Empate a fallos y a carencias

El primer duelo entre equipos andaluces de esta tempodada no pudo ser m¨¢s descorazonador: el Sevilla demostr¨® que, hoy por hoy, no sabe meter goles y el C¨¢diz, que su disciplina y entrega dan para poco en Primera.

Los jugadores sevillistas, una alineaci¨®n forzada por las circunstancias, in¨¦dita e improbable en el futuro, salieron acelerad¨ªsimos. El que m¨¢s, Luis Fabiano, que salt¨® al terreno de juego ya con la cadena tan salida, que le arre¨® un golpe al primer contrario con el que se encontr¨® y, tambi¨¦n, tras el pitido que indicaba el descanso. Pero no fue el ¨²nico. Este Sevilla coyuntural -precisamente por ello- ten¨ªa claro su misi¨®n, pero no tanto el camino hacia ella. Adriano y Alves protagonizaron un buen par de internadas. El lateral derecho se plant¨® en atl¨¦tica carrera hasta la frontal del ¨¢rea cadista, donde fue derribado y la falta sancionada desaprovechada. El interior izquierdo se hizo con un rechace a menos de 30 metros de la meta de Armando y con la defensa descolocada, pero acab¨® por descolocarse ¨¦l mismo tras regates innecesarios y ego¨ªstas.

El C¨¢diz se aprovech¨® del evidente despiste y domin¨® el encuentro durante un cuarto de hora largo. No necesit¨® m¨¢s que mantener la concentraci¨®n necesaria para mantener sus l¨ªneas juntas y que el trabajo de sus futbolistas fuera generoso. Y as¨ª fue. Un rato. Hasta que el Sevilla se dio cuenta de que, a falta de calidad de combinaci¨®n, lo m¨¢s inteligente era darle la pelota al mejor: Jes¨²s Navas.

El futbolista demostr¨® que su aspecto ani?ado no tiene vigencia en el f¨²tbol. En el minuto 19, se fue de tres defensores y de una patada lanzada al aire desesperadamente por Pavoni. Trastabillado, su disparo fue m¨¢s peligroso que ninguno de los realizados por sus compa?eros hasta ese momento. Seis minutos despu¨¦s, se sac¨® un pase paralelo a la l¨ªnea de fondo que nadie supo rematar.

Pero este Sevilla no mete un gol ni con los deliciosos pases de Navas, ni con nada de nada. Luis Fabiano parece acercarse a la categor¨ªa de fen¨®meno paranormal. El brasile?o dispar¨® a puerta m¨¢s de media docena de veces, lo hizo todo bien, de los desmarques a los regates, pero sus disparos nunca encuentran la porter¨ªa. Se escapa hasta del c¨¢lculo estad¨ªstico.

El C¨¢diz tuvo su oportunidad de gloria en la primera parte, cuando un inteligente pase de De Quintana a Oli acab¨® en penalti de David Castedo y ¨¦ste en fallo de Abraham Paz. Y es que ninguno mereci¨® ganar en esta exhibici¨®n de carencias.