En busca de la eficiencia energ¨¦tica

El autor apuesta por reducir la dependencia

del petr¨®leo en la econom¨ªa espa?ola.Hace dos a?os todo el mundo auguraba un escenario estable de los precios del petr¨®leo entre 20 y 30 d¨®lares el barril. En agosto de 2004 el petr¨®leo se estabiliz¨® en los 40 d¨®lares y un a?o despu¨¦s ha superado los 60 d¨®lares y sigue subiendo. La Agencia Internacional de la Energ¨ªa en sus informes de 2005 ha alertado de que los niveles de producci¨®n y consumo de petr¨®leo en el mundo est¨¢n llegando a un punto de equilibrio y que es urgente aplicar medidas de ahorro de energ¨ªa, especialmente en el sector transporte. La OPEP ha avisado que en 2020 no producir¨¢ lo necesario para cubrir la demanda mundial. El incremento de consumo de energ¨ªa experimentado en todo el mundo durante 2004 ha llevado a la conclusi¨®n de que estamos por primera vez ante un problema de demanda energ¨¦tica que de no moderarse puede ser el preludio de una crisis energ¨¦tica de gran calado a medio plazo.

?Puede la econom¨ªa espa?ola soportar este nuevo escenario? ?Est¨¢ preparada la econom¨ªa espa?ola para afrontar este enorme cambio estructural? Evidentemente, no. Espa?a se encuentra en una posici¨®n vulnerable. La factura del petr¨®leo supone el 2,6% de nuestro PIB frente al 1,8% de la UE-15 y en los ¨²ltimos 20 a?os el incremento de consumo de productos petrol¨ªferos ha sido en Espa?a del 51% frente a un 8% en la UE. Cualquier variaci¨®n de los mercados energ¨¦ticos internacionales tiene para Espa?a un efecto en la renta nacional (d¨¦ficit exterior) y en la renta disponible (inflaci¨®n) mucho mayor que para la media de los pa¨ªses de la OCDE.

Mientras la demanda el¨¦ctrica en Espa?a crece al 7%, en la UE lo hace al 1% y si bien nuestro mayor crecimiento econ¨®mico justifica parte de las diferencias, lo cierto es que nuestra mayor dependencia energ¨¦tica, cercana al 80%, nos est¨¢ diciendo que nuestro esfuerzo en eficiencia energ¨¦tica es insignificante y que es necesario racionalizar y moderar el uso de la energ¨ªa.

En efecto, en nuestro pa¨ªs se da una asimetr¨ªa entre el crecimiento del PIB y el crecimiento de la demanda energ¨¦tica. El crecimiento del consumo de energ¨ªa duplica el crecimiento econ¨®mico. Es un ejemplo de ineficiencia. Por el contrario, si queremos anticiparnos a problemas energ¨¦ticos m¨¢s graves, una econom¨ªa moderna exige corregir esa asimetr¨ªa a trav¨¦s de tres pol¨ªticas concretas: desarrollar la diversificaci¨®n de nuestras fuentes de energ¨ªa, impulsar el ahorro y la eficiencia energ¨¦tica y apoyar la investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n en nuevas tecnolog¨ªas energ¨¦ticas.

Pero no se trata s¨®lo de un problema exclusivamente econ¨®mico, sino de aplicar esas pol¨ªticas con una decidida voluntad de lograr un mayor grado de independencia energ¨¦tica nacional y de cumplir el compromiso ¨¦tico de luchar contra el cambio clim¨¢tico.

Hablar de independencia energ¨¦tica supone promover un sistema energ¨¦tico diversificado que, sin prescindir de las fuentes energ¨¦ticas disponibles, potencie las fuentes aut¨®ctonas y modere las importaciones energ¨¦ticas, desarrolle la investigaci¨®n en nuevas tecnolog¨ªas energ¨¦ticas en esa misma direcci¨®n y defienda una mayor cuota para las energ¨ªas renovables y la eficiencia energ¨¦tica. De esta manera, estaremos mejor resguardados ante las variaciones de los mercados energ¨¦ticos garantizando a la vez la seguridad de abastecimiento y el cumplimiento de los imperativos ambientales.

El Gobierno aprob¨® el pasado mes de julio el Plan de Acci¨®n de Eficiencia Energ¨¦tica 2005-2007 y el pasado 26 de agosto el nuevo Plan de Energ¨ªas Renovables 2005-2010. Ambas decisiones suponen un paso adelante en esa direcci¨®n y el esfuerzo m¨¢s ambicioso que se ha realizado hasta ahora para modificar la tendencia creciente de la intensidad energ¨¦tica en Espa?a.

El Plan de Acci¨®n de Eficiencia Energ¨¦tica propone reducir en los pr¨®ximos tres a?os un 8,5% el consumo de energ¨ªa primaria, que equivale a ahorrar 12 millones de toneladas equivalentes de petr¨®leo, y a dejar de emitir 32,5 millones de toneladas de CO2 a la atm¨®sfera. Estos ahorros se mantendr¨¢n m¨¢s all¨¢ del 2007 y garantizan la viabilidad financiera del plan: el c¨¢lculo efectuado es que los beneficios del plan permitir¨¢n recuperar, en 2012, dos euros por cada euro invertido en los tres pr¨®ximos a?os. Los mayores ahorros se han identificado en el sector transporte, sector residencial y servicios y sector de transformaci¨®n de la energ¨ªa y se establece que la mayor parte de las ayudas p¨²blicas al plan se obtendr¨¢n a trav¨¦s de la tarifa el¨¦ctrica.

El nuevo Plan de Energ¨ªas Renovables contempla elevar un 22% los objetivos de las energ¨ªas renovables establecidos en el anterior plan de 1999, cuyo grado de cumplimiento apenas alcanz¨® el 28%, y hacer de esta manera posible que en 2010 el 12% del consumo de energ¨ªa primaria sea de origen renovable as¨ª como el 30% de la generaci¨®n de electricidad. Los incrementos m¨¢s significativos se establecen para la energ¨ªa e¨®lica, la solar y los biocarburantes, a la vez que se fijan las bases que permitan mejorar las condiciones de desarrollo de la biomasa, tanto las econ¨®micas como las de log¨ªstica. El nuevo Plan de Energ¨ªas Renovables supone un ahorro de petr¨®leo equivalente al 20% de nuestras importaciones y una reducci¨®n de emisiones de 77 millones de toneladas de CO2. El liderazgo mundial de Espa?a en casi todas las tecnolog¨ªas renovables, que se sustenta en unas crecientes inversiones y en un sector empresarial claramente innovador, dan una mayor coherencia y realismo a estos nuevos objetivos indicativos. Adem¨¢s, la ratificaci¨®n del sistema de primas garantiza la seguridad y rentabilidad de las inversiones.

La cultura consumista de energ¨ªa que ha impregnado la pol¨ªtica econ¨®mica de los ¨²ltimos a?os hace que el potencial de ahorro energ¨¦tico en Espa?a sea elevad¨ªsimo en todas las actividades, por lo que la eficiencia energ¨¦tica no va en detrimento del crecimiento econ¨®mico sino, por el contrario, va a ser un factor que mejore la competitividad de nuestra producci¨®n de bienes y servicios, como as¨ª figura en los indicadores de la estrategia de Lisboa. Precisamente la Comisi¨®n Europea acaba de abrir un debate con la publicaci¨®n del Libro Verde de eficiencia energ¨¦tica y las decisiones que ha adoptado el Gobierno de Espa?a van a ser la contribuci¨®n m¨¢s adelantada para ese debate europeo y para crear las condiciones que mejor nos sit¨²en ante las crecientes incertidumbres de los mercados energ¨¦ticos mundiales y para trasladar a toda la sociedad espa?ola un nuevo valor de la energ¨ªa: que el ahorro y el uso eficiente de la energ¨ªa y el consumo de energ¨ªas renovables son una necesidad y un bien para Espa?a.

Javier Garc¨ªa Breva es director general del Instituto para la Diversificaci¨®n y Ahorro de Energ¨ªa (IDAE).