S¨ª, pero no en mi casa
Un sinf¨ªn de plataformas vecinales se oponen a la construcci¨®n de equipamientos necesarios para el conjunto de la sociedad
La Administraci¨®n tiene un problema: la sociedad ha generado en los ¨²ltimos tiempos una especie generalizada de rechazo a las infraestructuras y los equipamientos molestos. Todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que hay que construir depuradoras, l¨ªneas de alta tensi¨®n, c¨¢rceles o autopistas, pero nadie las quiere cerca de su casa. Los que siguen son s¨®lo los ejemplos m¨¢s destacados de la oposici¨®n ciudadana a estas instalaciones o los movimientos para preservar espacios naturales.
- Agua l¨ªmpia. La asociaci¨®n de vecinos de la urbanizaci¨®n Bella Mar, entre Pineda de Mar y Santa Susanna (Maresme), lucha para que no se construya, a menos de 300 metros de sus casas, una depuradora. Propone que la futura planta de tratamiento de aguas fecales se ubique en Malgrat de Mar.
Los opositores al Cuarto Cintur¨®n creen que no resolver¨¢ los problemas de movilidad
Salvem la Vall, de Sant Just Desvern, logr¨® parar una urbanizaci¨®n junto a Collserola
- Alta tensi¨®n. La interconexi¨®n el¨¦ctrica con Francia prevista en el nuevo mapa energ¨¦tico catal¨¢n que est¨¢ dise?ando el Ministerio de Industria no s¨®lo ha despertado los recelos de los socios de los socialistas en la Generalitat, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa Verds (ICV). Se barajan dos trazados alternativos para la l¨ªnea de muy alta tensi¨®n de 400.000 voltios: de Sentmenat a Baix¨¤s, pasando por Bescan¨® (Giron¨¨s), y de Vic a Baix¨¤s cruzando Osona. En ambos casos, los ciudadanos movilizados aseguran que esta infraestructura no es necesaria y que responde a intereses puramente econ¨®micos. Tambi¨¦n denuncian la "desinformaci¨®n del Gobierno central y de Red El¨¦ctrica".
Las centrales el¨¦ctricas son otro de los grandes generadores de conflicto entre administraciones, compa?¨ªas y vecinos. Prueba de ello es el rechazo de las centrales de ciclo combinado que se construir¨¢n en Cubelles (Garraf) y Vandell¨°s (Baix Camp), o la masiva instalaci¨®n de centrales e¨®licas en las comarcas de Tarragona.
- Intercambio de cromos. ?ste es el m¨¦todo que sigue la Generalitat, que aprob¨® un decreto de compensaciones para lograr el visto bueno de ayuntamientos y vecinos a la construcci¨®n de nuevos equipamientos penitenciarios. Si Sant Lloren? d'Hortons (Alt Pened¨¨s) ha aprobado la nueva prisi¨®n en sus inmediaciones, ¨¦ste no ha sido el caso de los habitantes del Bages, que quieren evitar contra viento y marea la ubicaci¨®n de una nueva prisi¨®n en la comarca, en Sant Joan de Vilatorrada.
En T¨¤rrega (Urgell), el Ayuntamiento est¨¢ a favor de un nuevo equipamiento penitenciario, y recuerda que activar¨¢ la comarca y llevar¨¢ puestos de trabajo. Las protestas de la plataforma detractora, formada por vecinos y militantes de CiU, actualmente en la oposici¨®n, ha tenido escaso apoyo popular.
- Contra la especulaci¨®n. El elevado precio de los pisos en el ¨¢rea metropolitana ha convertido en un plato suculento los terrenos a¨²n v¨ªrgenes entre Barcelona, L'Hospitalet, Esplugues y Sant Just Desvern. La construcci¨®n de miles de pisos en esta zona atraer¨ªa a 20.000 nuevos residentes, seg¨²n sus detractores, que tambi¨¦n denuncian la falta de reserva de suelo para equipamientos.
Un ejemplo de esta lucha es la entidad Salvem la Vall, de Sant Just Desvern, que logr¨® paralizar la urbanizaci¨®n de casi 130.000 metros cuadrados de terrenos lindantes con Collserola.
En alta monta?a, Salvem el Pirineu prueba el creciente descontento de sus habitantes contra la especulaci¨®n urban¨ªstica y un modelo tur¨ªstico basado en la construcci¨®n de segundas residencias. "Se est¨¢ trasladando el modelo de la Costa Brava al Pirineo", aseguran.
Dos de los proyectos m¨¢s pol¨¦micos son en la Vall Fosca (Pallars Juss¨¤), donde se quieren construir 7.000 plazas hoteleras en Espui, un pueblo que ahora no llega a 90 habitantes, y la ampliaci¨®n de las pistas de esqu¨ª de Baqueira Beret en unos terrenos incluidos en el Plan de Espacios de Inter¨¦s Natural, algo incompatible, a juicio de los ecologistas.
En las comarcas de Girona, Salvem l'Empord¨¤ ha detenido o replanteado urbanizaciones y la construcci¨®n de un campo de golf de Vilanera.
- El tren de la discordia. En Barcelona, el altavoz de los vecinos para expresar sus reivindicaciones son los balcones. Si en Ciutat Vella ondean pancartas que piden silencio y civismo, en Sants, Eixample y el Clot rezan AVE por el litoral. El socav¨®n del Carmel atemoriz¨® a los vecinos de los barrios por donde discurrir¨¢ el t¨²nel subterr¨¢neo del tren de alta velocidad, y piden que el trazado no cruce la ciudad, sino que vaya paralelo al mar.
Los vecinos de Vall d'Hebron y del Raval se movilizan contra las narcosalas, centros de atenci¨®n a los toxic¨®manos. Aseguran que el tr¨¢fico de drogas y la inseguridad "han aumentado" desde la inauguraci¨®n de estas dependencias.
- V¨ªa muerta. Una hora y media en tren para recorrer los escasos 70 kil¨®metros que separan Vic (Osona) de Barcelona. Retrasos continuos, servicio deficiente, una estaci¨®n nueva -la de Vic- que ni siquiera tiene sala de espera, y el riesgo que cualquier problema bloquee la ¨²nica v¨ªa ferroviaria. Estas razones llevaron a los usuarios de la l¨ªnea C-3 de Cercan¨ªas a fundar, hace cinco a?os, Renfe Espavila't. Denuncian el olvido de Cercan¨ªas ante las grandes inversiones en alta velocidad.
- El referente. "Lo riu ¨¦s vida" fue el lema estelar que populariz¨® la Plataforma en Defensa del Ebro, fundada para luchar contra el Plan Hidrol¨®gico Nacional del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Con la llegada de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a La Moncloa, el trasvase se derog¨®, pero sus miembros m¨¢s activos luchan por inculcar la llamada nueva cultura del agua: que los r¨ªos no acaben destrozados por la acci¨®n humana. Los recursos hidr¨¢ulicos tambi¨¦n son la motivaci¨®n de entidades c¨ªvicas del Maresme que quieren evitar la canalizaci¨®n de las rieras por su riqueza medioambiental.
- 'La hist¨®rica'. La Campa?a contra el Cuarto Cintur¨®n -el proyecto de autov¨ªa entre Abrera y Granollers- tiene tantos a?os que incluso se la conoce como la hist¨®rica. Sus opositores, entre ellos ERC, ICV y entidades ecologistas, opinan que esta v¨ªa "no es necesaria para solucionar los problemas de movilidad" entre las ciudades de la segunda corona del ¨¢rea metropolitana y recuerdan que "hay alternativas como mejorar e invertir en las redes secundarias, en transporte p¨²blico o eliminar los peajes".
Esta plataforma espera no correr la misma suerte que su hom¨®loga Salvem les Valls, que naci¨® para evitar el eje Vic-Olot por Bracons. No piensa disolverse pese a que las excavadoras llevan meses trabajando para unir Osona y la Garrotxa. Muchos de sus miembros est¨¢n desencantados y dolidos con Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, que inclu¨ªan su rechazo al t¨²nel de Bracons en su programa electoral, pero que "se tragaron el sapo" una vez se fragu¨® el tripartito, asegura el portavoz de la plataforma, Ra¨¹l Valls.
Los peajes tambi¨¦n son motivo de fuertes contestaciones por parte de los ciudadanos. En el Maresme, muchas asociaciones de vecinos act¨²an conjuntamente para que la autopista C-32 sea gratuita y que la congestionada N-II pase a ser una v¨ªa urbana.
- Tierra de nadie. El proyecto del tripartito de dividir Catalu?a en siete veguer¨ªas ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en Osona y el Ripoll¨¨s. Muchos de sus ciudadanos anhelan la creaci¨®n de una octava veguer¨ªa, la del Alt Ter, que agrupe ambas comarcas. Denuncian que el tripartito "no escucha y no deja participar". Una plataforma similar defiende otra veguer¨ªa que agrupe el Alt y Baix Pened¨¨s, Anoia y Garraf.
Con la colaboraci¨®n de Oriol Aym¨ª, Gl¨°ria Ayuso, Enric Badia, Gerard Bagu¨¦, Eva Clota, Pere Lobato, S¨ªlvia Marim¨®n, No¨¨lia Vida y Llu¨ªs Visa.
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