El hijo del butanero

Ismael, el butanero de las pedan¨ªas de Suances (Cantabria), no estuvo ayer en la Casa de Campo; ten¨ªa que trabajar. Ayer, como cada d¨ªa, sali¨® pronto de casa con su cami¨®n, dispuesto a repartir bombonas. Al tiempo, Sole, su esposa, se acerc¨® a Suances a ponerle una vela a la Virgen del Carmen, como cada d¨ªa que su hijo Jos¨¦ Iv¨¢n tiene carrera. Do?a Sole nunca pide al rezar que su hijo gane, s¨®lo "que no se haga da?o". Aunque ayer, igual le rog¨® a la patrona de los marineros por una medalla para su hijo mayor, que corr¨ªa la contrarreloj del Mundial.

As¨ª que Emilio, ayer, dej¨® la labor antes de lo habitual y se sent¨® con Sole ante el televisor para ver correr a su hijo. Le vieron volar a 49,026 kil¨®metros por hora, ellos y el resto de los 180 vecinos de Hinojedo, (Cantabria), el pueblo donde naci¨® hace 26 a?os Iv¨¢n Guti¨¦rrez Palacios. El pueblo es famoso por un palacio, el de Fernando Velarde, all¨ª donde Iv¨¢n cambi¨® el f¨²tbol por la bici gracias a una bendita lesi¨®n y, todo hay que decirlo, a la insistencia de su t¨ªo Quique.

Quien s¨ª estuvo en Madrid fue David, corredor juvenil del Almacenes Lav¨ªn, que trat¨® in¨²tilmente de calmar los nervios de su hermano Iv¨¢n acerc¨¢ndole un reproductor de Mp3 a la zona reservada -"una jaula de tortura", seg¨²n definici¨®n del propio ciclista del Illes Balears- donde la organizaci¨®n le tuvo encerrado durante casi una hora tras acabar su recorrido. En esas estaba el hijo del butanero, que en breve comenzar¨¢ estudios de fisioterapia, cuando supo que era plata: "No est¨¢ mal, pero el segundo es el primero que pierde; no dormir¨¦ tranquilo hasta lograr el oro". Cerca, su suegra y manager, se lamentaba: "Ay Dios, con la ilusi¨®n que me hac¨ªa escuchar el himno de Espa?a".