Ben Gazzara: "Creo que todav¨ªa tengo derecho a conseguir a la chica guapa"
El actor, rostro indiscutible del mejor cine estadounidense, recibe el Premio Donostia
Ben Gazzara ya no est¨¢ fuera del sistema, ya no es un indomable, ahora sue?a con su casa italiana de Umbr¨ªa -"es lo mejor que he hecho en mi vida, es mi para¨ªso"- y se recrea en su nueva faceta de escritor de ficci¨®n, mientras relee los grandes t¨ªtulos de la literatura cl¨¢sica rusa, como Ana Karenina, de Tolst¨®i, o El idiota, de Dostoievski. Atr¨¢s quedan los a?os en los que trabajaba con John Cassavetes -"entonces s¨ª que ¨¦ramos indomables"- y ten¨ªan que producirse sus propias pel¨ªculas (Maridos, La muerte de un corredor de apuestas chino o Noche de estreno). "Nadie nos daba dinero, por eso decidimos crear nuestro propio cine totalmente fuera del sistema", recuerda Ben Gazzara, que ayer, a sus 75 a?os, recibi¨® el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, de manos de la actriz Marisa Paredes. "Yo no era ¨²nicamente el actor que me aprend¨ªa el gui¨®n en casa en solitario. No me gustan esos trabajos profesionales a los que le falta coraz¨®n y sorpresa. No act¨²o para los directores. Mi trabajo consiste en la elaboraci¨®n de la pel¨ªcula, en la realizaci¨®n de todo el proceso creativo junto a los directores. Con Cassavetes y Bogdanovich, discut¨ªamos y habl¨¢bamos largamente sobre la pel¨ªcula y sobre la elaboraci¨®n de los personajes". Y la nostalgia aparece en la voz de este gran int¨¦rprete cuando explica que le gustar¨ªa volver a repetir lo que califica de "experiencias maravillosas". "Ahora son s¨®lo eso, recuerdos".
Con voz ronca casi sin fuerzas, Ben Gazzara espera que el Premio Donostia no signifique el final de nada, sino el comienzo de algo nuevo. "El cerebro no envejece tanto, sigue siendo el motor, pero desgraciadamente la carrocer¨ªa est¨¢ ya cuesta abajo. Sin embargo, creo que todav¨ªa tengo derecho a conseguir a la chica guapa en la pel¨ªcula", asegura sonriente.
Se lamenta Gazzara de que se ha vuelto algo vago, de que ha cogido la mala costumbre de no ir a las salas a ver cine -"hace dos a?os que no voy"- y s¨ª la de ver todos los DVDque le env¨ªan de la Academia de Hollywood. Pero cita a los hermanos Coen y a Ang Lee como nombres fundamentales del cine de hoy en Estados Unidos.
Sus largos a?os de experiencia art¨ªstica le han ense?ado "que no hace falta hacer gran cosa, que hacer menos es hacer m¨¢s". "L¨®gicamente, con la edad, una vez que has aprendido tu oficio, la vida en s¨ª es lo ¨²nico que queda por dominar. El actor tiene que admitir que cuando eres m¨¢s viejo tienes menos defensas, menos recursos y lo que te queda es la veteran¨ªa con la que se domina el oficio".
?l, que ha trabajado en Europa y EE UU, no cree que haya diferencia entre ambas cinematograf¨ªas. El secreto est¨¢ en el presupuesto. "Cuando falta dinero es una pelea dura y cuando abunda todo el mundo est¨¢ contento", explica sin m¨¢s, y da la receta para luchar contra la invasi¨®n del cine de Hollywood: "La ¨²nica forma de combatir es hacer buenas pel¨ªculas. Ah¨ª tienen a Almod¨®var, que se ha convertido en un gran director internacional. Quiz¨¢ falta alguno m¨¢s".
"Mi ego es quiz¨¢ demasiado grande", ironiza Gazzara para no confesar los papeles que le hubiera gustado interpretar y no ha hecho. Pero s¨ª guarda en su memoria y su cari?o a los personajes a los que dio vida en Maridos, de Cassavetes, y en Saint Jack, de Bogdanovich. "En la carrera de un actor eso sucede muy de vez en cuando. Eran personajes de los que nunca quer¨ªas despedirte. Deseaba que nunca se terminara. Ten¨ªan m¨¢s vida que mi propia vida".
Actor que ha realizado una larga carrera tambi¨¦n en la televisi¨®n, reconoce que no le gusta el trabajo en la peque?a pantalla. Y confiesa sin verg¨¹enza que su presencia en una serie de televisi¨®n que se rueda en la actualidad sobre la vida del papa Juan Pablo II tiene una ¨²nica finalidad: pagar los trabajos de fontaner¨ªa para regar los olivares de su querida casa en Italia. Se queja de la falta de historias sobre la condici¨®n humana, pero no se lamenta de que le lleguen pocos papeles protagonistas. "Cuando eres protagonista haces dos pel¨ªculas al a?o; en cambio, si eres secundario puedes hacer hasta ocho y encima le robas la pel¨ªcula a los actores principales", se r¨ªe. Despu¨¦s de escribir sus memorias, In the moment, este hijo de inmigrantes sicilianos disfruta con la escritura de su primera novela. "Siempre he tenido envidia de los pintores o los m¨²sicos que trabajan en solitario. Los actores tenemos que esperar a que llegue el productor con el dinero, a que el director desarrolle el gui¨®n... Todo es una eterna espera".Ben Gazzara ya no est¨¢ fuera del sistema, ya no es un indomable, ahora sue?a con su casa italiana de Umbr¨ªa -"es lo mejor que he hecho en mi vida, es mi para¨ªso"- y se recrea en su nueva faceta de escritor de ficci¨®n, mientras relee los grandes t¨ªtulos de la literatura cl¨¢sica rusa, como Ana Karenina, de Tolst¨®i, o El idiota, de Dostoievski. Atr¨¢s quedan los a?os en los que trabajaba con John Cassavetes -"entonces s¨ª que ¨¦ramos indomables"- y ten¨ªan que producirse sus propias pel¨ªculas (Maridos, La muerte de un corredor de apuestas chino o Noche de estreno). "Nadie nos daba dinero, por eso decidimos crear nuestro propio cine totalmente fuera del sistema", recuerda Ben Gazzara, que ayer, a sus 75 a?os, recibi¨® el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, de manos de la actriz Marisa Paredes. "Yo no era ¨²nicamente el actor que me aprend¨ªa el gui¨®n en casa en solitario. No me gustan esos trabajos profesionales a los que le falta coraz¨®n y sorpresa. No act¨²o para los directores. Mi trabajo consiste en la elaboraci¨®n de la pel¨ªcula, en la realizaci¨®n de todo el proceso creativo junto a los directores. Con Cassavetes y Bogdanovich, discut¨ªamos y habl¨¢bamos largamente sobre la pel¨ªcula y sobre la elaboraci¨®n de los personajes". Y la nostalgia aparece en la voz de este gran int¨¦rprete cuando explica que le gustar¨ªa volver a repetir lo que califica de "experiencias maravillosas". "Ahora son s¨®lo eso, recuerdos".
Con voz ronca casi sin fuerzas, Ben Gazzara espera que el Premio Donostia no signifique el final de nada, sino el comienzo de algo nuevo. "El cerebro no envejece tanto, sigue siendo el motor, pero desgraciadamente la carrocer¨ªa est¨¢ ya cuesta abajo. Sin embargo, creo que todav¨ªa tengo derecho a conseguir a la chica guapa en la pel¨ªcula", asegura sonriente.
Se lamenta Gazzara de que se ha vuelto algo vago, de que ha cogido la mala costumbre de no ir a las salas a ver cine -"hace dos a?os que no voy"- y s¨ª la de ver todos los DVDque le env¨ªan de la Academia de Hollywood. Pero cita a los hermanos Coen y a Ang Lee como nombres fundamentales del cine de hoy en Estados Unidos.
Sus largos a?os de experiencia art¨ªstica le han ense?ado "que no hace falta hacer gran cosa, que hacer menos es hacer m¨¢s". "L¨®gicamente, con la edad, una vez que has aprendido tu oficio, la vida en s¨ª es lo ¨²nico que queda por dominar. El actor tiene que admitir que cuando eres m¨¢s viejo tienes menos defensas, menos recursos y lo que te queda es la veteran¨ªa con la que se domina el oficio".
?l, que ha trabajado en Europa y EE UU, no cree que haya diferencia entre ambas cinematograf¨ªas. El secreto est¨¢ en el presupuesto. "Cuando falta dinero es una pelea dura y cuando abunda todo el mundo est¨¢ contento", explica sin m¨¢s, y da la receta para luchar contra la invasi¨®n del cine de Hollywood: "La ¨²nica forma de combatir es hacer buenas pel¨ªculas. Ah¨ª tienen a Almod¨®var, que se ha convertido en un gran director internacional. Quiz¨¢ falta alguno m¨¢s".
"Mi ego es quiz¨¢ demasiado grande", ironiza Gazzara para no confesar los papeles que le hubiera gustado interpretar y no ha hecho. Pero s¨ª guarda en su memoria y su cari?o a los personajes a los que dio vida en Maridos, de Cassavetes, y en Saint Jack, de Bogdanovich. "En la carrera de un actor eso sucede muy de vez en cuando. Eran personajes de los que nunca quer¨ªas despedirte. Deseaba que nunca se terminara. Ten¨ªan m¨¢s vida que mi propia vida".
Actor que ha realizado una larga carrera tambi¨¦n en la televisi¨®n, reconoce que no le gusta el trabajo en la peque?a pantalla. Y confiesa sin verg¨¹enza que su presencia en una serie de televisi¨®n que se rueda en la actualidad sobre la vida del papa Juan Pablo II tiene una ¨²nica finalidad: pagar los trabajos de fontaner¨ªa para regar los olivares de su querida casa en Italia. Se queja de la falta de historias sobre la condici¨®n humana, pero no se lamenta de que le lleguen pocos papeles protagonistas. "Cuando eres protagonista haces dos pel¨ªculas al a?o; en cambio, si eres secundario puedes hacer hasta ocho y encima le robas la pel¨ªcula a los actores principales", se r¨ªe. Despu¨¦s de escribir sus memorias, In the moment, este hijo de inmigrantes sicilianos disfruta con la escritura de su primera novela. "Siempre he tenido envidia de los pintores o los m¨²sicos que trabajan en solitario. Los actores tenemos que esperar a que llegue el productor con el dinero, a que el director desarrolle el gui¨®n... Todo es una eterna espera"."No act¨²o para los directores. Mi trabajo consiste en la elaboraci¨®n de la pel¨ªcula"
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