Contra la manipulaci¨®n
Ian Gibson no ha tocado ni una sola l¨ªnea de la versi¨®n original de su libro sobre Paracuellos. Lo que s¨ª ha hecho es incluir un breve pr¨®logo que se inicia con esta frase: "Las heridas de la Guerra Civil s¨®lo se curar¨¢n definitivamente cuando ambos bandos acepten la verdad de lo que pas¨® en sus respectivas retaguardias durante la contienda fratricida".
Lo que viene despu¨¦s son una serie de observaciones sobre el libro Paracuellos-Katyn. Un ensayo sobre el genocidio de la izquierda (Libroslibres, 2005), de C¨¦sar Vidal. Reproduce, por ejemplo, una cita: "Hay que fusilar en Madrid a cien mil fascistas camuflados, unos en la retaguardia, otros en las c¨¢rceles. Que ni un quinta columna (sic) quede vivo para impedir que nos ataquen por la espalda. Hay que darles el tiro de gracia antes de que nos lo den ellos a nosotros".
Como explica Gibson, Vidal se?ala que esta cita procede de un texto aparecido en el diario madrile?o La Voz del d¨ªa 3 de noviembre de 1936. Pero el hispanista irland¨¦s ha mirado todas las p¨¢ginas del diario de ese d¨ªa, y la frase no aparece en ninguna de ellas. S¨ª se public¨®, en cambio, un editorial (que Gibson reproduce pr¨¢cticamente ¨ªntegro) en el que se puede leer: "Madrid ser¨¢ diezmado. De su mill¨®n de habitantes perecer¨¢ la d¨¦cima parte". "Los 100.000 republicanos en peligro, seg¨²n el diario, se convierten ahora en ?100.000 fascistas cuya eliminaci¨®n se recomienda desde las columnas del mismo!", escribe Gibson, y se?ala poco despu¨¦s refiri¨¦ndose a Vidal: "Lo menos que se puede pedir a un investigador es que compruebe sus fuentes y las cite correctamente".
Gibson, autor de obras de intachable prestigio -como Vida, pasi¨®n y muerte de Federico Garc¨ªa Lorca o La vida desaforada de Salvador Dal¨ª, por s¨®lo citar dos de sus biograf¨ªas cl¨¢sicas-, se refiere a otros detalles de la manera de proceder de C¨¦sar Vidal. Rescata, por ejemplo, otra cita que Vidal toma de Milicia Popular. Diario del quinto regimiento de Milicias Populares: "En Madrid, hay m¨¢s de mil fascistas presos, entre arist¨®cratas, militares, plut¨®cratas y empleados... ?Cu¨¢ndo se les fusila?". Gibson observa que los tres puntos corresponden a una frase suprimida por Vidal: "A todos ellos se les ha comprobado su participaci¨®n m¨¢s o menos directa en el movimiento criminal que pretend¨ªa hundir a Espa?a en la m¨¢s feroz barbarie".
Cuenta tambi¨¦n que Vidal se refiere a que en un n¨²mero de aquellas fechas -alrededor del 5 de noviembre-, el diario comunista Mundo Obrero "public¨® su Retablo de ajusticiables", entre los que figuraba mucha gente de creencias religiosas e incluso "esa cucaracha asquerosa" que no era otra que Niceto Alcal¨¢ Zamora, antiguo presidente de la Rep¨²blica. Gibson dice haber buscado, en los n¨²meros de aquellos d¨ªas de ese diario, semejante retablo y confiesa no haberlo encontrado.
"Cuando se habla de culpabilidades", comenta Gibson, "lo menos que se puede exigir de un historiador es que cite la fuente exacta. Desacreditar al otro, sin sostener las acusaciones en fuentes contrastadas, es inaceptable en una democracia".
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