, delgado y fino, recoge en cicatrices su sufrimiento: "Me hice un corte por cada d¨ªa que hab¨ªa estado lesionada. No habr¨ªa ido m¨¢s lejos. Fue mi grito de desesperaci¨®n".
Pero se recuper¨®. Holmes, comprometida con la b¨²squeda del ¨¦xito, decidida a dejar el atletismo por la puerta grande, se fue a vivir a Sur¨¢frica. Y no fue a un sitio cualquiera, sino a la mansi¨®n de Mar¨ªa Mutola, El Expreso de Maputo, la gran dominadora de los 800 en los ¨²ltimos 15 a?os. "Esa decisi¨®n me llev¨® a una vida solitaria, pero para m¨ª era muy importante lograr buenos resultados", explic¨®. La mozambique?a le ense?¨® sus secretos. Y Holmes, sedienta de gloria, la destroz¨® en Atenas. Desde entonces s¨®lo ha tenido tiempo para los homenajes y su trabajo con la pr¨®xima generaci¨®n de fondistas brit¨¢nicos: "Quiero aconsejarlas, ayudar a que sus carreras sean m¨¢s f¨¢ciles que la m¨ªa. Siempre hablo con ellas".
Se despide la sargento Holmes, que ayer acab¨® los 800 pen¨²ltima y cojeando. Pero daba igual. Holmes salud¨® al p¨²blico, ense?¨® sus medallas ol¨ªmpicas y empez¨® a pensar en sus j¨®venes pupilas, con las que se entrena 20 d¨ªas al a?o entre Sur¨¢frica y Valencia: "He conseguido lo que siempre quise conseguir. Con 14 a?os so?aba con entrar en el ej¨¦rcito y ganar una medalla de oro. Ahora que lo he conseguido, estoy un poco perdida".
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