Cabeza de historiador y pluma de periodista
EL BRIT?NICO Antony Beevor atesora dos cualidades que le han servido para convertirse en un autor ensalzado por la cr¨ªtica y, al mismo tiempo, adorado por el gran p¨²blico. En su literatura confluyen, pues, la cabeza investigadora de un historiador y la pluma ¨¢gil y amena de un periodista. Si estas caracter¨ªsticas, casi infalibles para ser un afamado escritor de libros de historia, no resultaran suficientes, Beevor suma que fue un oficial del Ej¨¦rcito que dej¨® las armas para dedicarse a escribir y esa formaci¨®n militar est¨¢ muy presente en libros que se han convertido en best sellers como Stalingrado o Berl¨ªn, la ca¨ªda. "Su singular habilidad para hacer accesibles para una audiencia general complicados acontecimientos hist¨®ricos recuerda la edad dorada de la narrativa hist¨®rica brit¨¢nica", ha escrito el cr¨ªtico literario Boyd Tonkin en el peri¨®dico The Independent.
Educado en la prestigiosa academia militar de Sandhurst, Beevor no s¨®lo ha publicado siete obras de no ficci¨®n, sino tambi¨¦n cuatro novelas, lo que podr¨ªa explicar el trepidante ritmo narrativo que imprime a sus descripciones de batallas, t¨¢cticas y estrategias. De todos modos, Beevor nunca habr¨ªa llegado a ser traducido a m¨¢s de veinte idiomas ni a vender m¨¢s de dos millones de ejemplares de sus obras si se hubiera limitado a una historia militar a la antigua usanza, s¨®lo apetecible para entusiastas de las armas. Tanto en Stalingrado como en Berl¨ªn, la ca¨ªda, el autor brit¨¢nico despliega una ampl¨ªsima documentaci¨®n que le permite reflejar, con una inaudita cercan¨ªa, las peripecias de la poblaci¨®n civil en medio de la guerra.
Sus historias alternan las an¨¦cdotas y las categor¨ªas con tal maestr¨ªa que sus libros pueden leerse como reportajes aparecidos en la prensa. Su obra La Guerra Civil espa?ola no es una excepci¨®n en este sentido y as¨ª el relato de los movimientos de tropas de republicanos y de franquistas en Madrid, Guadalajara, M¨¢laga, Teruel o Barcelona se combina con la vida en la retaguardia, las miserias y grandezas de los protagonistas, el d¨ªa a d¨ªa de mujeres, ni?os y ancianos lejos de los frentes, las entretelas de las decisiones pol¨ªticas o los perfiles de los dirigentes. Beevor debe pensar que la realidad, si est¨¢ bien narrada, siempre supera a la ficci¨®n, y esa convicci¨®n ha marcado su trayectoria.
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