Paradojas del f¨²tbol
Excitado por el final de esta secci¨®n y el principio de la Liga, acept¨¦ salir de casa y dar un conferencia en una de las infinitas Universidades de Verano. Su t¨ªtulo ser¨¢ el mismo de esta columna y pretende demostrar una tesis relacionada con la muy acad¨¦mica teor¨ªa de la paradojas y reza as¨ª: el f¨²tbol es la m¨¢s formidable cantera de paradojas jam¨¢s ideadas por el Hombre y/o la Humanidad. Ser¨¢ una conferencia multidisciplinar, transversal, que contamina g¨¦neros, mezcla formatos y asignaturas, disuelve fronteras entre los mundillos acad¨¦micos y period¨ªsticos, muy mestiza (el eurof¨²tbol lo es), multimedia pero sin dispositivas y que, aunque admite coloquio, va a misa de una. Una conferencia hipermoderna, mucho m¨¢s all¨¢ de la posmodernidad, cuyo primer borrador reproduzco.
?El bipartidismo cuasi perfecto de la Liga es reflejo grosero del pelmazo bipartidismo del patio nacional?
Parto de la base de que en esto del f¨²tbol soy un telespectador corriente, o sea, abonado a Canal +, las taquillas de Digital +, al partido del s¨¢bado de las auton¨®micas y usuario de las europarab¨®licas sin fronteras. L¨®gicamente, la primera paradoja s¨®lo podr¨ªa ser ¨¦sta. ?Por qu¨¦ el f¨²tbol espa?ol y europeo, que es un gran negocio para los clubes por sus derechos de televisi¨®n, especialmente por la pasta atracada a los canales de pago, es una ruina para esas mismas televisiones que lo transmiten ? ?Est¨¢n locos los directivos de las televisiones que pagan esas sumas de v¨¦rtigo que posibilitan los disparatados fichajes, o es que los dirigentes de la Liga, o la Champions League, son m¨¢s listos que los ejecutivos de las pantallas paganas? Dejo el apasionante debate para el coloquio, pero nadie me mover¨¢ de esta conclusi¨®n: lo ¨²nico que vale en el mundo mundial de la televisi¨®n deportiva son las exclusivas sin fisuras, exactamente como las pelis de Hollywood, y cuando se empiezan a repartir y fragmentar los derechos de televisi¨®n, con los highlights, la confusi¨®n entre las anal¨®gicas y las digitales, los telespectadores gratis y los paganos, los consumidores parab¨®licos y terrestres, entonces no hay negocio para nadie por la sencilla raz¨®n de que a los que estamos a este otro lado de la pantalla nos jode zapear. La Liga o la Champions tienen que ser en una sola y exclusiva pantalla y punto final. El gran espect¨¢culo de masas (y el f¨²tbol es el primer business de Europa, su ¨²nica identidad cultural en la globalizaci¨®n) siempre tiene que ocurrir, o consumirse, en un espacio determinado y el zascandileo de pantallas acaba siendo mortal.
La segunda paradoja que referir¨¦ en mi curso es mucho m¨¢s filos¨®fica. El f¨²tbol no es matem¨¢tico, a pesar de lo que piense Vanderlei Luxemburgo y sus recientes pinganillos a Ra¨²l y Roberto Carlos, porque los atletas del rect¨¢ngulo, fuente econ¨®mica de tanta circulaci¨®n mestiza entre fronteras internas e importaci¨®n brasile?a, son deportes muy distintos a los de Lance Amstrong o Fernando Alonso, que corren y compiten con las orejas conectadas on line y robotizados. ?sta es otra narrativa. A un futbolista genial, pongamos Robinho o Ronaldinho para ser federalmente sim¨¦tricos, les obstruyes los cart¨ªlagos y los has jodido en el terreno de juego y en los spots de televisi¨®n.
La paradoja de la Liga, o de la L¨®gica, puede reformularse as¨ª: como el resultado del f¨²tbol nunca es matem¨¢tico aunque los entrenadores tipo Vanderlei crean que s¨ª, los que est¨¢n millonariamente fichados para resolver el partido nunca pueden ser sujetos pasivos de los mecanismos de la tecnolog¨ªa rob¨®tica. Excepto que Luxemburgo quiera demostrar que Ra¨²l, incluso con pinganillo, es mucho peor que Robinho con los cart¨ªlagos libres, lo cual s¨®lo es un problema del propio Vanderlei porque, dig¨¢moslo claro, no hay sitio para los dos all¨¢ arriba. Matem¨¢ticamente hablando.
Finalizar¨¦ la conferencia con estas interrogaciones: ?el bipartidismo cuasi perfecto y federal de esta Liga s¨®lo es reflejo sociol¨®gico, y grosero, del cada vez m¨¢s pelmazo bipartidismo imperfecto del patio nacional? ?O ese manique¨ªsmo crispante que tanto nos estresa ocurre al rev¨¦s? ?Primero es la Liga y luego, por reflejo, ocurre la escandalera pol¨ªtica y tertuliana que estos d¨ªas nos va a montar la Cope universal (cat¨®lica) y el El Mundo local (italiano)? Por ¨²ltimo: ?existe una relaci¨®n l¨®gica o art¨ªstica entre aquellas libretas Gutenberg de Van Gaal que le obnubilaban el cerebro durante el partido y estos medios Marconi de Vanderlei, m¨®viles o pinganillos, que intentan robotizar el cerebro de sus h¨¦roes blancos? ?Duelo de galaxias en nuestro bipartidismo de doble uso? Tendr¨¦ que llamar a Segurola para que me resuelva estas paradojas antes de mi match en la uni de verano.
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