Ibarretxe encara su principal reto

La pacificaci¨®n y la normalizaci¨®n del Pa¨ªs Vasco son dos de las principales cuestiones a las que el Gobierno central deber¨¢ hacer frente en toda la legislatura. Si el Gobierno vasco y el principal partido que lo sustenta, el PNV, han dejado en manos del central toda la gesti¨®n de un posible proceso de paz, la normalizaci¨®n pol¨ªtica pasa b¨¢sicamente por resolver la reforma del Estatuto de Gernika. Esa reforma est¨¢ pendiente desde que el Congreso de los Diputados rechazase el plan Ibarretxe el pasado febrero y depende en buena medida de que el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, consiga cumplir el compromiso que ¨¦l mismo se marc¨® en junio en su discurso de investidura de poner en marcha una mesa de partidos sin exclusiones, es decir, con presencia de la ilegalizada Batasuna.

El 'lehendakari' ha quedado de momento a salvo de la pugna entre Imaz y Egibar

Casi desde ese mismo discurso la pol¨ªtica vasca est¨¢ en buena medida paralizada al no haber actividad parlamentaria y, aunque los partidos ya han anunciado que dan por iniciado el curso, est¨¢n expectantes ante la entrevista, a¨²n sin fecha, entre el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, e Ibarretxe.

De momento, la mesa de partidos se le est¨¢ complicando a Ibarretxe y est¨¢ creando diferencias incluso en su propio partido entre su presidente, Josu Jon Imaz, y el portavoz parlamentario, Joseba Egibar, respecto a si debe constituirse aunque persista la violencia de ETA y su entorno, incluyendo la kale borroka o el chantaje del impuesto revolucionario.

El PP ha repetido desde el mismo pleno de investidura que no se va a sentar en ning¨²n foro con Batasuna y su presidenta en Euskadi, Mar¨ªa San Gil, recalcaba ayer mismo que no va a participar en esa mesa con la formaci¨®n independentista ni aunque ETA declare una tregua. Para el PSE ¨¦se es el punto clave, el fin de la violencia y que Batasuna la condene, requisitos previos para ocupar su silla.

Con esa situaci¨®n de partida el lehendakari, que ha sido liberado por su partido para dedicarse de lleno al proceso de normalizaci¨®n pol¨ªtica, ha advertido de que si su apuesta no tiene "garant¨ªas de ¨¦xito" no va a forzar la m¨¢quina. El calendario que maneja el PNV para que est¨¦ funcionando esa mesa se extiende hasta 2007, ecuador de la legislatura vasca, y deja en manos del Gobierno central el desarrollo de un posible proceso de paz, aunque establece varias relaciones entre una y otra cosa.

El PNV prev¨¦ que para 2007, adem¨¢s de un posible cambio del mapa pol¨ªtico en ?lava, con la salida del PP de las instituciones tras las elecciones municipales y forales, el proceso de paz haya dado algunos pasos que permitan que Batasuna concurra a esas elecciones. "Querr¨¢ decir que el Gobierno central ha desactivado la Ley de Partidos", indican fuentes nacionalistas. El PNV tambi¨¦n cree posible que el PSOE asuma el concepto de "humanizaci¨®n de la pol¨ªtica penitenciaria", es decir, el acercamiento de presos de ETA a las c¨¢rceles vascas, cuya gesti¨®n reclama insistentemente el Ejecutivo vasco al central.

Aunque los socios del PNV en el Gobierno aut¨®nomo (EB y EA) conf¨ªan plenamente en el lehendakari, no ocultan su temor de que si no consigue hacer avanzar la mesa -despu¨¦s de que su anterior apuesta, el plan que lleva su nombre, est¨¦ sustancialmente enterrada- se quede sin caudal pol¨ªtico. Una situaci¨®n de debilidad que podr¨ªa tener consecuencias impredecibles para el Gobierno vasco y dentro del propio PNV. De momento, el lehendakari est¨¢ a salvo de la m¨¢s o menos soterrada pugna interna que siguen manteniendo Imaz y Egibar.

Imaz le dijo claramente a Egibar el viernes en un acto p¨²blico en Zarautz (Guip¨²zcoa) en que ambos coincidieron que no habr¨¢ mesa de partidos si no cesa cualquier violencia. Egibar apuesta por formarla en cualquier escenario. Imaz defiende una soberan¨ªa compartida con Espa?a y apuesta por un nuevo acuerdo sobre la reforma del Estatuto. Egibar insiste cada vez que puede: "No podemos retroceder" del plan Ibarretxe.

Estas diferencias se suman a las que el PNV tiene con sus socios. Los tres partidos que apoyan al Ejecutivo tienen que conciliar los dispares criterios que mantienen sobre el modelo de pa¨ªs. Se trata de acudir a esa mesa con una postura unitaria, para lo que el propio Ibarretxe anunci¨® que pondr¨ªa en marcha una especie de sanedr¨ªn formado por ¨¦l mismo, y los dos hombres fuertes en su gabinete de EA (Joseba Azkarraga) y EB (Javier Madrazo). En ese tablero de juego, Batasuna est¨¢ retando al PNV en la calle con una mayor presi¨®n al Gobierno y a cargos p¨²blicos nacionalistas, en previsi¨®n de una vuelta al escenario electoral.

El Ejecutivo de Ibarretxe est¨¢ adem¨¢s en minor¨ªa en el Parlamento vasco. Su primera necesidad es aprobar los presupuestos para 2006, tr¨¢mite que se cruza con la discusi¨®n de los Presupuestos Generales del Estado. Las dos Administraciones van a explorar un acuerdo pese a que el PSE ya ha advertido de que la decisi¨®n sobre si apoya las cuentas vascas es s¨®lo suya.