El socialismo franc¨¦s se desgarra
Crece la tensi¨®n entre las dos facciones que luchan por el control del partido
La brecha que el refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n Europea abri¨® en el seno del Partido Socialista franc¨¦s (PS) no ha cesado de crecer. Si¨ªstas y no¨ªstas al texto se reunir¨¢n este fin de semana en el puerto atl¨¢ntico de La Rochelle, en la universidad de verano del PS, pr¨®logo del congreso extraordinario de noviembre en el que los socialistas franceses deben decidir qu¨¦ camino tomar¨¢n en el futuro y bajo qu¨¦ liderazgo, para intentar volver al poder cuando se celebren las elecciones presidenciales de 2007.
Ambos bandos se han encargado de calentar el ambiente. "Las ideas son irreconciliables", dijo ayer el ex ministro de la Salud Bernard Kouchner. "El refer¨¦ndum lo ha puesto en evidencia, pero lo sab¨ªamos desde hace tiempo", a?adi¨®, en una entrevista al diario Le Figaro. Kouchner se sumaba al ex primer ministro Michel Rocard, que, en Le Nouvel Observateur, apost¨® por una escisi¨®n si los no¨ªstas Laurent Fabius y Henri Emmanuelli se hac¨ªan con las riendas del partido. "Cada d¨ªa que pasa nos hacemos m¨¢s insoportables los unos a los otros", admiti¨® Rocard.
El desgarro del refer¨¦ndum puso en evidencia una divisi¨®n latente entre socialdem¨®cratas posibilistas e izquierdistas ortodoxos. A diferencia de otros partidos socialistas europeos, el PS nunca ha cerrado esta dicotom¨ªa, prefiriendo mantener un discurso radical y atenerse en la pr¨¢ctica a los principios b¨¢sicos de la econom¨ªa de mercado. Pero la victoria del no el 29 de mayo ha mostrado la existencia de un importante sector del electorado dispuesto a votar a una opci¨®n radical que anuncie la derrota del liberalismo y el fin de la globalizaci¨®n.
Los no¨ªstas est¨¢n ahora dispuestos a hacerse con el partido, animados por las dudas que detectan en la actual c¨²pula directiva, en especial por la debilidad mostrada por el primer secretario, Fran?ois Hollande, ante quienes se lanzaron a hacer campa?a contra la Constituci¨®n Europea en contra de la votaci¨®n mayoritaria de la militancia.
El ambicioso diputado Arnaud Montebourg, fundador, junto al diputado europeo Vincent Peillon, de la corriente Nuevo Partido Socialista (NPS), propuso el pasado domingo una "mayor¨ªa alternativa" con Fabius y Emmanuelli -el l¨ªder m¨¢s visible de la campa?a del no-. Montebourg tambi¨¦n asegur¨® que era "imposible construir nada con Hollande", al que acus¨® de haber llevado al partido a "dos desastres consecutivos en 2002 y 2005", es decir, el refer¨¦ndum y la derrota de Lionel Jospin en las presidenciales de 2002.
Jospin, por el momento, parece alejado de la batalla. Hizo campa?a por el s¨ª; impresion¨® a muchos, pero no consigui¨® su objetivo. Hollande y la actual c¨²pula socialista preparan su defensa y disponen de un arma que puede ser decisiva, el control de la militancia a la que Jospin, hace ya 10 a?os, concedi¨® el poder del voto para cualquier decisi¨®n importante, y no hay que olvidar que la consulta interna sobre el proyecto de Constituci¨®n europea la ganaron los partidarios del s¨ª.
El secretario nacional del PS, Fran?ois Rebsamen, el hombre que controla el aparato y las federaciones, desvel¨® ayer en Le Monde elementos de su estrategia. Montebourg, Peillon y el NPS, explic¨®, no son m¨¢s que una corriente minoritaria, que deben aprender a moverse colectivamente en el seno del partido. Rocard y Kouchner, con sus presagios sobre una escisi¨®n, "son dos socialdem¨®cratas sinceros y su an¨¢lisis sobre la izquierda es parcialmente justo", pero ya no son m¨¢s que "francotiradores".
El problema del PS es de liderazgo. Hollande no es el l¨ªder que pueda enfrentarse con garant¨ªas al que se perfila como el candidato de la derecha, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy.
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