Plataformas
La plataforma de Javier Arenas se parece como dos gotas de agua a la de Maragall de Ciudadanos por el Cambio, sin la palabra ciudadano que tiene un claro precedente en la Revoluci¨®n Francesa. El origen es el af¨¢n por representar algo m¨¢s de lo que es el PP de Andaluc¨ªa, loable esfuerzo que si no va acompa?ado por un cambio de la estrategia pol¨ªtica lo que viene es a incluir a unos cuantos simpatizantes en las listas electorales. Tengo para m¨ª que si se trata de ampliar la base electoral, lo mejor es empezar por cambiar el discurso y restarle un poco de carga ideol¨®gica, porque con la munici¨®n actual no se hace m¨¢s que contentar a los propios y cohesionar a los ajenos. Con posterioridad es importante encontrar gente capaz para que le d¨¦ al asunto verosimilitud. No parece que un ¨¢rbitro de f¨²tbol y una campeona de p¨¢del, con todos los respetos, sean fichajes para completar un plantel gal¨¢ctico. Nunca se sabe, desde luego, pero al final Andaluces por el Cambio depender¨¢ de lo bien que lo haga el Gobierno, y la capacidad propia para ilusionar. Primer ejemplo: Arenas se le ve descolocado con el acuerdo sobre la deuda sanitaria. Apost¨® por el catastrofismo y al final hasta los presidentes del PP van a apoyar el acuerdo. Es dif¨ªcil salir de las frases exageradas. Otro tanto se puede decir de la ley sobre el botell¨®n. Despu¨¦s de que se haya reclamado tantas veces una iniciativa como esta s¨®lo el alcalde de Granada ha sabido responder con mesura a la iniciativa. Cosa distinta es el fondo del asunto. No s¨¦ de d¨®nde ha salido esa majader¨ªa de "derecho al ocio" y "derecho al descanso" como asuntos contrapuestos. El ocio es una opci¨®n para quien se lo pueda permitir. El descanso es una necesidad biol¨®gica. No se pueden contraponer lo diga la Junta, la consejera de Gobernaci¨®n o cualquier ayuntamiento. Es necesario desprenderse de todo tipo de complejos a la hora de regular el botell¨®n: impedir actos de vandalismo, esc¨¢ndalos, suciedad, destrozo del mobiliario urbano, ruidos y venta de alcohol a menores debe ser una actuaci¨®n ajena a la negociaci¨®n. Quiz¨¢s algunos de esos autodenominados brigadistas sean los que luego machacan a sus vecinos por las noches en la absurda creencia, compartida por alg¨²n concejal, de que un atentado a la salud p¨²blica es un ejercicio de libertad.
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