"Dios le maldiga"
El hurac¨¢n Katrina, el pillaje y la incompetencia de la Administraci¨®n Bush han devastado Nueva Orleans, junto a otras muchas ciudades, pueblos y granjas de varios estados sure?os, sumidos todav¨ªa en el caos y el abandono. Ahora, entre las aguas, el lodo y los escombros, quedan miles de cad¨¢veres, el estupor del mundo y la ira y la impotencia de las v¨ªctimas. Si el 11-S revel¨® la vulnerabilidad de Estados Unidos a la infamia del terrorismo, una meteorolog¨ªa desorbitada y adversa, aunque anunciada, ha revelado su fragilidad ante las fuerzas de la naturaleza, cuando apenas hace 30 a?os, todo su poder¨ªo militar sucumbi¨®, en un pa¨ªs remoto e ignorado por la ciudadan¨ªa, frente a la guerrilla y el ej¨¦rcito vietnamitas, que hicieron a?icos cuanta arrogancia y matonismo se le ech¨® encima. Pero el Katrina, que ha puesto mucho ojo, aunque ninguna clemencia, sobre aquellos territorios, ha dejado a Estados Unidos con sus verg¨¹enzas al aire, ante el sonrojo de muchas naciones. Y qu¨¦ verg¨¹enzas las suyas. La flagrante marginaci¨®n de una gran bolsa de pobreza oculta en los patios traseros de las fulgurantes ciudades, en sus barriadas m¨¢s miserables, entre los vertederos y bajo los puentes, se ha puesto a flote, en las encrespadas aguas y en la conciencia tambi¨¦n encrespada de los pueblos. Y se ha puesto a flote igualmente la discriminaci¨®n de negros, hispanos y vagabundos a la m¨¢s que tard¨ªa hora de la evacuaci¨®n de los supervivientes. La tragedia se ha prolongado, se est¨¢ prolongado, en el desorden e insolvencia de los organismos a los que corresponde gestionar respuestas urgentes y eficaces a estas cat¨¢strofes. Un Bush m¨¢s zoquete y acobardado que de costumbre, boqueando en el descr¨¦dito, ha enviado tropas de combate a Nueva Orleans: pegar tiros, por lo visto, es lo ¨²nico que se le ocurre. Nada extra?o, pues, que a un presidente de tal cala?a, providencial y salvapatrias, uno de sus paisanos le grite: "Que Dios le maldiga, se?or Bush", y otro le reproche su arbitraria agresi¨®n a Irak. Cuando el nivel de las aguas descienda, el sue?o americano ya solo ser¨¢, en la mueca de fango de George W. Bush, la pesadilla americana.
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