Un a?o despu¨¦s del tornado
Los vecinos de N¨¤quera no recibieron ayuda municipal y a¨²n arreglan desperfectos
El remolino de agua y viento dur¨® escasos tres minutos. Los destrozos que dej¨® a su paso por N¨¤quera son a¨²n visibles, un a?o despu¨¦s. La noche del 4 de septiembre de 2004 estallaron los cristales, volaron tejados, cayeron vigas, las palmeras y los pinos fueron segadas de cuajo, los muros se convirtieron en an¨¢rquicos montones de piedra que invad¨ªan caminos y carreteras, no resisti¨® una valla, ni una persiana, ni un cenador. Los vecinos afectados, un centenar, hicieron inventario de lo que vivieron como una cat¨¢strofe y dieron cuenta de todos y cada uno de los desperfectos al Ayuntamiento. Cumplieron con el protocolo de rellenar formularios varios. Ning¨²n t¨¦cnico visit¨® sus casas. Nadie revis¨® esos inventarios. Ni polic¨ªa ni bomberos ni personal municipal ayud¨® a despejar restos viviendas y jardines. Cada maniobra, por la v¨ªa privada y previo pago. Un a?o despu¨¦s las familias a¨²n mantienen en su agenda de fin de semana tareas varias de reconstrucci¨®n. Y lo que queda. Eso s¨ª, la reconstrucci¨®n de los desperfectos, volver a elevar el muro, poner la valla, arreglar la alambrada o cimentar una parte del jard¨ªn arrasada necesita del pertinente pago por licencia de obra al consistorio. El Ayuntamiento, que no envi¨® a nadie para cargar piedra y madera, no puso un cami¨®n a disposici¨®n de los vecinos ni inspeccion¨® construcciones con techos que tuvieron desplomes parciales s¨ª ha recorrido cada una de las casas de la parte m¨¢s baja de N¨¢quera, en direcci¨®n a Massamagrell, para colocar un cartel advirtiendo de la obligatoriedad de cumplir con la tasa municipal.
"Aqu¨ª no vino nadie. El Ayuntamiento no existi¨® para nosotros. Llevamos los papeles, dijimos los da?os. Para nada. No s¨®lo no hemos tenido ayuda econ¨®mica sino tampoco en efectivos para nada. Lo ¨²nico, permitir que aqu¨ª, a pocos metros, se pudieran verter indiscriminadamente los restos", explican Vicente Farin¨®s y Mar¨ªa Vicenta Mar¨ª. Son inquilinos de una casa de una planta que casi vuela por los aires. El casero se ha hecho cargo de unos gastos. Ellos de otra buena parte. "Desde hace un a?o, los fines de semana los hemos tenido que ocupar en rehacerlo todo, hasta mi hijo, que tiene 14 a?os, ha estado aqu¨ª echando una mano. Vamos poco a poco porque todo cuesta mucho dinero y no ha habido ayuda de nadie. Y esto es una cat¨¢strofe de la que no tenemos culpa nadie", a?aden.
Sus vecinos, Nolasca Palmero y Manuel Moreno, han hecho lo mismo. De su jard¨ªn salieron una decena de pinos de varios metros astillados como si hubieran sido matojo. El cenador ya no tiene palmeras, es de piedra resistente, por si acaso. "Mi marido y toda mi familia, gracias a mis hijos y el resto de la familia, han ido arreglando esto domingo a domingo. El seguro nos dio 700 euros. Una miseria, un insulto. Nos quitamos, claro. El Ayuntamiento ni vino. Los da?os, tirando por lo bajo, son casi 18.000 euros. Si a eso le sumamos lo que cuesta la mano de obra... si tuvieran que hacerlo alba?iles...", dice Nolasca. Su marido, que sigue borrando restos del desastre, repite: "Nosotros no hemos tenido Ayuntamiento".
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