"No hay que limitar legalmente la investigaci¨®n gen¨¦tica"
El bi¨®logo estadounidense James Watson, de 77 a?os, particip¨® en una de las principales revoluciones cient¨ªficas. Ni las pruebas de paternidad, ni los transg¨¦nicos ni la clonaci¨®n habr¨ªan sido posibles sin el descubrimiento realizado en 1953 por ¨¦l y su compa?ero Francis Crick (fallecido el pasado a?o). Los dos cient¨ªficos revelaron la estructura del ADN, la mol¨¦cula que contiene la informaci¨®n del c¨®digo gen¨¦tico. En la actualidad, dirige el laboratorio neoyorquino de Cold Spring Harbor.
Pregunta. En 1953, usted y su compa?ero Francis Crick anunciaron el descubrimiento de la estructura del ADN en un art¨ªculo de una p¨¢gina. Teniendo en cuenta la importancia del hallazgo, puede que el texto sea uno de los m¨¢s concisos de la historia de la ciencia. ?Por qu¨¦ ese recato?
"Tengo la esperanza de que dentro de 25 a?os el c¨¢ncer ya no se considere una enfermedad grave. Conoceremos sus causas y podremos luchar contra ¨¦l"
"Creo que no tardaremos en comenzar a encontrar los genes responsables de una serie de perturbaciones mentales como la esquizofrenia y el autismo"
"Hay quien cree que el aborto es irresponsable; lo irresponsable es permitir el nacimiento de un ni?o que tendr¨¢ una grave enfermedad incurable"
"Si alg¨²n d¨ªa la t¨¦cnica se hace m¨¢s accesible y la mayor¨ªa de la humanidad se compone de clones, no ser¨¢ un mundo en el que a m¨ª me guste vivir"
"M¨¢s de un siglo despu¨¦s de Darwin hemos llegado a un punto muerto entre ciencia y religi¨®n, o, por lo menos, entre la ciencia y ciertas religiones"
Respuesta. Porque no pod¨ªamos prever el futuro. Cuando escribimos ese ensayo, Crick y yo cre¨ªamos que est¨¢bamos contribuyendo a una mejor comprensi¨®n de la realidad. No sab¨ªamos que, de hecho, est¨¢bamos contribuyendo a su transformaci¨®n. ?sta comenz¨® a producirse 20 a?os despu¨¦s, cuando Herb Boyer y Stanley Cohen inventaron una t¨¦cnica que posibilitaba la manipulaci¨®n de la mol¨¦cula de ADN, inaugurando la era de la ingenier¨ªa gen¨¦tica. Dieron una utilidad pr¨¢ctica a nuestro descubrimiento y, a partir de entonces, las cosas se precipitaron.
P. ?Qu¨¦ innovaciones cabe esperar de la gen¨¦tica en los a?os venideros?
R. Yo dir¨ªa que dentro de 10 a?os casi todas las cosechas estar¨¢n gen¨¦ticamente modificadas. En el ¨¢rea de la investigaci¨®n m¨¦dica en la que yo trabajo, subrayar¨ªa el progreso en dos direcciones. En el tratamiento del c¨¢ncer nos encaminamos hacia la realizaci¨®n de biopsias de ADN, con las que examinaremos el tumor para verificar qu¨¦ clase de alteraciones gen¨¦ticas se est¨¢n produciendo. De este modo tendremos tratamientos mejores, con medicamentos que acaben con las c¨¦lulas cancer¨ªgenas que hayan sufrido mutaciones gen¨¦ticas concretas. Tengo la esperanza de que dentro de 25 a?os el c¨¢ncer ya no se considere una enfermedad grave. Conoceremos sus causas y podremos luchar contra ¨¦l. Por otra parte, creo que no tardaremos en comenzar a encontrar los genes responsables de una serie de perturbaciones mentales como la esquizofrenia y el autismo.
P. Entonces, ?la interpretaci¨®n gen¨¦tica de las perturbaciones mentales ser¨ªa una frontera que la gen¨¦tica a¨²n no ha cruzado?
R. S¨ª, creo que s¨ª. Nuestro laboratorio est¨¢ incluso construyendo una nueva nave que se dedicar¨¢ a investigar la esquizofrenia. Es una buena materia para la ciencia actual.
P. De hecho, usted tiene un hijo con problemas mentales.
R. S¨ª, pero no quiero hacer comentarios al respecto. ?l puede leer y no quiero que lea nada sobre s¨ª mismo.
P. La pregunta se refiere a usted. ?Hasta qu¨¦ punto ha determinado la dolencia de su hijo su inter¨¦s por la investigaci¨®n en esa ¨¢rea?
R. Por supuesto, ha influido. Pero mi hijo lleva mucho tiempo sufriendo esa perturbaci¨®n y yo no me he puesto a investigar sobre el asunto hasta hace muy poco. Durante los ¨²ltimos 40 a?os me he dedicado m¨¢s a investigar el c¨¢ncer. La cuesti¨®n es que durante mucho tiempo no hemos tenido pistas sobre el ¨¢rea de las enfermedades mentales. Ahora creo que el problema est¨¢ al alcance de la gen¨¦tica, aunque todav¨ªa no claramente.
P. Usted suscit¨® una gran pol¨¦mica cuando dijo que la estupidez pod¨ªa tratarse como una enfermedad. ?Podr¨ªa explicar su posici¨®n?
R. Mucha gente cree que todos somos parecidos y que, con una buena educaci¨®n y buenas condiciones sociales, todos aprender¨ªamos de igual modo. No es as¨ª. Las dificultades de aprendizaje no siempre proceden del medio. Algunas personas nacen con impedimentos. Hay enfermedades relacionadas con agentes infecciosos, con traumatismos durante el embarazo, con malos genes; el mismo efecto final puede tener diferentes causas. Cualquiera que sea esa causa, si tu cerebro no funciona bien, por ejemplo, con las matem¨¢ticas, no es un cerebro normal. Si no puedes sumar dos y dos para obtener cuatro, es porque algo no va bien. Decimos que la esquizofrenia es una enfermedad mental, pero lo mismo puede decirse de algunos cocientes intelectuales muy bajos que no son funcionales. Si un ni?o no puede aprender a leer, creo que eso es una enfermedad. O si la palabra enfermedad es demasiado fuerte, yo dir¨ªa que esa persona necesita ayuda. Lo de menos es que a esa situaci¨®n se le llame o no enfermedad.
P. ?Qu¨¦ clase de ayuda puede ofrecer la gen¨¦tica a esas personas?
R. Depende de las razones del problema. Por ejemplo, quienes tienen una dislexia moderada pueden leer, pero los que padecen una dislexia m¨¢s acusada nunca aprender¨¢n a hacerlo. Cuando alguien sufre de alzheimer y su memoria se evapora, no tenemos ning¨²n problema en decir que tiene una enfermedad. Lo mismo puede decirse de una persona incapaz de formar recuerdos. Puede que ¨¦sta sea la raz¨®n de la estupidez de algunas personas: quiz¨¢ no puedan retener ciertos recuerdos a causa de alg¨²n defecto gen¨¦tico. El hecho de que a esto lo llamemos enfermedad no significa que no se pueda hacer nada al respecto. Por el contrario, significa que estamos buscando formas de ayudar a esas personas. Y estamos haciendo algunos progresos.
P. ?Se podr¨¢ manipular alg¨²n d¨ªa un rasgo como la inteligencia, que implica una serie de genes?
R. No tenemos ni idea. La inteligencia implica realmente una serie de genes, pero podemos perderla si hay un defecto en uno solo de ellos. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en el s¨ªndrome de X fr¨¢gil: debido a un defecto en un gen, la persona nunca supera la inteligencia de un ni?o de cinco a?os. Por el momento no tenemos cura para esas dolencias. Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa contemos con una terapia gen¨¦tica para solucionar el problema, pero creo que, t¨¦cnicamente, ser¨¢ muy dif¨ªcil insertar un gen sano en el cerebro de las v¨ªctimas de este s¨ªndrome. Por el momento, lo que la ciencia puede ofrecer es prevenci¨®n. Podemos impedir el nacimiento de ni?os con graves problemas mentales.
P. ?Le parece aceptable el aborto en el caso de beb¨¦s que podr¨ªan vivir, aunque con algunas deficiencias?
R. Hay personas que creen que el aborto es irresponsable. Desde mi punto de vista, lo irresponsable es permitir el nacimiento de un ni?o que tendr¨¢ una grave enfermedad incurable. Es algo que ocasionar¨¢ un sufrimiento innecesario. Pero esto, por supuesto, es una elecci¨®n individual que pertenece a la mujer embarazada. Cada uno act¨²a seg¨²n sus valores, y yo no quiero privar a nadie del derecho a tomar sus propias decisiones. Por ejemplo, si su beb¨¦ nonato tiene el s¨ªndrome de Down, usted puede preguntar si existen posibilidades de curarle. Como cient¨ªfico, le contestar¨¦ que no, que hoy d¨ªa no hay posibilidades de que el ni?o sea normal. Es un hecho cient¨ªfico. La forma que tenga la gente de afrontar el asunto es otro problema. Para algunos, el s¨ªndrome es la voluntad de Dios. Yo lo considero un defecto biol¨®gico: en lugar de dos pares de cromosomas 21, hay tres, y esto conduce a la anormalidad. No veo por qu¨¦ raz¨®n ha de nacer alguien que tendr¨¢ una vida inferior, reducida.
P. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si alg¨²n d¨ªa somos capaces de predecir si un feto ser¨¢, por ejemplo, homosexual? ?Ser¨ªan razones como ¨¦sta aceptables para abortar?
R. Las mujeres deben tener libertad para hacer lo que consideren mejor para su familia. Mujeres de culturas y circunstancias diferentes tendr¨¢n concepciones distintas. Puede que lo que es correcto para una no lo sea para otra. Las decisiones gen¨¦ticas deben tomarlas las propias madres o acordarlas con sus familias. El Estado no deber¨ªa influir en esto de ninguna manera.
P. ?Es necesario imponer alg¨²n tipo de limitaci¨®n legal a la investigaci¨®n gen¨¦tica?
R. Yo dir¨ªa que no hay que limitar legalmente la investigaci¨®n gen¨¦tica.
Soy muy libertario. Si alguien descubre alg¨²n d¨ªa que puede a?adir un gen para que los ni?os nazcan m¨¢s inteligentes, m¨¢s guapos o m¨¢s sanos, pues no veo por qu¨¦ no habr¨ªa de hacerse. No creo que sufrir haga ning¨²n bien al ser humano. Algunas personas dicen: "Cristo sufri¨®; por tanto, los hombres tambi¨¦n deben sufrir". No acepto ese argumento. Hoy no tenemos realmente la capacidad de mejorar la humanidad de ese modo, pero si alg¨²n d¨ªa podemos, ?por qu¨¦ no hacerlo? Hay quien aduce que esto beneficiar¨ªa a los ricos, pero eso no es ninguna novedad. Los ricos siempre compran las nuevas tecnolog¨ªas antes que los dem¨¢s.
P. ?Acaso no existe siempre el riesgo de que esas tecnolog¨ªas sean utilizadas por ideolog¨ªas racistas?
R. Todo puede utilizarse para fines funestos, pero ¨¦sa no es una raz¨®n para detener el progreso. Ser¨ªa est¨²pido limitar la investigaci¨®n gen¨¦tica porque los racistas pueden apoderarse de ella. Una epidemia causada por un virus o una bacteria puede ser una amenaza mucho mayor que el racismo; podr¨ªa incluso diezmar la raza humana. No hace mucho tuvimos la gripe aviar en Asia, que por fortuna pudo controlarse. La peste negra, de hace unos 600 a?os, fue devastadora para la poblaci¨®n europea y produjo una recesi¨®n que dur¨® siglos. ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si hoy d¨ªa una nueva infecci¨®n redujera a la mitad la poblaci¨®n de ?frica o de Latinoam¨¦rica? Ser¨ªa terrible. La gen¨¦tica podr¨¢ protegernos de este peligro si alg¨²n d¨ªa tenemos la posibilidad de cambiar la constituci¨®n humana de manera que sea, por ejemplo, resistente al VIH, que causa el sida.
P. ?Ve usted alguna raz¨®n para prohibir al menos la clonaci¨®n humana?
R. En 1972, cuando me di cuenta por primera vez de que alg¨²n d¨ªa existir¨ªa la posibilidad de clonar a un ser humano, escrib¨ª un art¨ªculo sobre el tema. Fue un texto prematuro; nadie le prest¨® la menor atenci¨®n. No me gusta la idea de producir copias de seres humanos. Acaban de clonar un perro, aunque todav¨ªa sigue siendo algo dif¨ªcil de hacer. Si alg¨²n d¨ªa la t¨¦cnica se hace m¨¢s accesible y la mayor¨ªa de la humanidad se compone de clones, no ser¨¢ un mundo en el que a m¨ª me guste vivir. Sin embargo, un ¨²nico clon no cambiar¨¢ el mundo. No es un arma nuclear. Y ya no me interesan las proyecciones futuristas. La clonaci¨®n es un tema que debe interesar a un cient¨ªfico veintea?ero. A mi edad me preocupa m¨¢s la curaci¨®n del alzheimer.
P. Se le considera un provocador de controversias. ?Es as¨ª?
R. La gen¨¦tica siempre ser¨¢ un asunto pol¨¦mico, porque a la gente no le gusta imaginarse que est¨¢ determinada por mol¨¦culas de ADN. A ninguna mujer le agrada pensar que naci¨® fea. Se dicen: "Bueno, si me hago este peinado o si llevo ropa mejor...". Est¨¢ claro que pueden hacer todo eso. Pero lo innegable es que algunas mujeres han tenido m¨¢s suerte que otras en el juego de la gen¨¦tica. La cuesti¨®n es a¨²n m¨¢s delicada cuando se trata del cerebro, es decir, de la personalidad, la inteligencia... A la gente le gusta imaginar que el cerebro es totalmente maleable, pero no es cierto.
P. ?Llegaremos alg¨²n d¨ªa a zanjar el debate sobre qu¨¦ tiene m¨¢s impacto sobre nuestra personalidad, los genes o el medio?
R. No. El debate siempre nos acompa?ar¨¢. Muchas personas siguen insistiendo en que la educaci¨®n que se recibe en casa influye m¨¢s en como somos que la propia naturaleza. Incluso hay quien llega a negar que existan diferencias innatas entre los individuos. Dicen que si alguien tiene alguna deficiencia es porque fue v¨ªctima de la pobreza. No creo que sea as¨ª, pero entiendo la motivaci¨®n: es natural que cuando algo va mal intentemos primero modificar el medio con el fin de eliminar el problema. Modificar los genes es mucho m¨¢s dif¨ªcil. La gen¨¦tica y la evoluci¨®n pueden ser crueles, y mucha gente tiene mala suerte en este juego.
P. ?Cu¨¢l es su posici¨®n respecto a la pol¨¦mica actual entre evoluci¨®n y dise?o inteligente por parte de un ser superior?
R. M¨¢s de un siglo despu¨¦s de Darwin hemos llegado a un punto muerto entre ciencia y religi¨®n, o, por lo menos, entre la ciencia y ciertas religiones que est¨¢n obsesionadas con el curso de la biolog¨ªa. No les gusta el concepto de evoluci¨®n, aunque todos los bi¨®logos lo aplican porque no tiene que ver con una simple teor¨ªa, sino con un hecho. La controversia actual se centra en si es acertado ense?ar en los colegios el dise?o inteligente al mismo nivel que la evoluci¨®n. Esto es mezclar la ciencia con las creencias. Es mezclar ideas que tienen un fundamento experimental con otras que carecen por completo de fundamento. No creo que se deba hacer.
? Global Viewpoint.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.