Vacaciones forzosas en Luisiana y Misisipi
Centenares de centros escolares est¨¢n cerrados o destruidos tras el paso del Katrina
Kristian Trosclair, de 12 a?os, y su primo Thomas Brewer, quincea?ero, son dos de los 370.000 ni?os de Luisiana y Misisipi que sufren o disfrutan de unas vacaciones escolares impuestas por el Katrina. Viv¨ªan en el pueblo de Pass Christian; sus casas se inundaron y sus familias viven juntas en un apartamento alquilado en Biloxi. Thomas se muere de ganas de volver a clase, pero su escuela ya no existe y no sabe a qu¨¦ colegio le van a enviar sus padres. A Kristian, en cambio, no le apetece nada volver a estudiar. Su escuela s¨®lo sufri¨® da?os menores y podr¨ªa reabrir sus puertas el 3 de octubre.
Apenas se ven ni?os en las calles de Biloxi, "muchos se fueron antes de la tormenta", explican Kristian y Thomas. Ellos se quedaron con sus familias y ahora recorren las calles en bicicleta "para ver el desastre" y aprovechan para preguntar a los propietarios de las casas afectadas por el hurac¨¢n si necesitan hacer reformas. "Mi padre tiene una empresa de construcci¨®n y le ayudamos", dice Thomas, aspirante a jugador de f¨²tbol americano.
A Kristian, que dice querer "estudiar el sol y las estrellas", le preocupan sus amigos, de los que apenas ha escuchado noticias. "S¨®lo s¨¦ que Billy, mi mejor amigo, se muda a Nueva Jersey. Su casa en Bay Saint Louis se ahog¨® bajo el agua. Le echar¨¦ de menos", dice. Thomas est¨¢ preocupado porque le dijeron que tendr¨¢ que ir al colegio los s¨¢bados y sus vacaciones de Navidad se acortar¨¢n para recuperar el tiempo perdido.
Su caso refleja el de todos los estudiantes afectados por el Katrina. Los responsables estatales y federales, pero sobre todo los locales, tratan de completar el rompecabezas que supone reubicar a alumnos sin escuela, arreglar colegios da?ados por la tormenta, conseguir libros y pupitres nuevos, o lidiar con la falta de profesores que tambi¨¦n perdieron sus casas y decidieron irse de la zona.
Amy Thibodeaux es una de las que se ha quedado. Vive en D'Iberville y ense?a ingl¨¦s en Biloxi. "Lo m¨¢s duro ser¨¢ volver a clase y que falten estudiantes que se haya llevado la tormenta. Los desplazados pueden volver cuando esto se recupere, los otros no", teme Amy. "Es necesario que los ni?os vuelvan al colegio. Necesitan regresar a la rutina, y sus padres necesitan estar libres para reconstruir sus casas y buscar trabajo", afirma esta madre de dos hijos.
Otro problema es que las escuelas que resistieron se convirtieron en refugios y hay que vaciarlas para que los ni?os regresen. La Cruz Roja trata de buscar alternativas con ayuda de los alcaldes para realojar a la gente que no tiene ad¨®nde ir.
Seg¨²n datos del Departamento de Educaci¨®n, en Luisiana hay 489 colegios cerrados y al menos seis est¨¢n destruidos. En Misisipi s¨®lo hay datos oficiales sobre 30 distritos escolares (hay 152 distritos). Se sabe que 226 escuelas est¨¢n cerradas y 30 de ellas desaparecieron. En condados como Hancock, sus siete escuelas est¨¢n muy da?adas, dos son inutilizables y el 60% del profesorado perdi¨® sus hogares. "A¨²n no sabemos de d¨®nde va a salir el dinero para normalizar la situaci¨®n", asegura Lynel Nicaise, la responsable econ¨®mica de los colegios de ese condado.
Seg¨²n Joey Milam, portavoz del Departamento de Educaci¨®n del Estado de Misisipi, "hay 400 escuelas port¨¢tiles en camino que servir¨¢n temporalmente de escuelas". Tambi¨¦n se han solicitado psic¨®logos para estudiantes y profesores porque, afirma Timothy Havard, director administrativo del distrito escolar de Biloxi, "la vuelta al cole no va a ser f¨¢cil y es probable que los estudiantes necesiten apoyo psicol¨®gico. Lo m¨¢s importante es ayudarles cuanto antes a olvidarse de Katrina".
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