El magistrado debe asegurar que est¨¢n sujetos al m¨¢ximo grado de protecci¨®n

El acuerdo del Consejo de Ministros para la desclasificaci¨®n de documentos contiene una exigencia al juez para que imponga en su custodia "el m¨¢ximo grado de protecci¨®n y reserva procesal", lo que, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, puede traducirse en que Juan del Olmo decrete el secreto sumarial sobre ellos. La vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, preguntada sobre qu¨¦ tipo de medidas esperaba que adoptase el magistrado para asegurar esa reserva, manifest¨® que la decisi¨®n s¨®lo le corresponde al juez, porque "es el ¨²nico que est¨¢ en condiciones de valorar qu¨¦ incidencia tienen en el proceso".

De la Vega precis¨® que los documentos se remitir¨¢n al magistrado "sin tachaduras" y con su contenido "literal". El anterior Gobierno, ya en funciones, desclasific¨® parcialmente un documento del CNI, elaborado el mismo 11 de marzo de 2004, en el que figuraba una llamativa tachadura. En ese papel se consideraba "casi seguro" que ETA era la autora de los atentados, bas¨¢ndose en an¨¢lisis pero en ninguna prueba o dato f¨ªsico obtenido en las primeras horas de las pesquisas. La literalidad del p¨¢rrafo censurado fue conocido pocos d¨ªas m¨¢s tarde.

La m¨¢xima reserva sobre el contenido de los documentos tambi¨¦n fue solicitada por el Gobierno cuando remiti¨® algunos de esos papeles al Congreso de los Diputados para que fueran revisados por la comisi¨®n del 11-M en sesi¨®n secreta. Los documentos fueron llevados en custodia por funcionarios de los servicios secretos, que los mostraron e impidieron que fueran sacados de la sala donde estaban reunidos los comisionados. Una vez vistos, los recogieron y se los llevaron. Pese a ello, su contenido fue conocido, en algunos casos de forma textual, gracias a las filtraciones de los comisionados. Entre los papeles filtrados estaban algunos informes de Europol sobre la amenaza islamista ahora desclasificados.

Lo mismo ha ocurrido con numerosos documentos del sumario. Algunos han sido publicados literalmente por la prensa incluso cuando se encontraban bajo secreto, incluidos informes de servicios policiales amigos. Estas filtraciones han supuesto verdaderos quebraderos de cabeza para los responsables antiterroristas espa?oles, que incluso han recibido reprimendas de sus colegas extranjeros en algunas reuniones internacionales.