El turno de las bacterias
Los microbios marinos digieren el fuel adherido a los tanques del 'Prestige' tras la operaci¨®n de extracci¨®n
Los ingenieros ya no pueden hacer m¨¢s. En octubre pasado terminaron de extraer las 13.704 toneladas de fuel que el Prestige se hab¨ªa llevado al fondo del mar dos a?os antes, en el cl¨ªmax de una de las peores cat¨¢strofes medioambientales de la historia reciente. La operaci¨®n dise?ada por Repsol YPF, compleja y sin precedentes, ha sido un completo ¨¦xito, pero el fuel que transportaba el buque es tan pegajoso que los ingenieros no han encontrado forma de sacar el material adherido al interior de los tanques, que puede alcanzar las 1.000 toneladas. Ahora es el turno de las bacterias.
El empleo de microorganismos en tareas de descontaminaci¨®n se conoce gen¨¦ricamente como biorremediaci¨®n, y es un campo de investigaci¨®n muy activo. La biorremediaci¨®n se ha usado sobre todo para regenerar suelos contaminados. Nadie la hab¨ªa aplicado hasta ahora para limpiar los tanques de un buque hundido a 3.850 metros de profundidad.
La t¨¦cnica utilizada no requiere manipulaciones gen¨¦ticas de los microorganismos
Repsol YPF us¨® haces de neutrones para averiguar el fuel que permanec¨ªa en el buque
Las cinco lanzaderas han realizado 51 viajes al fondo del mar desde el buque 'Polar Prince'
La misi¨®n de los ingenieros era recuperar casi 14.000 toneladas de petr¨®leo del 'Prestige'
La t¨¦cnica no requiere manipulaciones gen¨¦ticas. La enorme diversidad de los ecosistemas marinos, que los bi¨®logos apenas est¨¢n empezando a atisbar, ya ofrece en su cat¨¢logo todos los genes necesarios para degradar los hidrocarburos del fuel. Lo que ocurre es que esa biodegradaci¨®n natural es demasiado lenta para resultar ¨²til.
Los microbi¨®logos Concepci¨®n Calvo y Jes¨²s Gonz¨¢lez, del Instituto del Agua de la Universidad de Granada, en colaboraci¨®n con la Universidad de Texas A&M, han estudiado qu¨¦ bacterias hay en la zona del fondo marino donde reposa el pecio y han determinado en el laboratorio qu¨¦ nutrientes favorecen m¨¢s su crecimiento y su capacidad natural para degradar los hidrocarburos.
"No sab¨ªamos si habr¨ªa mucha actividad biol¨®gica a 4.000 metros de profundidad", explica Calvo. "Pero las bacterias est¨¢n por todas partes, incluso en h¨¢bitats mucho m¨¢s hostiles. Comprobamos que hab¨ªa junto al Prestige microorganismos capaces de degradar el fuel, y que los pod¨ªamos estimular a crecer en ciertas condiciones".
La idea es, simplemente, favorecer la proliferaci¨®n de las bacterias aut¨®ctonas que mejor degradan esos hidrocarburos concretos. El c¨®ctel ideal ha resultado ser una mezcla de sales de nitr¨®geno, f¨®sforo y potasio, con un poco de hierro.
En octubre pasado, en cuanto los t¨¦cnicos hubieron extra¨ªdo todo el fuel posible para llevarlo a tierra, utilizaron el buque de apoyo para la operaci¨®n, el Polar Prince, situado en la vertical del pecio, para inyectar 60 toneladas del c¨®ctel nutritivo en los tanques del Prestige.
Por las pruebas de laboratorio previas, los expertos esperan que esa mezcla de sales multiplique por 10.000 el n¨²mero de microorganismos naturales que degradan el fuel (pasan de 10.000 bacterias a 100 millones de bacterias por mililitro). La sustancia se disuelve en el agua marina muy lentamente, por lo que no ser¨¢n precisas nuevas inyecciones de nutrientes.
Los cient¨ªficos calculan que la biodegradaci¨®n de todo el fuel tardar¨¢ unos 15 a?os, pero lo m¨¢s probable es que nunca lleguemos a saberlo. La directora del Centro para la Prevenci¨®n y Lucha contra la Contaminaci¨®n Mar¨ªtima del Litoral, Purificaci¨®n Morandeira, se?ala: "La operaci¨®n de extracci¨®n concluy¨® el 27 de octubre de 2004, y los buques se retiraron en cuanto terminaron de inyectar el fertilizante para la biorremediaci¨®n. Para evaluar la degradaci¨®n del fuel habr¨ªa que volver all¨ª con todos esos barcos y complejos equipos. Saldr¨ªa demasiado caro, y no est¨¢ previsto". El centro que dirige Morandeira coordina todas las tareas de regeneraci¨®n tras el vertido, y depende de la Vicepresidencia del Gobierno.
El viscoso fuel est¨¢ ahora adherido a las paredes, pero sus productos de degradaci¨®n parcial se podr¨ªan escapar al mar con facilidad, y algunos son muy t¨®xicos. Por esta raz¨®n, los t¨¦cnicos sellaron definitivamente los tanques en cuanto hubieron inyectado los nutrientes. All¨ª dentro, las bacterias seguir¨¢n trabajando sobre el fuel y los productos de degradaci¨®n parcial hasta convertirlo todo en CO2 y agua, que es el destino qu¨ªmico de casi toda la materia org¨¢nica.
El uso de la biorremediaci¨®n a grandes profundidades es una novedad que podr¨¢ resultar muy ¨²til en la gesti¨®n de futuros desastres, pero no es la ¨²nica. La t¨¦cnica usada para rescatar el fuel del pecio, que ya ha recibido dos premios internacionales, ha sido dirigida personalmente por el vicepresidente de exploraci¨®n y producci¨®n de Repsol YPF, el ingeniero Miguel ?ngel Rem¨®n, y ha requerido varias ideas audaces, adem¨¢s de la mejor tecnolog¨ªa disponible en alta mar, 500 trabajadores en tres turnos, dos buques, tres robots especialmente adaptados para trabajar a 4.000 metros de profundidad y cinco lanzaderas, unos dep¨®sitos cil¨ªndricos con las dimensiones de un edificio de ocho pisos, construidas expresamente para esta tarea por la empresa Aister, de Vigo.
Las lanzaderas son las que han recogido el fuel del buque hundido para llevarlo a superficie. Cada una cuesta un mill¨®n de euros y tiene una capacidad de 300 metros c¨²bicos, suficientes para recoger 300 toneladas de fuel en cada inmersi¨®n. Entre las cinco lanzaderas han hecho 51 viajes al fondo del mar. Una vez tras otra se han descolgado desde el buque Polar Prince, situado exactamente en la vertical del Prestige, mediante una cadena de cuatro kil¨®metros. Tras una inmersi¨®n de tres o cuatro horas, la lanzadera era recibida en el fondo por tres robots (Innovator 1, 2 y 3) que tambi¨¦n estaban colgados del Polar Prince.
Haces de neutrones
El Prestige viajaba con 77.000 toneladas de fuel, y su casco se parti¨® en dos poco antes de irse a pique. Antes de iniciar la operaci¨®n de extracci¨®n, los ingenieros de Repsol YPF utilizaron un sofisticado sistema basado en haces de neutrones para averiguar cu¨¢nto fuel permanec¨ªa atrapado en el buque, y d¨®nde estaba.
Vieron as¨ª que la mayor parte del hidrocarburo (13.100 toneladas) estaba repartida en cuatro de los 10 compartimentos de la mitad de proa. Los cuatro tanques principales, que ocupan el eje central de proa a popa, estaban casi vac¨ªos: sus tabiques se hab¨ªan roto, y el contenido se hab¨ªa salido por la gran abertura central, la que dividi¨® el buque en dos. Y la mitad de popa conservaba s¨®lo 700 toneladas. Total: 13.800 toneladas, y no las 37.000 que esperaban encontrar. La conclusi¨®n es que el Prestige expuls¨® al mar cerca de 63.000 toneladas de fuel durante su remolque a alta mar y su posterior hundimiento. La misi¨®n de los ingenieros era recuperar las casi 14.000 toneladas restantes antes de que las fisuras del casco las dejaran salir al mar. ?C¨®mo?
Lo primero que se le ocurre a cualquiera es chupar el contenido de los tanques con una bomba de succi¨®n, pero el fuel del Prestige era tan viscoso que no exist¨ªa en el mundo una bomba lo bastante potente. Los ingenieros tuvieron que aplicar otra idea.
El fuel del Prestige tiene una densidad muy cercana a 1,00 kilogramos por litro, como la del agua dulce. Debido a su alto contenido en sal, el agua marina es m¨¢s densa (1,03 kilogramos por litro en superficie, y m¨¢s a¨²n cuanto m¨¢s baja uno al fondo). Por tanto, no hac¨ªa falta bomba. Bastar¨ªa abrir un agujero en cada tanque para que el fuel saliera hacia arriba por simple flotaci¨®n, y as¨ª se hizo. Eso s¨ª, debido a la viscosidad del fuel, hubo que hacer los agujeros del tama?o de una boca de alcantarilla.
Los robots adosaron al buque unas m¨¢quinas perforadoras especiales, abrieron los agujeros en el casco y, de inmediato, les acoplaron una v¨¢lvula a cada uno. A partir de ah¨ª se repite siempre la misma maniobra: una lanzadera se remolca hasta el Polar Prince, se descuelga hasta el casco, se acopla a una de las v¨¢lvulas, se abre la espita y el fuel sube por flotaci¨®n hasta llenar la lanzadera (aunque tarda de 6 a 12 horas en llenarla). Y as¨ª hasta 51 veces.
Cuando la lanzadera vuelve a superficie, hay que sacarle el fuel -lo que requiere otra t¨¦cnica innovadora, debido de nuevo a la extraordinaria viscosidad del material- y transferirlo al petrolero Od¨ªn, anclado en las proximidades del Polar Prince. El Od¨ªn volvi¨® a A Coru?a en octubre con sus 13.704 toneladas de tesoro negro.
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