Los militares de Portugal salen a la calle para protestar contra los recortes de S¨®crates
El Gobierno socialista intenta eliminar el r¨¦gimen especial de asistencia que tiene el Ej¨¦rcito
Sorteando la ley que les proh¨ªbe manifestarse y las ¨®rdenes de la jerarqu¨ªa que les orden¨® quedarse en los cuarteles, los militares portugueses salieron ayer a las calles de Lisboa en protesta contra los cambios introducidos por el Gobierno del socialista Jos¨¦ S¨®crates. Los militares rechazan la modificaci¨®n de los reg¨ªmenes especiales de asistencia social, jubilaci¨®n y progresi¨®n en la profesi¨®n de que actualmente gozan. La protesta fue la culminaci¨®n de semanas de tensi¨®n entre el poder pol¨ªtico y las asociaciones que representan a los militares y a otros sectores de la Administraci¨®n p¨²blica.
El Ejecutivo sostiene que todos tienen que contribuir a la recuperaci¨®n del pa¨ªs
La manifestaci¨®n de ayer inaugur¨® una ola de protestas de varios grupos profesionales que no quieren aceptar las medidas anunciadas con el objetivo de recortar el gasto p¨²blico y disminuir el d¨¦ficit de las cuentas del Estado, previsto en un 6,2% del producto interior bruto (PIB) para este a?o.
Unos 2.000 militares -seg¨²n estimaron los organizadores- cruzaron varias arterias del centro de la capital lusa, aunque no de forma organizada. Primero, un grupo pas¨® por la sede de la Asociaci¨®n 25 de Abril, donde se reunieron con su presidente, el coronel Vasco Louren?o, uno de los capitanes que llev¨® a cabo la revoluci¨®n de los claveles. Fue una forma de recordar a la opini¨®n p¨²blica que fueron los militares quienes, en 25 de abril de 1974, acabaron con la dictadura en Portugal y entregaron voluntariamente el poder a los civiles. Los militares se concentraron despu¨¦s, a puerta cerrada, en un mercado lisboeta, un espacio privado, de manera que pudieran esquivar los castigos y las sanciones disciplinarias con que fueron amenazados por sus jefes en caso de que decidieran participar en la protesta. Mientras ellos se encerraban, las esposas y maridos de los militares acud¨ªan a esa misma hora a la manifestaci¨®n convocada en una plaza situada al lado de la Asociaci¨®n 25 de Abril.
La semana pasada, se impidi¨® a los militares manifestarse por determinaci¨®n del Gobierno Civil de Lisboa (que act¨²a bajo indicaciones del Gobierno central). El poder pol¨ªtico argument¨® que la ley no permite al cuerpo castrense manifestaciones de tipo sindical y que, como destacaron los jefes de las jerarqu¨ªas, estas protestas ponen en causa "la cohesi¨®n y la disciplina" militar.
Un tribunal confirm¨® la prohibici¨®n y unos 4.000 militares acabaron reunidos y gritando consignas contra el Gobierno dentro de un espacio privado, pero delante de las televisiones. Para esquivar estos obst¨¢culos, la manifestaci¨®n prevista para ayer fue convocada por los familiares de los militares. Unas 500 personas acudieron en esta manifestaci¨®n oficial.
La tensi¨®n entre militares, de un lado, y pol¨ªticos y jefes militares, del otro, que se vive fuera de los cuarteles y se est¨¢ llevando a cabo en el escenario medi¨¢tico, deja un poco sorprendida a la sociedad portuguesa, poco acostumbrada a ver a las Fuerzas Armadas en las calles. Las asociaciones profesionales que representan a los miembros de las Fuerzas Armadas (un universo de 40.000 personas) dicen que no se plantea, de ninguna forma, una insubordinaci¨®n militar y que siempre se obedecer¨¢ la regla del respeto al poder pol¨ªtico y por la jerarqu¨ªa militar. ?stas aseguran tambi¨¦n que es demasiado simplista afirmar que protestan de forma violenta contra los cambios ahora introducidos en la ley. Los militares dicen que pierden prestigio, calidad de vida, derechos y beneficios desde hace m¨¢s de 20 a?os, cosa que no ocurre con otras profesiones comparables, como los jueces, de ah¨ª que las modificaciones introducidas sean s¨®lo la gota que colm¨® el vaso.
Las asociaciones sostienen con respecto a la actuaci¨®n del Gobierno, que impone las nuevas medidas sin negociarlas y que trata a los militares como meros funcionarios p¨²blicos.
El ministro de Defensa, Lu¨ªs Amado, asume que las Fuerzas Armadas necesitan ser reestructuradas y que debe elaborarse un nuevo estatuto para los militares. Defiende, sin embargo, que "la condici¨®n militar" no sale perjudicada con los cambios adoptados por el Ejecutivo y que, dada la crisis presupuestaria, todos tienen que contribuir para la recuperaci¨®n del pa¨ªs.
El ministro sostiene tambi¨¦n que no tiene que negociar con estas asociaciones, sino s¨®lo con los jefes militares, que funcionan como intermediarios.
Para las pr¨®ximas semanas est¨¢n anunciadas manifestaciones y huelgas de los funcionarios del sector de la justicia, de los jueces, de magistrados de la fiscal¨ªa, de enfermeros y de todas las fuerzas de seguridad. Una manifestaci¨®n general de funcionarios est¨¢ convocada para el d¨ªa 21 de octubre.
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