"No se puede aplaudir con una mano"
Los colonos jud¨ªos de Gaza y Cisjordania tienen un sue?o para el futuro de Israel. Yo tambi¨¦n tengo un sue?o para el futuro de Israel. Pero su dulce sue?o es mi pesadilla, mientras que a ellos mis sue?os les parecen veneno.
Los colonos sue?an con crear un "Gran Israel" con asentamientos jud¨ªos de muro a muro. En estos asentamientos s¨®lo pueden residir jud¨ªos, mientras que los palestinos s¨®lo pueden entrar a trabajar, desempe?ando trabajos sencillos y mal pagados. En dicho Estado, la democracia tendr¨¢ que inclinarse ante los rabinos. Al Kneset (Parlamento israel¨ª), al Gobierno y al Tribunal Supremo se les permitir¨¢ seguir existiendo siempre que los rabinos aprueben sus decisiones. Los colonos creen que en cuanto el Gran Israel se convierta en una entidad religiosa y en una "naci¨®n sagrada", llegar¨¢ el Mes¨ªas y se materializar¨¢ la redenci¨®n completa del pueblo jud¨ªo.
En esta fantas¨ªa de los colonos, los palestinos s¨®lo tienen cabida como siervos humildes y obreros agradecidos. Adem¨¢s, en la fantas¨ªa de los colonos yo no tengo cabida, no hay lugar para un Israel laico y moderno. Mis amigos y yo estamos "fuera" a no ser que nos arrepintamos. Al menos se supone que no debemos interponernos en la construcci¨®n de m¨¢s asentamientos y la ampliaci¨®n de los existentes. Si nosotros, los israel¨ªes laicos, borramos nuestra propia existencia, los colonos nos rociar¨¢n con amor fraterno. Pero si insistimos en que tenemos una visi¨®n diferente de Israel, inmediatamente nos convertimos en traidores, amigos de los ¨¢rabes o incluso nazis.
Pero tambi¨¦n nosotros tenemos un sue?o para Israel, totalmente distinto de la fantas¨ªa religiosa de los colonos. Queremos vivir en paz y libertad, no bajo el dominio de los rabinos, ni siquiera bajo el dominio del Mes¨ªas, sino bajo nuestro propio Gobierno elegido.
So?amos con liberarnos de la larga ocupaci¨®n de los territorios palestinos. Israel y Palestina son, desde hace casi 40 a?os, como un carcelero y un preso, esposados el uno al otro. Despu¨¦s de tantos a?os casi no hay diferencia: el carcelero no es libre y el preso tampoco. Israel no ser¨¢ una naci¨®n libre hasta que se ponga fin a la ocupaci¨®n y a los asentamientos y Palestina se convierta en un pa¨ªs vecino independiente.
Durante 30 a?os, los colonos han controlado Israel a trav¨¦s de los diversos Gobiernos. Han impuesto su visi¨®n y pisoteado nuestros sue?os. Han sido los due?os del pa¨ªs.
Ahora, el primer ministro Ariel Sharon intenta lanzar una especie de "golpe" contra el gobierno de los colonos. Se trata de un intento de restablecer la autoridad del Gobierno elegido. Si funciona, tal vez el sue?o de los colonos quede bloqueado y la visi¨®n de los israel¨ªes laicos reviva.
La de Gaza no es esencialmente una lucha entre el Ej¨¦rcito y los colonos, ni siquiera entre halcones y palomas. No. Es una lucha entre Iglesia y Estado (para ser m¨¢s precisos, entre Sinagoga y Estado). Se trata de algo que han experimentado muchos pa¨ªses: ?cu¨¢l deber¨ªa ser la posici¨®n y la influencia de la religi¨®n y de los sacerdotes en la tarea de dirigir un pa¨ªs? Algunos pa¨ªses lo solucionaron hace siglos. Otros luchan indefinidamente con ello. El mundo musulm¨¢n, con la excepci¨®n de Turqu¨ªa, ni siquiera ha empezado.
Durante estos d¨ªas pasados hemos visto en Gaza lo que en retrospectiva podr¨ªa resultar ser la primera batalla sobre la Sinagoga y el Estado en Israel, el primer enfrentamiento por la naturaleza del juda¨ªsmo en el ¨²nico Estado jud¨ªo. ?Somos, ante todo, una religi¨®n o una naci¨®n?
En esta primera ronda, parece que el Israel laico, racional y pragm¨¢tico prevalece con dificultades sobre el Israel fan¨¢tico. Pero no olvidemos que no se trata m¨¢s que de la primera ronda.
Tanto los colonos como el resto de los israel¨ªes podemos enorgullecernos de que, al contrario que las sangrientas guerras entre Iglesia y Estado libradas en muchos pa¨ªses a lo largo de la historia, esta primera ronda de Gaza ha sido por el momento violenta pero no sangrienta. Ha habido mucho ruido y furia, pero no una masacre.
?Ser¨¢ igual en las pr¨®ximas rondas? ?Ocurrir¨¢ lo mismo cuando llegue el momento de abandonar Cisjordania y Jerusal¨¦n oriental a cambio de la paz con los palestinos? Estas cuestiones no s¨®lo dependen de los israel¨ªes, religiosos y laicos, halcones y palomas, de derechas o de izquierdas. Dependen en buena parte de la respuesta palestina. ?Considerar¨¢n los palestinos todo esto como un paso audaz de los israel¨ªes hacia un acuerdo hist¨®rico con ellos? ?O considerar¨¢n los choques entre los propios jud¨ªos como el primer s¨ªndrome de desintegraci¨®n de Israel e intentar¨¢n inflamar la situaci¨®n interna israel¨ª lanzando una nueva oleada de violencia y terrorismo palestinos?
Un viejo proverbio ¨¢rabe dice que no se puede aplaudir con una mano. Ahora mucho depende de c¨®mo interpreten los palestinos la lucha entre los propios jud¨ªos en Gaza.
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