Los que no pod¨ªan esperar para acariciarla
"La PSP te la puedes llevar donde quieras, siempre contigo". Delia da peque?os saltitos. Quince a?os y un piercing en el labio. Su hermana Diana, de 23, recepcionista, disimula. Juegan juntas. Poco antes de la medianoche del 31 de agosto, eran de las pocas chicas que aguardaban frente a la Fnac de Madrid con el resguardo de la reserva (hubo 70.000) de su PSP, el alias de la consola port¨¢til de Sony que se ha puesto a la venta en Europa esta semana. Un cachivache algo m¨¢s grande que una funda de gafas en el que se pueden ver pel¨ªculas, escuchar m¨²sica y jugar (incluso entre varios jugadores, conectados sin cables), adem¨¢s de acceder a Internet y ver fotos. 280 gramos de peso, 249 euros de precio. Las consolas port¨¢tiles cada vez se demandan m¨¢s (443.000 el a?o pasado, un 64% m¨¢s que en 2002), y las de sobremesa, menos. La PSP ha vendido cinco millones de unidades en Estados Unidos y Jap¨®n, amenazando el reinado de Nintendo, que comercializa el 95% de las port¨¢tiles.
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