La pasi¨®n de Forl¨¢n

Hay futbolistas que cuando abandonan en su flamante coche la ciudad deportiva desenchufan: no quieren saber nada de su profesi¨®n hasta la ma?ana siguiente. Hay otros, en cambio, que pueden pararse a hablar de f¨²tbol con un t¨¦cnico del filial o con un juvenil. Es el caso de Diego Forl¨¢n, de 26 a?os, que conoce entrenadores, jugadores y equipos varios. Y que, despu¨¦s de cada entrenamiento, se queda media hora sobre la hierba a practicar un ejercicio muy simple, pero fundamental para su oficio de depredador: con un pie se acomoda el bal¨®n, busca el ¨¢ngulo ante el defensa imaginario y dispara con el otro. Toca y dispara. A velocidad de v¨¦rtigo. Una reiteraci¨®n le vino de perlas la pasada campa?a, cuando alcanz¨® con 25 goles la Bota de Oro como m¨¢ximo goleador europeo. Y piensa que tambi¨¦n le servir¨¢ en su particular revancha, el mi¨¦rcoles en El Madrigal ante el Manchester United, el club que lo trajo a Europa, pero en el que no triunf¨® ante una competencia demoledora.

Forl¨¢n es recordado por sus compa?eros del Manchester como un "good guy", seg¨²n lo defini¨® su amigo y competidor en el ataque, el holand¨¦s Ruud Van Nistelrooy. Un buen tipo que tan s¨®lo marc¨® 14 goles en 88 partidos en dos temporadas y media, desde enero de 2002 hasta junio de 2004. Un n¨²mero enga?oso de encuentros, puesto que s¨®lo disput¨® los ¨²ltimos minutos de la mayor¨ªa de ellos. Pero dej¨® un buen sabor de boca, tanto porque algunos de sus goles fueron encajados por el rival hist¨®rico, el Liverpool, como por su entrega absoluta en el terreno de juego. El 1 de diciembre de 2002 marc¨® en Anfield y eso fue muy celebrado en Old Trafford.

Forl¨¢n admira a Van Nistelrooy. Desde el banquillo del viejo Old Trafford, el uruguayo tuvo tiempo de aprender de los movimientos del holand¨¦s. Y, sobre todo, de esa capacidad de concentraci¨®n por la que no ceja de buscar y buscar el gol. Justo lo que logr¨® Forl¨¢n el curso pasado en El Madrigal. Antes, Van Nistelrooy le hab¨ªa tapado la puerta de la titularidad en el conjunto brit¨¢nico. Sus comienzos en Inglaterra fueron realmente duros. El Manchester hab¨ªa abonado 11 millones al Independiente de Avellaneda, argentino, y ¨¦l llevaba 27 jornadas sin marcar. Iba suplicando que le dejaran lanzar un penalti para acabar con el maleficio, pero el capit¨¢n, Roy Keane, se lo neg¨® ante el Zalaegerszeg, h¨²ngaro. No es extra?o, pues, que no guarde un grato recuerdo del duro Keane. Un mes despu¨¦s, y ante la petici¨®n de la grada, Beckham le cedi¨® a Forl¨¢n el bal¨®n para que, en el ¨²ltimo minuto ante el Maccabi Haifa, marcara desde los 11 metros. Era el 18 de septiembre de 2002. A partir de ah¨ª, las cosas mejoraron, aunque nunca ser¨ªa titular. Pese a lo cual, respeta al que ha sido entrenador de los diablos rojos en los ¨²ltimos 20 a?os, sir Alex Ferguson, de quien recuerda que apenas se le ve¨ªa por los entrenamientos. Aunque, eso s¨ª, lo supervisara todo. Al uruguayo le encant¨® el esp¨ªritu del viejo f¨²tbol brit¨¢nico: aquel por el que si perd¨ªa 3-4 en su casa, la gente, a la ma?ana siguiente, le paraba por la calle para felicitarle: 'Vaya partidazo jugasteis ayer'.

En verano de 2004, el Manchester fich¨® a Rooney del Everton y a Smith del Leeds, y Forl¨¢n entendi¨® que deb¨ªa volar de Old Trafford. Lleg¨® oportuno el Villarreal, que est¨¢ encantado con ¨¦l. Lo considera el profesional ideal. Por su dedicaci¨®n y productividad. Adem¨¢s de una refinada educaci¨®n fraguada precisamente en el Colegio Brit¨¢nico de Montevideo, donde se cri¨®. Tras ser rechazado por el Pe?arol, destac¨® en el Danubio antes de fichar por el Independiente. En Buenos Aires, explot¨® como goleador y le ech¨® el ojo el Manchester, el club m¨¢s rico del mundo, que se acababa de desprender de los dos delanteros (Cole y Yorke) con los que hab¨ªa sido campe¨®n de Europa (1999 en el Camp Nou). Pero Ferguson nunca apost¨® por que Forl¨¢n fuera la pareja de Van Nistelrooy. El mi¨¦rcoles ser¨¢n rivales muy poderosos.