El cachete
Me pregunto si publicar¨ªan ustedes un texto del se?or Mendoza en el que dijera que no es tan reprobatorio que un hombre d¨¦ un guantazo a su mujer "porque al fin y al cabo ella se choca de vez en cuando con las esquinas o se quema con la plancha" o "no todos los hombres tienen la capacidad de di¨¢logo necesaria". Conf¨ªo en que no. De ah¨ª mi perplejidad al leer su columna del lunes sobre el cachete a los ni?os.
Su argumentaci¨®n es penosa e insostenible desde la evidencia cient¨ªfica, hace ya muchos da?os que se demostr¨® que la violencia f¨ªsica contra los ni?os es demoledora, genera un enorme sufrimiento ps¨ªquico y puede dejar graves secuelas (desde aqu¨ª le animo al se?or Mendoza a conocer la obra de Alice Miller). Pero es que adem¨¢s su columna es muy peligrosa por la apolog¨ªa del maltrato a los ni?os que conlleva.
Trabajo como psiquiatra infantil en la red p¨²blica y a menudo tengo que explicar a los padres que pegando a sus hijos, adem¨¢s de hacerles da?o, les ense?an a pegar. Se?or Mendoza, lamento decirle que educaci¨®n no es sin¨®nimo de coacci¨®n, y que los derechos humanos son universales: incluyen a todos los ni?os.- Dra. Ibone Olza Fern¨¢ndez, psiquiatra infanto-juvenil. Centro de Salud Mental de Moncloa. Madrid.
El pasado lunes 19 le¨ª la columna Cachete de Eduardo Mendoza sobre el asunto pol¨¦mico de si ilegalizar o no el que los padres le puedan dar un "cachete" al ni?o. Eduardo Mendoza justificaba el cachete, seg¨²n entend¨ª, como un l¨ªmite o una demostraci¨®n de fuerza del "otro" (en este caso del padre), y acababa diciendo que, al fin y al cabo, la educaci¨®n es coacci¨®n.
Dando por hecho lo que es de sentido com¨²n (y que tambi¨¦n se comenta en la columna): que no es lo mismo una paliza de las que pueda recoger el C¨®digo Penal, que un "cachete-no-traum¨¢tico" dado puntualmente, yo creo que legalizarlo todo, incluyendo lo que deber¨ªa dictar el mencionado sentido com¨²n, es un s¨ªntoma de que algo falla. Dicho esto, como madre de un "cincoa?ero" me posiciono en contra del cachete porque lo considero ineficaz. Yo no he dado nunca un cachete, pero he visto c¨®mo los daban y c¨®mo no serv¨ªan m¨¢s que para prorrogar las broncas y pataletas.
Los motivos: 1?. La reacci¨®n del que recibe puede ser de odio, humillaci¨®n o un debate dial¨¦ctico chungo (sobre todo si les decimos habitualmente que no peguen), pero no de calma, y podemos entrar en un c¨ªrculo vicioso. 2?. ?Hasta qu¨¦ edad se aplica este m¨¦todo? ?Hasta que est¨¦ en condiciones de devolverla? A la larga es contraproducente. 3?. Si los adultos les decimos que no se peguen y entre nosotros no nos pegamos, el cachete es una incoherencia. Otra cosa es que el cachete lo d¨¦ el padre para desahogarse, pero tampoco sirve porque si es por eso luego tendr¨¢ cargo de conciencia.
Para m¨ª, lo mejor que se puede hacer ante una pataleta es mantener la cabeza fr¨ªa, no intentar razonar ni hacer nada. S¨®lo mirar al que patalea o ni eso: seguir haciendo tus cosas hasta que se le pase. Y una vez que se ha calmado, decirle con firmeza y sin concesiones que eso no puede ser y penalizarle de alguna forma. Requiere un cierto esfuerzo de autocontrol que se consigue con pr¨¢ctica, pero eso s¨ª que es eficaz: aumenta la autoestima del padre, elimina el cargo de conciencia, evita al enano salirse con la suya y da ejemplo de temple que el ni?o ir¨¢ copiando aunque no se d¨¦ cuenta. ?Que la educaci¨®n es coacci¨®n?: qu¨¦ buen tema de debate.
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