La frontera
Lleg¨® el d¨ªa. Como cada a?o Espa?a alcanza su paso del Rubic¨®n particular y que define el ¨¦xito del fracaso, la felicidad de la desdicha. Este sistema de competici¨®n es lo que tiene. Da igual el antes y el despu¨¦s. Si se gana a Croacia, sobrar¨¢n los motivos de satisfacci¨®n en el a?o sin Pau Gasol. Si el resultado es el contrario, ni siquiera su ausencia aliviar¨¢ el regreso a casa. La justicia del formato es discutible, v¨¦ase Grecia 2004, pero es el mismo para todos. Estamos ante uno de esos partidos que separan las buenas intenciones de las realidades estableciendo una marcada l¨ªnea entre los que quieren y los que pueden.
Tres partidos despu¨¦s, el equipo espa?ol nos tiene desconcertados ante su gran cita. Nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢l de las tres caras mostradas aparecer¨¢ esta noche. Siendo tan distintas, no es de extra?ar cierta incertidumbre y la sensaci¨®n que el equipo espa?ol ha perdido fiabilidad. Despu¨¦s de la exhibici¨®n ante Serbia, cualquier objetivo parec¨ªa al alcance, pero pasados los malos tragos de Letonia e Israel, las dudas sobre su potencial real han emergido con fuerza. Antes de su inicio, este torneo se consider¨® como una buena prueba de evaluaci¨®n para un equipo sin duda exitoso pero con un enorme grado de Gasoldependencia. La prueba ha quedado limitada a 40 minutos.
En estas circunstancias, nada mejor que un partido definitivo ante Croacia, un rival de nombre evocador, gran historial y un presente pujante. No es el rival so?ado, sin duda, para tama?o desaf¨ªo. Al jugador croata, como a cualquiera proveniente de la desintegraci¨®n de la antigua Yugoslavia, se le presupone un talento natural para jugar a este deporte, lo que les convierte, independientemente de la situaci¨®n puntual de cada campeonato, en un peligroso adversario. Su producci¨®n de buenos jugadores es inacabable, e incluso cuentan con el a?adido que la morfolog¨ªa de la raza eslava es ideal para jugar a baloncesto. Este equipo es un buen resultante de estas dos realidades. J¨®venes y muy altos, construyen el juego a partir de conceptos muy simples e intentan sacar el m¨¢ximo provecho a su dominio de las artes b¨¢sicas. A esto, a?adamos una ancestral capacidad competitiva y como resultado tendremos a un colectivo capaz de amargar a cualquiera. No es de extra?ar que muchos jugadores espa?oles prefirieran a Italia, menos talentosa, m¨¢s previsible, con preponderancia a lo f¨ªsico y t¨¢ctico sobre cuestiones m¨¢s libres e imaginativas. Pero es Croacia el rival de hoy. Y en la medida que Espa?a se parezca al grupo homog¨¦neo, fresco, agresivo y ambicioso que vimos ante Serbia y se distancie de la pesadez, cansancio, desequilibrio entre titulares y repuestos o ineficacia defensiva de los encuentros siguientes, podr¨¢ contar con mayores opciones de pasar esta exigente y definitiva frontera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
