Diada y Estatuto

Catalu?a celebr¨® ayer una Diada sobre la que plane¨® el debate estatutario. Ser¨¢ dif¨ªcil que el brindis en el Parlamento de los l¨ªderes de todos los partidos catalanes se repita al final de la negociaci¨®n. En su mensaje institucional, Pasqual Maragall admiti¨® que este ¨²ltimo esfuerzo "no ser¨¢ f¨¢cil", pero manifest¨® su esperanza de que termine bien, con un texto que abra una nueva "etapa fraternal" con los pueblos de Espa?a. Un Estatuto que, seg¨²n sus palabras, exige "la generosidad patri¨®tica" de los partidos. Unas formaciones pol¨ªticas que han de ce?irse al marco constitucional delimitado por el Consejo Colsultivo si quieren presentar un proyecto estatutario viable y asumible.

La Diada estuvo marcada por la ceremonia institucional. Es un empe?o de Maragall que ya puso en pie en su primer a?o de presidencia. Se trata de dar el protagonismo a las instituciones quitando centralidad al desfile de partidos ante la estatua de Rafael Casanova, donde se afincan los grupos radicales para abuchear a instituciones y partidos. Unos abucheos que ayer no excluyeron ni a ERC.

La ceremonia se propone como un signo de madurez institucional de un acto nacido en la clandestinidad. El acto celebra una Catalu?a viva y plural, de ah¨ª que se pudiera escuchar una pieza de flamenco. Esta propuesta nunca ha sentado bien a CiU. Primero discuti¨® algo tan irrelevante como una nueva orquestaci¨®n del himno catal¨¢n. Luego, una desafortunada manifestaci¨®n de la consejera de Interior lamentado la falta de dignidad institucional de la jornada durante los gobiernos de CiU fue usada como excusa por el ex presidente Jordi Pujol para no acudir, a pesar de las reiteradas disculpas de la consejera. Para agrandar su desd¨¦n, Pujol particip¨® en un acto nocturno de sus juventudes, al que nunca hab¨ªa acudido antes, donde desgran¨® un discurso de agravios hacia Espa?a. Un gesto que no merec¨ªa una Diada donde abundaron los buenos augurios sobre el Estatuto.