Pyongyang cede

Corea del Norte se ha comprometido a desmantelar su programa militar at¨®mico y a regresar al Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear (TNP) a cambio de ayuda. Con las cautelas debidas, es una buena noticia para la estabilidad mundial, comparada con la grave crisis internacional que se avecina si Ir¨¢n persiste en desarrollar uranio enriquecido desoyendo la amenaza de Estados Unidos y la Uni¨®n Europea.

Pyongyang alcanz¨® el lunes en Pek¨ªn un acuerdo preliminar en el marco de las negociaciones con Estados Unidos, Corea del Sur, China, Jap¨®n y Rusia. Los norcoreanos se comprometen a poner fin a su plan de armamento nuclear a cambio de ayuda econ¨®mica y energ¨¦tica de los otros cinco pa¨ªses, poder desarrollar energ¨ªa at¨®mica con fines pac¨ªficos y normalizar relaciones con Washington y Tokio. Las conversaciones comenzaron en 2003, un a?o despu¨¦s de que Pyongyang admitiera haber reanudado su programa de armamento nuclear, pero no hab¨ªan producido ning¨²n avance hasta ahora. Es dif¨ªcil determinar la fiabilidad de un pacto suscrito por un r¨¦gimen comunista tan exc¨¦ntrico como el de Kim Jong II, que ya en 1994, forzado por la grav¨ªsima crisis econ¨®mica y la hambruna, suscribi¨® otro con Estados Unidos, y que rompi¨® m¨¢s tarde.

China ha posibilitado m¨¢s que ning¨²n otro el acuerdo. Pek¨ªn busc¨® desde el primer momento una v¨ªa m¨¢s dialogante frente a la posici¨®n de firmeza y de amenaza de ataque de Washington. Pero es igualmente evidente que la penuria econ¨®mica y la crisis alimentaria que azota de nuevo a Corea del Norte han tenido que influir poderosamente en las concesiones del r¨¦gimen de Kim. El tiempo dir¨¢ si este compromiso se queda en palabras huecas o si es el principio de la impostergable desnuclearizaci¨®n y de la paz en la pen¨ªnsula coreana. En cualquier caso, requiere gran esfuerzo imaginar que eso llegue de la mano del veleidoso Querido L¨ªder.