Vila-Matas cierra un ciclo con una obra sobre "la dificultad de no ser nadie"
El escritor define 'Doctor Pasavento' como "la aventura de un hombre que se queda solo"
La ¨²ltima novela de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948), Doctor Pasavento (Anagrama), es una aventura: "La aventura de un hombre que se queda solo y viaja hasta el final en una fuga sin fin", dice el autor, un poco harto, en apariencia, de que le pregunten por qu¨¦ su obra se alimenta de metaliteratura. Este hombre es el Pasavento del t¨ªtulo, un escritor hastiado de las servidumbres del ¨¦xito que decide volverse invisible siguiendo la estela de Robert Walser, el escritor que muri¨® en un paisaje nevado cerca del manicomio donde se recluy¨® durante dos d¨¦cadas. Las peripecias de Pasavento sirven a Vila-Matas para hablar de la soledad, la locura y, finalmente, de "la dificultad de no ser nadie".
Tras Bartleby y compa?¨ªa, una serie de biograf¨ªas sobre escritores que renuncian a la escritura, y El mal de Montano, una novela sobre la literatura como vida, Doctor Pasavento cierra un ciclo en la trayectoria de Enrique Vila-Matas. "Aunque el tema no es m¨¢s que un pretexto para escribir, s¨ª que ha terminado la insistencia en la b¨²squeda de la identidad. ?sta es la primera vez que acudo a una rueda de prensa sin saber c¨®mo ser¨¢ mi pr¨®ximo libro", afirm¨® ayer en Barcelona.
El escritor explic¨® que el arranque de Doctor Pasavento est¨¢ en una pregunta "impertinente" que se le formul¨® hace un tiempo en un acto de los cursos de verano de El Escorial: "Usted ?cu¨¢ndo piensa desaparecer?". Se la hizo alguien mosqueado con este "tema recurrente" en su obra. "Yo nunca he deseado desaparecer de verdad. Si lo hubiera querido no hubiera escrito sobre ello, me hubiera largado sin decir nada", asegur¨® Vila-Matas. Lo que hay en su obra, en todo caso, es "lo que Sergio Pitol define como la idea del descenso, el viaje a uno mismo, el deseo de viajar sin retorno...".
En Doctor Pasavento hay todo tipo de desapariciones, desde la del ni?o que se esconde en su propia casa hasta la de la antigua estrella del f¨²tbol cedida a un equipo menor. Pero sobre todo las hay de escritores: las radicales de Robert Walser, Emmanuel Bove, Thomas Pynchon, Miquel Bau?¨¤ y J. D. Salinger y, en otro orden, la de Bernardo Atxaga, retirado en su casa de Zalduondo, y la de Agatha Christie, que desapareci¨® durante 11 d¨ªas y consigui¨® movilizar a todo un pa¨ªs en su busca... "La novela trata de explicar por qu¨¦ desaparecer es tan dif¨ªcil", continu¨® Vila-Matas. "En toda desaparici¨®n hay algo de ambig¨¹edad porque en ella hay, en el fondo, una afirmaci¨®n del yo".
En el caso del narrador de la novela, esta ambig¨¹edad tiene algo de ir¨®nica, pero tambi¨¦n de tr¨¢gica. Pasavento se retira atra¨ªdo por la idea de regresar a la creaci¨®n pura, independiente de toda grandeza literaria. Pero a diferencia de lo que sucedi¨® en su d¨ªa con Agatha Christie, el narrador descubre que nadie le busca tras haberse desvanecido. Todo el mundo respeta su retiro y ¨¦l inicia un periplo que le lleva de Sevilla a N¨¢poles, Par¨ªs, el manicomio de Herisau, Suiza, donde estuvo encerrado Walser, y un lugar llamado Lokunowo. Es un "viaje de la desaparici¨®n a la soledad, y de la soledad a la locura", y a la multiplicaci¨®n de las identidades con que Pasavento se presenta a sus nuevas relaciones. Una de ellas obedece al nombre de Dr. Pynchon, como se deb¨ªa titular la novela y como se titula, eso s¨ª, un texto escrito por el argentino Ra¨²l Escari y repartido ayer por Vila-Matas en la presentaci¨®n de la novela.
Como es habitual en los libros de Vila-Matas, las andanzas del protagonista se desarrollan en un constante ir y venir de la realidad a la ficci¨®n. El escritor se hizo acompa?ar ayer por uno de los personajes reales que aparecen en la novela, la profesora de Literatura Espa?ola en Suiza Yvette S¨¢nchez, que fue con ¨¦l a visitar el manicomio de Walser.
Pero, adem¨¢s de la inclusi¨®n de aspectos autobiogr¨¢ficos, en Doctor Pasavento hay una buena dosis de datos que provienen de "la realidad pol¨ªtica": "El protagonista va recibiendo se?ales del mundo exterior que se van conectando a la manera de la Nadja de Andr¨¦ Breton".
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