La felicidad de Eric Clapton
Tras recrear los 'blues' de Robert Johnson, el guitarrista vuelve a las canciones propias con 'Back home', donde refleja la estabilidad que le ha dado ser padre de nuevo
A Eric Clapton (Ripley, 1945) suele traicionarle la lengua. Y m¨¢s cuando el alcohol hablaba por su boca. Ya le ocurri¨® hace unos a?os, cuando solt¨® desde el escenario una fil¨ªpica contra "los extranjeros que est¨¢n invadiendo Reino Unido", unas palabras confusas que sonaban desagradablemente xen¨®fobas (sobre todo, viniendo de un creador que parte de la m¨²sica afroamericana). M¨¢s recientemente, anunci¨® que ya est¨¢, que no aguantaba m¨¢s y que se olvidaba de las giras.
Ha rectificado. Y como es t¨ªpico de ¨¦l, se encuentra ahora implicado en varios frentes laborales. Por un lado, est¨¢ la resurrecci¨®n de Cream, el tr¨ªo que integraba con el bajista Jack Bruce y el baterista Ginger Baker. Adem¨¢s, vuelve a las canciones propias, tras un largo interludio consagrado a reinventar el repertorio de Robert Johnson. El esp¨ªritu del legendario bluesman sure?o se impuso y gener¨® un CD (Me & Mr. Johnson) y un combo de CD m¨¢s DVD (Sessions for Robert J).
Ahora lo explica como una necesidad musical: "Est¨¢bamos buscando canciones nuevas y, cuando nos atasc¨¢bamos, dec¨ªamos: 'Vamos a hacer algo de Robert'. Claro, eso es un veneno. Una vez que tienes un tema, piensas en c¨®mo tratar el siguiente. Adem¨¢s, seguimos la ruta de Robert, incluso llegamos a instalarnos en un hotel que estaba abandonado, donde ¨¦l grab¨® en los a?os treinta. Los m¨²sicos somos gente rara. Cuando dices 'deber¨ªamos tocar algo triste, realmente triste', todos se apuntan. Es terap¨¦utico, te ayuda a mirar hacia el fondo de tu alma. Pero no puedes ponerlo en un cartel: 'Hoy, el grupo X toca m¨²sica triste'. Hasta el bluesman m¨¢s agonizante ten¨ªa canciones festivas, para bailar".
Clapton confiesa que, por su parte, no hay voluntad de diferenciar lo que se supone que es m¨²sica minoritaria -el blues- de las canciones que llevan su firma, supuestamente m¨¢s radiables: "Son cosas de las discogr¨¢ficas, a las que se las supone un conocimiento del mercado".
Desde hace tiempo, Clapton prefiere componer con los m¨²sicos cerca, para comprobar si las nuevas canciones caminan. "Tambi¨¦n te viene bien tener un feedback, algo que te haga plantear el origen de tus sentimientos. Wonderful tonight es una canci¨®n que gusta a todo el mundo pero a m¨ª me parece que naci¨® de un sentimiento desagradable, de mi ira ante los retrasos de mi mujer de entonces [Patti Boyd, ex esposa de George Harrison] cuando hab¨ªa que salir de casa".
Las canciones de Back home (Warner Music) no parecen transportar emociones complicadas: "Son el retrato de un m¨²sico de cierta edad, que necesita tocar pero que sufre por alejarse de su familia. Tras la muerte de mi hijo Conor
[se cayo por la ventana de un rascacielos neoyorquino en 1991] entend¨ª que un padre no debe distanciarse demasiado. As¨ª que en Back home cuento que las giras y el viajar suponen un desgarro y un cansancio pero que soy m¨²sico, que mi vida est¨¢ en grabar y salir a tocar. Al mismo tiempo, transmito mi felicidad por contar con una familia que me quiere, que me proporciona estabilidad", afirma el m¨²sico, que fue padre por quinta vez a comienzos de este a?o.
Como ejercicio, Clapton tambi¨¦n se ha impuesto componer sobre asuntos alejados de su realidad inmediata: "Me surgi¨® la idea de desarrollar algo a partir del concepto de revoluci¨®n. Yo soy la peor persona para escribir letras pol¨ªticas pero tuve un amigo como John Lennon que no ten¨ªa inconveniente en comprometerse y decir lo que pensaba, aunque no fuera lo que su p¨²blico esperaba de ¨¦l. Mi Revolution tiene m¨¢s que ver con Marley, con el pulso de la m¨²sica jamaicana. Es reggae a lo Clapton pero lo m¨¢s hermoso es el coro femenino, se parece a las I Three, el grupo que cantaba con Bob".
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