?Nube de verano?
El dato de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola durante el segundo trimestre del a?o es inequ¨ªvocamente bueno. Lo es en s¨ª mismo, pero especialmente cuando se pone en contraste con el promedio del ¨¢rea euro. El 3,4% de crecimiento interanual casi triplica la tasa media de los pa¨ªses con los que compartimos moneda y sit¨²a a la espa?ola entre las econom¨ªas que m¨¢s crecen incluso en el mundo. Las se?ales favorables tambi¨¦n aparecen en la composici¨®n de ese crecimiento, hacia un mayor equilibrio entre los componentes de la demanda interna. Emergen indicios de un mayor protagonismo de la inversi¨®n en equipo y de un drenaje algo menor del sector exterior. De hecho, en ese periodo ha sido el crecimiento de la inversi¨®n, del 7,5% en t¨¦rminos interanuales, lo que en mayor medida ha contribuido a esa expansi¨®n tan favorable.
Por eso ha llamado la atenci¨®n el crecimiento del paro registrado en los dos meses transcurridos del tercer trimestre. El n¨²mero de personas inscritas en el Inem era el pasado 31 de agosto de 2.019.000, casi 30.000 m¨¢s que a fines del a?o anterior. Se trata, sin embargo, de un aumento menor que el del mismo mes de 2004, que fue de m¨¢s de 35.000. El dato fue interpretado entonces, algo precipitadamente, como una posible se?al de desaceleraci¨®n, algo que la realidad desminti¨® en los meses siguientes. El dato relevante es el de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), y s¨®lo cuando se conozca el registro correspondiente al tercer trimestre podr¨¢ calibrarse si hay o no motivos de alarma.
No conviene, en todo caso, ignorar los riesgos. Los acontecimientos producidos este verano, y en particular los vinculados a la evoluci¨®n del precio del petr¨®leo, no son precisamente favorables. Si ocurriera lo que en otras econom¨ªas, la nuestra se ver¨ªa afectada no s¨®lo en su ritmo de crecimiento, sino en la dificultad para reducir la inflaci¨®n, tambi¨¦n lamentablemente superior a la media de las econom¨ªas avanzadas. Es razonable, por tanto, que las autoridades se dispongan a acelerar la respuesta a lo que puede llegar a ser un choque energ¨¦tico, y al mismo tiempo acelerar la transici¨®n hacia un patr¨®n de crecimiento menos dependiente de la construcci¨®n y del consumo de las familias.
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