Con tomate: manzana de amor
Baste decir del tomate que es invitado principal en todas las salsas que se cuecen, y ello gracias a la virtud que le adorna de acidular un poco, y ense?orear un tanto m¨¢s, los guisos en los que participa. No se concibe sofrito sin el tomate, y de entre los arroces, raro es el que no cuenta con ¨¦l para iniciar la preparaci¨®n del plato. Lleno de agua, no por eso pierde su sabor, y cuando se libera de la misma, su textura y dulzor lo convierten en elemento esencial para conjugar y equilibrar a los que le acompa?an.
?C¨®mo se har¨ªan los sofritos hasta el siglo XVI? Y damos esta fecha porque en ella se introdujo en nuestras vidas. No fueron f¨¢ciles sus comienzos, ya que si hacemos caso a una autoridad en la materia como fue Nicol¨¢s de Monardes, m¨¦dico sevillano que lo catalog¨® en su obra La historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales que sirven en medicina, y tal como se desprende del nada somero t¨ªtulo del tratado, el tomate fue al principio fruto decorativo, luego, logro medicinal, y por fin fue catalogado de veneno por su parecido con la planta de la belladona.
Su textura y dulzor lo convierten en elemento esencial para equilibrar a los que le acompa?an
Seg¨²n cient¨ªficos de la ¨¦poca, la ingesta de tomate daba lugar de forma fulminante a graves problemas circulatorios, que terminaban en el temido s¨ªncope, y por tanto su consumo estaba rigurosamente prohibido. Pero sin duda alg¨²n osado debi¨® probarlo, fruto de una ciega fe en otro sector de la ciencia o de la ignorancia absoluta de la misma, y la maligna fama cay¨® en picado.
Tanto es as¨ª que en sus ya pr¨®ximos viajes se le bautiz¨® con hermosos nombres que en nada recordaban sus antecedentes. Ya sabemos de la manzana de oro -pomodoro- en Italia, y de pomme d'amour en la rom¨¢ntica Francia, o del gen¨¦rico en lat¨ªn pomum amons, con la misma intenci¨®n del que le dieron los franceses y del todo alejado de nuestro apelativo, que descend¨ªa por l¨ªnea directa del tomatl nahuat¨ª.
De Am¨¦rica a Europa, y de ¨¦sta al resto del mundo, bendecido, cultivado y consumido en ingentes cantidades, lo cual da fe de sus virtudes. Para ensalzarlas, tantos las visuales como las gustativas, se han encargados cocineros y poetas, y no podemos dejar de citar a uno de ¨¦stos ¨²ltimos, cual fue Tirso de Molina, que en su obra El amor m¨¦dico le canta: .../ Oh, ensalada de tomates / que coloradas mejillas / dulces y a un tiempo picantes /...
D¨®nde comerlo
Restaurante El Poblet. Carretera de las Marinas, kil¨®metro 2,5 D¨¦nia (Alicante).
Tel¨¦fono: 96 578 41 79
C¨®mo hacerlo
Arroz con tomate
- INGREDIENTES
100 gramos de arroz senia triturado. 50 gramos de suero de parmesano. Ralladura de lim¨®n verde. 1 hoja de gelatina. 1 tomate de pera rojo (solo la carne asada). 8 tomates de Alejandr¨ªa. 8 tomates Cherry verdes asados. Semillas de tomate cuarentena. Dados de carne de tomate Raff. Hojas de achicoria, acelga roja, boraje Cress, cebollino. 1 litro de zumo de naranja sanguina. 500 gramos de leche de vaca. 250 gramos de parmesano reggiano.
Sal, pimienta, dados de manzana, ralladura de naranja.
- ELABORACI?N
Ponemos al fuego el agua y el suero y cuando hierva a?adimos el arroz. Revolvemos continuamente a fuego muy suave. Cuando sea una masa densa, a?adimos la sal, la hoja de gelatina y la ralladura de lim¨®n. Estiramos la masa para obtener l¨¢minas finas como el papel. Dejamos reposar durante seis horas. Ali?amos todos los tomates.
Del litro de zumo reservamos 100 gramos y el resto lo reducimos hasta 200 gramos. Los mezclamos.
Ponemos la leche y el queso en el Termomix a m¨ªnima potencia y 65 grados y batimos hasta que quede una mezcla fina. Lo introducimos en una manga pastelera.
Presentamos en el plato poniendo primero las l¨¢minas de arroz y las cubrimos sucesivamente con los tomates, las verduras y la crema. Lo regamos con el zumo.
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