Toro a cien
Para cerrar la feria se escogieron seis retales en el rastrillo de toro a cien. Para la parte art¨ªstica, la alternativa de un veterano: C¨¦sar Manrique.
En esta plaza debut¨® con caballos y 17 primaveras el vallisoletano. Ayer, con 30, tomaba la alternativa. Doce a?os en espera del doctorado. Demasiado tiempo de desilusiones y sinsabores. La afici¨®n pudo m¨¢s que las zancadillas, contratiempos y enga?os. No era la alternativa so?ada; seguro que tampoco la prometida: ni una figura oficiante ni una ganader¨ªa con ¨¦xito. Tras tanto tiempo le debi¨® dar lo mismo. Juan Diego le pas¨® los trastos. Manrique le brind¨® la obra a su t¨ªo, responsable de que siga en estos menesteres. Con tantos a?os de aspirante se ten¨ªa la lecci¨®n aprendida, con lo que pudo aprovechar lo poco que ten¨ªa el marmolillo. Templanza y cadencia tuvieron los redondos, con muleta a media altura en evitaci¨®n de derribos. Menos lucidos y faltos de ligaz¨®n le quedaron los naturales. Con ayudados por alto prepar¨® a Girafito para la ¨²ltima suerte. Pinchazo y media bastaron. Por fin era matador de alternativa. El que cerr¨® festejo y feria result¨® inv¨¢lido. No vimos nada. El espada cumpli¨®, no as¨ª el presidente que mantuvo aquello en el ruedo.
Rom¨¢n / Diego, Campillo, Manrique
Cinco Toros de Fidel San Rom¨¢n: justos de presencia, escasos de fuerza, descastados y manejables. Uno de Los Bayones: descastado. Juan Diego: pinchazo, estocada, descabello (palmas); pinchazo, estocada ca¨ªda (palmas). Mario Campillo: estocada (saludos); dos pinchazos, estocada (saludos). C¨¦sar Manrique, que tom¨® la alternativa: pinchazo, tres descabellos (ovaci¨®n y saludos); pinchazo, media (ovaci¨®n). Plaza de Valladolid. 11 de septiembre. 9? de feria. Media entrada.
De cabeza
A Juan Diego su primero le trajo de cabeza. La falta de actuaciones se not¨®. El toro, soso; el ayer padrino no le andaba a la zaga. "?Qu¨¦ malos sois los dos!", le gritaron unos intransigentes de esos que cuando est¨¢n las figuras, por nada, les piden hasta un jam¨®n si se tercia. Lo cierto es que sus actuaciones resultaron flojas.
Mario Campillo era un mar de dudas. La escasez de oportunidades trae estas circunstancias. La raspa era buena y noble y pudo ir campeando el temporal con m¨¢s pena que ¨¦xito. Todo: ayudados redondos, naturales y adornos le salieron enganchados. En ocasiones remat¨® con muchos apuros. Las mismas caracter¨ªsticas tuvo su otro trabajo.
Final mon¨®tono de una feria en la que el toro brill¨® por su ausencia. Sin un festejo torista con el que consolar a la afici¨®n y prestigiar el ciclo.
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