Como p¨¢jaros disecados
El motivo pict¨®rico de la ruina represent¨® durante el Renacimiento la alegor¨ªa de la ca¨ªda del paganismo, reemplazado por el nuevo orden cristiano. Durante el Barroco, poetas, pintores y escultores la situaron en catacumbas, cavernas o como ilustraci¨®n del motivo del para¨ªso perdido, llegando a ser, a partir del XVII, "pintura de g¨¦nero", a trav¨¦s de las im¨¢genes de vestigios y restos arqueol¨®gicos romanos. La Ilustraci¨®n descubre una nueva perspectiva para la ruina en la arqueolog¨ªa; y no es hasta el Romanticismo cuando poetas y pintores la viven como la imagen del pasado distorsionado en el espejo del presente, que autores como Constable, Turner, Friedrich, Blechen o Villaamil transmiten con considerable vigor. Finalmente, el siglo XX las representa como el complejo resultado de los avances t¨¦cnicos y del infortunio del poder destructor del hombre, siendo los cineastas los aut¨¦nticos testigos de la m¨¢s grande bacanal de todas las ambiciones, la guerra. Antoni Mar¨ª, comisario de la estetizante y apolog¨¦tica El esplendor de la ruina, propone en La Pedrera un paseo por la nostalgia que producen las piedras a trav¨¦s de las pinturas. Paisaje con ruinas romanas, de Herman Posthumus, destaca como la ¨²nica pintura del siglo XVI que muestra la ruina como tema ¨²nico, y en el que se reconocen monumentos magn¨ªficos, como el mausoleo de Constancio, la colina del Palatino o las grutas subterr¨¢neas que conducen a la Domus Aurea de Ner¨®n. De las fantas¨ªas barrocas de la Antig¨¹edad sobresalen tres pr¨¦stamos del Museo Ermitage: Paisaje con sarc¨®fago, de Thomas Blanchet; Paisaje con Cristo y centuri¨®n, de Pierre Patel El Viejo, y Traves¨ªa del r¨ªo en un vado, de Boucher. Los grabados de Piranesi, Fumagali, Philippo Morghen y Gantonio Joli son exhibidos como verdaderas joyas, exentas o entre la arquitectura de bibli¨®filo que atesoran la Biblioteca Nacional de Madrid y la de Bellas Artes de Valencia. Lo sublime se instala en los cuadros de Bellotto, Hubert Robert -una de las mejores telas de la exposici¨®n es El Coliseo (Museo del Prado), que representa el anfiteatro romano en toda su luminosa verticalidad- y en el rar¨ªsimo So?ador de C. D. Friedrich, obras que culminan este promenade pict¨®rico antes de llegar al collage realista con el que el realizador Andr¨¦s Hispano ilustra c¨®mo la fotograf¨ªa y el cine testimonian el af¨¢n destructor entre las civilizaciones.
EL ESPLENDOR DE LA RUINA
La Pedrera
Passeig de Gr¨¤cia, 92 Barcelona
Hasta el 30 de octubre
El esplendor de la ruina no es una gran exposici¨®n, y puede que el arte contempor¨¢neo hubiera podido aportar algo de su fr¨¢gil mirada (por no hablar de la modernidad, los objet trouv¨¦, collages, ready mades, con todas sus rupturas formales), pero tiene algo que ayuda a que cognici¨®n y percepci¨®n no puedan desligarse. A ello contribuye su cuidado cat¨¢logo, con los excelentes ensayos de Sabine Forero-Mendoza, Marcelo Fagiolo, Mar¨ªa Dolores Jim¨¦nez-Blanco y ?ngel Gonz¨¢lez, que compensan la poca ambici¨®n del conjunto.
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