"El teatro es una lavadora espiritual "
Tarde de sauna en un caf¨¦ madrile?o. Paco de La Zaranda suda la gota gorda y pide cerveza.
Pregunta. La Zaranda trabaja en los mejores teatros del mundo y no en los de Espa?a. ?Complot?
Respuesta. Algo de eso hay... En algunos sitios nos reciben con todos los honores, sobre todo en otras latitudes, y en otros no. Pero no me hag¨¢is hablar de eso...
P. ?Ha perdido la esperanza?
R. ?Nooo! El teatro es un acto de fe, la fe mueve monta?as, el teatro puede mover monta?as.
P. ?Pero no dec¨ªan que su arte se mor¨ªa?
R. ?El teatro no se puede morir porque no lo ha inventado el hombre! Ha nacido del alma, y lo que nace del alma no muere...
P. ?Y si palma el hombre?
R. El hombre renace cada primavera... Uno aspira a hablar con Dios cada primavera, en cada espect¨¢culo. A descifrar el misterio...
P. ?Por eso hace teatro?
R. Yo no lo eleg¨ª, el teatro me eligi¨® a m¨ª. Yo estaba tan tranquilo jugando y me di cuenta de que era teatro. Lo dijo la gente. Segu¨ª por ah¨ª, y entonces supe que no era broma... ?Era el juego de la vida! ?Un juego sagrado!
P. ?Tanto?
R. No s¨¦ c¨®mo decirlo: mi alma me habla y yo hablo con ella y nace el misterio. Yo no entiendo de actores, ni de directores, s¨®lo de lo que me produce un pellizquito en el est¨®mago. ?Yo no s¨¦ explicarlo!
P. Parece que est¨¢ hablando de flamenco o de toreo... ?Su teatro es andaluz de ra¨ªz?
R. ?El teatro no admite adjetivos! ?Ni andaluz ni catal¨¢n ni griego ni carajo! ?Teatro y punto! ?Ra¨ªces? Depende de lo que entendamos. Quiz¨¢ mis ra¨ªces empezaron a penetrar all¨ª abajo y luego tomaron cuerpo en Am¨¦rica, como los cantes de ida y vuelta...
P. ?No ve?
R. ?Ya me gustar¨ªa a m¨ª que mi teatro tuviera la fuerza de una siguiriya de Manuel Torre! Pero decir eso es una osad¨ªa terrible. Si no percibes los sonidos negros del flamenco en ese espacio negro, en ese lienzo negro que es el teatro... Se trata de ver esa peque?a lucecita que me ahoga, a descubrir los misterios de la vida al tiempo que el p¨²blico los descubre...
P. ?Un acto ¨ªntimo?
P. ??ntimo siempre! Crear no es construir un espect¨¢culo, sino hablar con el alma y escuchar lo que dice. Como ir a ver los cuadros de Vel¨¢zquez, Ribera, El Greco, Goya... O mejor: ?Como ir a dejar que los cuadros te miren a ti! Yo vivo aqu¨ª para estar cerca de El Prado, espacio sagrado que resuelve cualquier duda y me interroga y me pone en el precipicio del arte... ?No s¨¦ nada...! Como dijo Rafael de Paula, "yo toreo lo que soy".
P. ?Y los otros dan igual?
R. Hay que ser fiel a la gente que cree en lo que haces, si no eres un mamarracho.
P. Y hacerlo con naturalidad.
R. Supongo que s¨ª. Ahora hay muchas escuelas y los chiquillos salen perfectamente preparaos. ?Se dice as¨ª, preparaos? Cuando yo empec¨¦ no hab¨ªa escuelas. Hay que reivindicar el analfabetismo teatral, todo lo dem¨¢s es una p¨¦rdida de la verdad. El teatro no es una ciencia.
P. Pero tiene sus maestros.
R. En el arte son importantes los maestros, no las escuelas, y a veces los maestros pueden estar fuera del teatro. Aunque tambi¨¦n he visto maestros dentro. Uno aprende de lo que lee, de lo que ve, de lo que vive. Lo que pones en escena es un trozo de esa realidad y todos somos pecadores. ?Una cervecita? ?Camarero!
P. ?Pecadores y santos?
R. Me interesan los santos, los ni?os, los poetas. El teatro lava el ego¨ªsmo que todos tenemos dentro, es una lavadora espiritual, ¨¦se es su cometido. Antes que un acto de fe, es un acto de amor. El teatro es lo ¨²nico que no me ha defraudado en la vida, lo dem¨¢s es "en funci¨®n de...".
P. Por lo que viene diciendo, el hombre deber¨ªa m¨¢s bien desaprender que aprender...
R. El hombre ha perdido algo y lo est¨¢ buscando y no sabe lo que es. El arte es una manifestaci¨®n de ese algo que ha perdido, por eso se queda uno impactado ante un cuadro o una catedral, porque ah¨ª hay un trocito de lo que hemos perdido... No me gusta el teatro, lo dije ya y algunos se lo tomaron mal. Pero yo respeto mucho a los c¨®micos, y a los dem¨¢s. Si digo eso es porque el teatro le hace da?o al teatro. El teatro tiene que dejarme ver qui¨¦n fui. Si es un juego sagrado, no puede echarse por delante el actor, el director o el autor y estropear el juego. No les pertenece.
P. ?Es del p¨²blico?
R. El p¨²blico es divino. ?Esa cerveza, co?o!
P. Si tuviera que elegir, ?prefiere ser actor o director?
R. Nada. En escena quiero ser el personaje, y como director s¨®lo quiero organizar el caos en un momento dado. Todo lo dem¨¢s es querer figurar. Y eso es una locura, porque el teatro s¨®lo sirve para comunicarse.
P. El 8 de septiembre estrena Homenaje a los malditos en el teatro Espa?ol de Madrid. ?A qu¨¦ malditos se refiere?
R. ?Menuda pregunta! ?No s¨¦ qui¨¦n carajo son! ?Ten¨ªa que haber puesto otro t¨ªtulo! El hombre jam¨¢s ha estado tan frustrado como ahora, y eso me preocupa mucho. Todos tenemos algo maldito dentro, lo cual es bueno y necesario, quiz¨¢ lo mejor de nosotros. Las utop¨ªas se fueron cumpliendo, ahora hay que escuchar a la voz callada del alma. Si apago o me apagan esa voz, se queda maldita. A m¨ª siempre me ha gustado que hablen esas voces. La cotidianidad de la calle, mezclada con las leyes del arte, es por lo ¨²nico que merece la pena subir al escenario.
P. ?Qu¨¦ leyes?
R. Las que te dicta el alma. ?Y qu¨¦ es el alma? ?Ahora tengo yo que ser fil¨®sofo? ?Yo que s¨¦! El teatro que se puede explicar no es buen teatro.
P. ?Valle y Shakespeare no se pueden explicar?
R. ?Hombre, ¨¦sos son dos puntales enormes! Son tan grandes que yo no me los puedo explicar.Yo s¨®lo puedo decir ?qu¨¦ grandes, qu¨¦ fuertes, qu¨¦ fuentes para beber, c¨®mo me hacen crear! Es como la vida: tantos planetas, tantos oto?os, tantas estrellas, tantas monta?as... y al final, ?qui¨¦n se explica la muerte? Si el teatro no sirve para explicar que la vida empieza despu¨¦s de morir...
Genial y al¨¦rgico a las subvenciones
Jerezano cincuent¨®n del barrio de San Miguel, guitarrista aficionado, personaje de una simpat¨ªa arrolladora y amigo ¨ªntimo del poeta gaditano y exiliado Carlos Edmundo de Ory, Francisco S¨¢nchez, m¨¢s conocido como Paco de La Zaranda, es uno de los personajes cruciales del teatro espa?ol de los ¨²ltimos 20 a?os: el mundillo se divide en zaranderos y no zaranderos. Sus montajes, celebrados fuera mucho m¨¢s que aqu¨ª, siguen una pauta insobornable: emoci¨®n y libertad. Teatro sin teatro.
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