Sin igualdad no hay subvenci¨®n
El calvinismo holand¨¦s no recibir¨¢ ayudas porque discrimina a la mujer
Una decisi¨®n salom¨®nica adoptada ayer por la justicia holandesa ha puesto en un aprieto a las autoridades y podr¨ªa desencajar incluso el complejo entramado social, respetuoso con las minor¨ªas, que caracteriza a los Pa¨ªses Bajos. Seg¨²n los jueces, el Partido Calvinista (SGP en sus siglas holandesas), contrario a la presencia de mujeres como miembros de pleno derecho, no debe recibir m¨¢s subsidios oficiales. Al llenar sus arcas con el dinero de todos, sostiene la sentencia dictada ayer, el Estado se hace c¨®mplice de una forma de discriminaci¨®n condenada por Naciones Unidas y rechazada asimismo en La Haya. Los jueces admiten, sin embargo, que el Partido Calvinista, con dos esca?os en un Parlamento de 150, es libre de redactar y aplicar sus estatutos como le plazca. Incluso si en ellos consagra la discriminaci¨®n en litigio.
Al subvencionar al Partido Calvinista, sostienen los jueces, el Estado es c¨®mplice de una discriminaci¨®n
La resoluci¨®n, en apariencia de aplicaci¨®n sencilla si se suprimen los 800.000 euros anuales de apoyo oficial recibidos por el SGP, pondr¨ªa en entredicho otro derecho igualmente inalienable para un Estado democr¨¢tico: el que ata?e a las libertades de las minor¨ªas. Al menos as¨ª interpretaban anoche los miembros del Partido Calvinista una decisi¨®n judicial que les ha dejado boquiabiertos. "Hasta ahora las minor¨ªas pod¨ªan tener en Holanda su propia voz e identidad. Algo que no est¨¢ tan claro ya", se?alaba Menno de Bruyne, portavoz de la agrupaci¨®n. Porque en su partido hay mujeres, pero en calidad de "miembros especiales". Sin atribuciones ni posibilidad de ostentar cargo alguno, y apartadas de listas electorales y cargos pol¨ªticos, no son uno de los rostros reconocibles del calvinismo en la pol¨ªtica.
Para De Bruyne, la discriminaci¨®n de la que les acusa el Fondo Clara Wichmann, especializado en apoyar demandas de este tipo y que les ha llevado los tribunales, no se cuestiona en el seno del partido. "Somos el m¨¢s antiguo de Holanda (creado en 1918) y el que mayor n¨²mero de afiliados tiene proporcionalmente (27.000 miembros). Buena parte de los 17.000 j¨®venes que integran nuestras asociaciones son mujeres. Como tambi¨¦n el 56% de nuestros votantes. Est¨¢ claro que para ellas hay temas de fondo m¨¢s importantes que aparecer en una junta de gobierno". Se refiere con ello a su filosof¨ªa fundacional, que busca el reconocimiento de la palabra de Dios en el terreno pol¨ªtico. O tal y como rezan sus estatutos: "La admisi¨®n del valor absoluto de la palabra del Creador, tal y como aparece en las Sagradas Escrituras, en todos los terrenos".
Un episodio singular que puso en entredicho el respeto de estos mismos valores se resolvi¨® con una dimisi¨®n forzosa. Y fue notable. El reverendo Gerrit Kersten, uno de los padres fundadores, tuvo que dejar su esca?o parlamentario en 1946 despu¨¦s de dos d¨¦cadas ocup¨¢ndolo. La raz¨®n fue haber permitido durante la II Guerra Mundial, y en plena ocupaci¨®n alemana, que la revista del partido fuera dirigida por miembros del partido nazi holand¨¦s.
Pero matizaciones religiosas o pol¨ªticas aparte, el partido, que cuenta asimismo con dos senadores y un diputado en el Parlamento Europeo, espera ahora el fallo del Gobierno sobre su futuro econ¨®mico. Al haber sido dictada la sentencia contra el Estado, le corresponde al Ministerio de Interior, responsable de los subsidios destinados a las entidades pol¨ªticas, dar el siguiente paso. Fuentes gubernamentales admit¨ªan ayer que el liberal Johan Remkes, titular de Interior, estudiar¨ªa el asunto con cuidado antes de pronunciarse. Una cosa parec¨ªa clara, de cerrarse el grifo de los subsidios no supondr¨ªa la desaparici¨®n de los diputados del SGP del Parlamento. "Tenemos unas bases fieles para subsistir. Pero aqu¨ª se debaten serias cuestiones de principio", concluye el portavoz calvinista con agitada esperanza.
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