Asalto a la fortaleza
El asalto efectuado la noche del pasado domingo por unos trescientos inmigrantes subsaharianos a la doble valla met¨¢lica, coronada con alambre de espino, que separa la l¨ªnea fronteriza entre Marruecos y Melilla no constituye una novedad. En lo que va de a?o se han contabilizado una decena, y no han dejado de producirse desde que Espa?a, urgida por la Comisi¨®n Europea, pretendi¨® blindar este tradicional paso de entrada de inmigrantes con barreras y puntos de observaci¨®n visual diurna y nocturna a lo largo de los 12 kil¨®metros del per¨ªmetro fronterizo. Lo nuevo es el car¨¢cter organizado del asalto, calificado de "militar" por el delegado del Gobierno en la ciudad aut¨®noma; su ejecuci¨®n simult¨¢nea en diversos puntos del per¨ªmetro vallado; el uso de decenas de escaleras de mano, y sobre todo el hecho desgraciado y lamentable de la muerte de un inmigrante en circunstancias todav¨ªa no aclaradas.
Lo primero que corresponde hacer a las autoridades espa?olas y marroqu¨ªes es aclarar esas circunstancias y determinar sin ning¨²n g¨¦nero de dudas por qu¨¦ y d¨®nde muri¨® ese inmigrante: si se trat¨® de un accidente o se debi¨® a la actuaci¨®n de la Guardia Civil al repeler el asalto con exceso de contundencia, seg¨²n afirman los compa?eros del fallecido. El hecho de que la primera noticia del fallecimiento se tuviera varias horas despu¨¦s del asalto, cuando el fallecido se encontraba en territorio marroqu¨ª, a?ade confusi¨®n, pero no prejuzga sobre la ausencia de responsabilidades por parte espa?ola.
Las autoridades espa?olas deben despejar cualquier duda sobre si los agentes espa?oles sacaron al inmigrante a tierra de nadie, como denuncian sus compa?eros, en lugar de llevarlo a un centro asistencial espa?ol, como debe hacerse con un herido. Si fuera as¨ª, estar¨ªamos ante una actuaci¨®n injustificable, absolutamente ajena al deber de impedir la entrada de inmigrantes irregulares en territorio espa?ol, en lo que tienen el respaldo de la ley y de la sociedad. En tal caso debiera requerirse la depuraci¨®n de las correspondientes responsabilidades. Los primeros informes de las autoridades marroqu¨ªes apuntan, a falta del resultado oficial de la autopsia, que la muerte del inmigrante no est¨¢ relacionada con la actuaci¨®n de la Guardia Civil durante el asalto, pero otros testimonios veros¨ªmiles se?alan en direcci¨®n contraria.
El suceso pone de manifiesto que ninguna barrera, por sofisticada que sea, har¨¢ desistir a los inmigrantes que buscan una vida mejor en Europa. La Europa fortaleza que algunos defienden es una enso?aci¨®n. Para Espa?a y Marruecos, que comparten fronteras exteriores de la Uni¨®n Europea, el desaf¨ªo es enorme, por lo que est¨¢n abocados a aunar esfuerzos y reforzar su colaboraci¨®n. Los inmigrantes subsaharianos que llegan a Marruecos camino de Europa no cejar¨¢n en su asalto a las vallas tras las que han puesto sus esperanzas.
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