Alfonso Naval¨®n, cr¨ªtico taurino
Alfonso Naval¨®n Grande (Huelva, 1933) ha muerto en Salamanca, el pasado 27 de agosto, v¨ªctima de un c¨¢ncer de pulm¨®n.
Seguramente se trata del cr¨ªtico taurino espa?ol m¨¢s discutido. Desde muy joven, apenas adolescente, sinti¨® que escribir era algo que necesitaba apasionadamente y es probable que fuese en La voz de Mir¨®briga donde apareci¨® su nombre por primera vez al final de un art¨ªculo. Textos, los de aquella ¨¦poca primeriza, atiborrados de romanticismo y de trenzas rubias, amores de adolescente y susurros ante una puesta de sol en las murallas de Ciudad Rodrigo (Salamanca).
Inici¨® en Salamanca estudios de Derecho, carrera que abandon¨® en los primeros cursos porque le atra¨ªan las clases de Tierno Galv¨¢n, s¨ª, pero mucho m¨¢s la pandereta de la tuna, cortejar guapas muchachas y torear en el campo. En la capital, fue en El Adelanto donde public¨® por primera vez pero de toros no lo hizo hasta 1964 en El Ruedo debutando, como puede verse, en la primera revista taurina espa?ola.
Adem¨¢s de en El Ruedo, Alfonso Naval¨®n ha dejado huella de su quehacer como cr¨ªtico taurino en diferentes diarios, todos de Madrid, como los desaparecidos, Informaciones, Pueblo y Diario 16. ?l siempre sinti¨® una especial debilidad por Informaciones aunque "pagaban muy poco". Peri¨®dicos muy azules los que vivi¨® en su trayectoria, cosa que choca un poco porque Naval¨®n aprovechaba cualquier oportunidad para declararse rojo y republicano. Y si no la hab¨ªa, lo hac¨ªa igualmente si cre¨ªa que as¨ª iba a provocar el esc¨¢ndalo de alguien.
Extraordinario conocedor del toro en el campo, de todas las operaciones camperas que la crianza que el toro de lidia conlleva y due?o de una pluma ¨¢gil, brillante y amena, escribi¨® hace m¨¢s de 20 a?os un libro titulado Viaje a los toros del sol (ahora reeditado), en torno a diferentes ganader¨ªas, muchas de ellas desaparecidas actualmente. Fue torero pr¨¢ctico y actu¨® en numerosos festivales alternando con los principales espadas del momento.
Su estilo como cr¨ªtico tuvo el brillo de quien sabe tras lo que se anda y, adem¨¢s, lo sabe contar con estilo. Abus¨® del sarcasmo y del ataque personal y directo, por lo que pis¨® m¨¢s de un juzgado y sufri¨® la agresi¨®n (nunca justificada) de alguna cuadrilla estimulada por el matador. Ello le granje¨® una tremenda popularidad a la par que odios furibundos que manej¨®, aqu¨¦lla y ¨¦stos, engrandeciendo los dos sentimientos.
Vivi¨® una larga y triunfal etapa viajando a Am¨¦rica, dando coloquios en las principales ferias y en los mejores locales, con llenos a reventar, y fue el cr¨ªtico mejor pagado, cosa que, en realidad, no es mucho decir considerando que en este oficio nadie se compra una manzana de casas en el centro de Madrid. Aficionado a las antig¨¹edades, fue adquiriendo diferentes e interesantes piezas que m¨¢s tarde, por avatares de la vida, desaparecieron de la suya.
Disfrut¨® de apasionados entusiastas y, al mismo tiempo y quiz¨¢ en mayor n¨²mero, de enemigos ac¨¦rrimos, con los que dec¨ªa divertirse porque, aseguraba, todos fueron "tontos".
Salmantino enamorado de su tierra (por encima de su circunstancial nacimiento en Huelva) y lejanos los tiempos de gloria, aunque no su rescoldo, volvi¨® a escribir en los peri¨®dicos locales El Adelanto y Tribuna. Inactivo durante los ¨²ltimos tres a?os, estaba prevista su reaparici¨®n en el peri¨®dico centenario de Salamanca.
Ha muerto un cr¨ªtico taurino singular y, desde luego, un personaje p¨²blico.-
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