Baptista pierde los nervios
Aunque no de mediapunta, Baptista merode¨® en los primeros compases del partido por las cercan¨ªas del ¨¢rea blanquiazul, al lado de Robinho. Pero, indistintamente, Costa e Ito supieron frenarle. No le cedieron metros y pocas veces pudo darse la vuelta para encarar la porter¨ªa de Kameni. El cuadrado de Luxemburgo no le sit¨²a donde le gusta, donde hace da?o: por detr¨¢s de la delantera.
El partido no le fue de cara al Madrid y el perjudicado fue Baptista. Como casi siempre. No llegan los goles, debi¨® pensar Luxemburgo, cuando opt¨® por sustituir a Pablo Garc¨ªa por Guti, futbolista de corte ofensivo. Y Baptista supli¨® t¨¢cticamente al uruguayo. Sin la pelota en los pies, sin apoyos que le den salidas, sin orden defensivo, Baptista se pierde por el campo. Cosa que debi¨® rondarle por la cabeza durante todo el encuentro y que expres¨® al final. Lo hizo trastornado, porque realiz¨® una entrada brutal a Jonathan Soriano. El colegiado lo observ¨® y, sin miramientos, alz¨® el brazo con la tarjeta entre los dedos. "Tengo que verlo pero creo que Baptista buscaba el bal¨®n", le disculp¨® Luxa. "La expulsi¨®n es excesiva. Era un lance del juego e iba a disputar el bal¨®n", asever¨® tras el partido La Bestia. A la espera de las pruebas que le practicar¨¢n esta ma?ana, Jonathan Soriano sufre una torcedura menos grave de lo que hac¨ªan pensar sus gestos de dolor.
La expulsi¨®n de Baptista se sumaba a la de Sergio Ramos, que hab¨ªa enfilado hacia los vestuarios minutos antes, tras frenar una escapara de Iv¨¢n de la Pe?a. La acci¨®n le cost¨® la segunda amarilla. Cosa que tambi¨¦n le sucedi¨® al Madrid de Camacho la temporada pasada. Como Sergio Ramos, Samuel fue expulsado por doble amonestaci¨®n y, como ayer Baptista, Michel Salgado vio la roja directa tras intentar parar a De la Pe?a con un agarr¨®n. Y en ambas ocasiones, el encuentro estaba a punto de morir.
El conjunto blanco acumula tres derrotas consecutivas. "Demasiadas para un equipo como el Madrid", resumi¨® Iv¨¢n Helguera con cara de pocos amigos. La misma que llevaba Baptista, que no encuentra su ubicaci¨®n sobre el campo y pierde la paciencia.
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